1. Aterrizando en Brasil

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Entonces el modelo se limitó a volver a responderle en inglés, era muy cortado para hablar en chino, aunque si se esforzara seguramente lo haría bien.

-Lo siento, te has confundido, no pertenezco a tu grupo, soy de Los Ángeles y voy con mi selección, no con la china.

-¡Ah...! Lo siento mucho... ¿Tu nombre...? –preguntó en el mismo idioma que el más alto.

-Mark.

-Mark, lo siento. Al menos podríamos practicar en inglés o en chino, parece que entiendes todo –dijo Jackson animado, él era muy sociable.

-Encantado, aunque debo comer con mi selección, tal vez en otro momento.

-Sí, sí... ¿Perteneces al grupo de Esgrima? –preguntó emocionado, tal vez era su contrincante.

-No, Taekwondo. Nos vemos en otro rato Jackson, me hacen señas para que les lleve de beber –dijo amablemente Mark y se largó.

Fue breve para ambos y no le dieron demasiada importancia, el resto del día cada uno lo pasó haciendo las cosas que debían, entrenando y sus ratos libres lo pasaron de forma muy distinta.

Jackson decidió ir a relajarse al balneario, a relajarse y a ver a las mujeres ya que estaba, había algunas que realmente eran guapísimas. Todas tenían cuerpos musculados y era a lo que el chico estaba acostumbrado, pero ya no le llamaba tanto la atención fijarse en otras atletas. Pensó que mientras durasen las olimpiadas no le quedaría más remedio puesto que no sabía portugués y tampoco saldría de los recintos olímpicos, estaba demasiado ocupado como para ir a buscar a las típicas brasileñas que él se imaginaba en la playa y con un culo lo suficientemente grande como para poder agarrarlo desde cualquier posición y con unos pechos en condiciones, no los pequeños pechos que por norma general tenían las atletas. Había algunas excepciones, y esas excepciones junto las que tenían un rostro bonito, sería en las que se fijaría aquellos días. No perdía la esperanza de escaparse algún día a ligar con alguna brasileña buenorra, tetuda y culona vestida de carnaval, una mujer en condiciones con curvas que era lo que a él le llamaba la atención cuando veía porno.

Mark por su parte se metió en su cuarto, la número 19 en la calle "USA", justo al lado de la calle de "China". Entró en la habitación, ya tenía su ropa ordenada en aquel pequeño armario, las habitaciones no eran muy grandes, tenían una cama de 1.35 con mesitas de noche a los lados, un armario, una mesa escritorio y una silla. No había baño, eran comunes, cada calle tenía dos, uno al principio y otro al final, uno para hombres y otro para mujeres. Una vez allí en su pequeño mundo miró su móvil y le escribió a su familia, les contó cómo había sido el día y ellos le contaron lo que hicieron ellos, también le dieron la mala noticia de que no podrían ir a verlo, solo podrían animarlo detrás del televisor. Aquello, aunque les dijo que estaba bien, a él le dolía un poco, esperaba apoyo familiar en aquel momento tan importante de su carrera, pero entendía que sus hermanas tenían una vida complicada con sus respectivas familias, su hermano tenía trabajo y sus padres también.

Llegó la hora de la cena y todos los atletas fueron a cenar según les iba pareciendo, ellos dos ni llegaron a verse ya que estaban ocupados con la comida y también con sus propios compañeros. Fue a la salida del comedor donde volvieron a coincidir. El primero en salir fue el más alto, deseando acostarse, estaba algo cansado, pero una voz lo llamó a gritos.

-¡¡Mark!! –gritó Jackson, que lo vio salir delante de él y se acercó corriendo y muy sonriente.

-Oh... ¿Jackson? –preguntó Mark, algo confuso porque no sabía si acertó al recordar el nombre.

-¿Subes a los cuartos? Vamos juntos –dijo animado Jackson, y en inglés

-Ah... Vamos.

-Eres poco hablador... ¿Eh? –comentó Jackson, que era todo lo contrario.

-No hablo mucho a quien no conozco, soy tímido –respondió el más alto con sinceridad.

-Ya... ¡Bueno! Pues tendremos que conocernos, estaremos aquí muchos días... ¿Cómo vas con tus entrenamientos?

-Bien, entrenamos mucho.

-Ah... ¿Y naciste en América? ¿O eres de China? Digo... porque me entendiste cuando te hablé en chino –comentó Jackson mientras subían las escaleras.

-Soy americano, mis abuelos eran chinos, mis padres nacieron ya en América pero siempre nos hablaron en chino para tener dos lenguas –dijo Mark, probablemente la frase más larga.

-Oh... Si algo lo olvido en inglés te lo diré en chino –dijo animado el más bajito.

-Claro.

Llegaron arriba y miraron las calles, estaban juntas. Se despidieron el uno del otro y caminaron hasta sus habitaciones. Mark entró en la suya y se quitó la ropa, se metió en la cama y comenzó a pensar en aquel extraño chico, parecía divertido pero demasiado curioso. Por su parte Jackson entró en la habitación y primero se dedicó a desnudarse admirando su cuerpo frente a un pequeño espejo, comprobando que ser atleta le daba aquel cuerpazo que tanto admiraba de sí mismo. Luego chateó por whatsapp con algunas personas y terminó por acostarse, dispuesto a dormir sin darle ninguna importancia a Mark, de hecho no le dedicó ni un solo pensamiento.

Los dos se quedaron dormidos pared con pared sin saberlo, a pesar de que aún había barullo fuera porque muchos atletas seguían despiertos. El desgaste físico les hacía poder dormir como bebés y soñar en cosas realmente diferentes, el más alto soñaba con las Olimpiadas mientras que el menor tenía extraños sueños sobre comer helado de chocolate.

Así siguieron, soñando, hasta el día siguiente.

See the light (MARKSON)Where stories live. Discover now