Please, stop (Editando)

Capítulo 7.

Justin despertó agitado de ese cruel sueño y giró su rostro encontrándose con Avery plácidamente dormida.
Suspiró y sobó sus ojos. Confundido. No quería volver a esa época donde soñaba sin razones a su ex novia. Claramente, no era sin razón. El la extrañaba.
Mordió su labio inferior y con exasperación pasó sus manos por su cabello. Quizo gritar. Pero no lo hizo.
Vinieron a su mente recuerdos de la pequeña Katy.
Sus ojos estaban desorbitados. Sabría que no podría dormir, que el insomnio se había apoderado de su cuerpo.
De mala gana, empujó a Avery que se encontraba abrazada a él y se levantó de la cama. Avery lo vio irse en silencio.

Al otro día, Justin de nuevo había desaparecido. Avery se sentó en el sillón de la sala y encendió el televisor. Era como si fuera algo monótono, como si fuera su rutina buscar en las noticias si algo le había pasado. Ella sabía que algún día pasaría algo. Él salía todas las noches para luego volver ebrio, también se vivía drogando. Era como si la desgracia gritara en su cabeza, como una voz interna. Al no encontrar nada, se recosto.
¿Qué estará haciendo? Pensó una vez más. Siempre era la misma pregunta que resurgía en su mente.
"Engaño" era la primer palabra que aparecía por sí sola.
Todavía no entiende porque sigue con ella, ¿Para verla fracasar? ¿Para verla sufrir? Todo sería más fácil si cada uno sigue su camino, él podría estar con todas las mujeres que querría y no tener una esposa en su hogar, esperando que vuelva, esperando que vuelva a amarla.
La puerta resonó en cada rincón de la casa haciéndola sacar de sus pensamientos.
Justin apareció con muchas flores. Ella frunció el ceño, ¿El pensaba que podría irse todas las noches, acostarse con otras y al volver traer rosas y que ella lo perdone?
- ¿Qué haces? -preguntó desconcertada.
- Sonríe -murmuró entre dientes con una sonrisa falsa.
- ¿Dónde está Avery? -se oyó una voz dulce y pacífica, Mary, la madre de Justin se encontraba a su lado con una sonrisa plasmada en su rostro.
- Hola, Mary -sonrío sin ganas. La quería. Pero no estaba de humor para nadie.

Narra Avery.
- ¿Cómo has estado, preciosa? -iba a decirle la verdad pero una mirada amenazadora de Justin hizo que cambiará radicalmente mi respuesta.
- Bien, gracias -volví a sonreír sin ganas y fui directo a la cocina.
Justin vino pisándome los talones y podía notar que se encontraba molesto, de nuevo- ¿Qué es lo que te sucede? -me di la vuelta, enfrentándolo. Estaba realmente cansada.
- Me he dado cuenta como la mirabas, cuáles eran tus intenciones, eres una perra -era como si controlara sus impulsos. Él quería golpearme, pero su madre estaba en la sala.
- Cobarde, eso es lo que eres. Golpéame enfrente de tu madre. No tienes el valor, pero si tienes el valor que cuando estamos solos te desquitas en mi. Eres una mierda -su mano azotó contra mi rostro y me hizo caer, tirando al suelo un plato de porcelana. El ruido de este rompiéndose hizo que la madre de Justin golpeara la puerta. Mierda, dolía muchísimo.
- ¿Qué es lo que sucede ahí adentro? -Justin por un momento se desesperó.
- Nada, madre. A Avery se le ha caído un plato -el miró cada movimiento de ella, tratando de descubrir si haría algo para aclarar las sospechas de Mary.
- Mar.. -Justin cubrió su boca. Intentando silenciar sus palabras.
- Dices algo más y te mataré, lo juro -susurró con una voz intimidante.

Narrador omnisciente.
Su madre luego de unas horas dio una excusa para largarse ya que había notado la tensión por parte de Avery.
- ¿Te das cuenta que todo es tu culpa, verdad? Todo es por ti, todo lo que hago son cosas que tú me causas, que tú me provocas. Todo es tu culpa.

Se sentó nuevamente y miró un punto fijo, no pensaba en nada, ni en nadie. Solo quería tranquilidad, quería esfumarse de la faz de la tierra. Sus parpadeos eran monótonos, al igual que sus movimientos. Todo parecía ensayado, como si fuera una obra de teatro. Su respiración era serena y su mirada era neutra. El mismísimo vacío se podría ver dentro de sus ojos. Ella no tenía vida. El la había destruido.