Ilusión

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Aquella noche, la pequeña Aisha, con los ojos envueltos en lágrimas y sus manos pegadas al pecho, decidió correr el pedazo de tela vieja que ocupaba el lugar de una cortina. Ese momento, el sonido de las armas resonaban y el estruendo de los cañones a lo lejos no parecía tener fin.

Esa terrible y ruidosa noche, tenía a la atemorizada niña totalmente triste. Sin embargo, al contemplar el cielo, pudo notar un mar de estrellas que resplandecían con toda su fuerza y su luz. El corazón de la pequeña comenzaba a apaciguarse y, en su ilusión tan grande, parecía escuchar una bella melodía interpretada por aquella multitud de soles en extrema lejanía.

Suspiraba profundamente y contemplaba con excelsa admiración a cada una de las estrellas. Luego, comenzó a nombrarlas una a una. Los nombres de sus familiares lejanos fueron los primeros que consideró para bautizarlas con un nombre propio.

Y en su tierno mirar, al momento de figurar su mente al son de la sinfonía de un sinfín de estrellas junto con el enlistamiento de sus nombres, un suceso aconteció de manera extraordinaria para Aisha: pudo admirar una estrella fugaz al pasar por el inmenso firmamento.

-Mamá decía que al pasar una estrella fugaz, pidiera un deseo y estaría pronto con ella.-pronunció Aisha con mucha emoción.

-Cierra esa ventana y recuéstate, deja de pensar en estupideces, ¿no puedes ver lo que sucede? ¡Estás bajo peligro ahí, recuéstate ahora!- exigió Zahidah a la pequeña. Todas las noche ella lloraba a escondidas de su hermana menor, pues tenía miedo de lo que pudiera pasar si llegaban a separarla de ella.

Aisha, que era obediente y creía en las palabras de su hermana mayor, cerró la ventana, no sin antes lanzar al cielo su plegaria a la estrella viajera. Junto las palmas de sus manos y entrecruzó sus dedos, cerró sus bellos ojos negros y en su mente pronunció "dalil" que significa "compañía".

La pequeña puso la opaca tela sobre la ventana, y se recostó sobre una pequeña cobija tejida a mano envolviéndose en ella. Y al cerrar su ojos, lo único que pudo observar, fue el asombro cielo. Y lo último que pudo escuchar, fue la melodía al son de las estrellas mientras titilaban. La guerra y el hambre se dispersaban esa noche para la niña a sus alrededores...

"Pasitos..."Where stories live. Discover now