Capítulo 2.

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Licht estaba confuso, a partir de esa noche quería saber quien era y se le ocurrió una idea que seguro le diría la identidad de su admirador secreto. Durante semanas, desde la primera carta anotaba las horas en que las recibía inmediatamente o cuando podía cogerlas, y todas tenían algo en común, siempre eran después del concierto o por la mañana recién levantado de la cama, y aquella noche impaciente le escribió para luego arreglarse como de costumbre pero colgó un collar de oro de su cuello,por debajo de la ropa. Una vez listo bajó a entregarsela a Kranz, el cual se encontraba hablando con avaricia, su mánager al verle empezó a preguntarle sin importar que su servamp estuviera delante.
-¿Qué tal vas con eso? -mirando a la carta.
-Bueno, llevamos semanas hablando y quiero saber quien es -desvío la mirada.
-¿Y si estuviera más cerca de lo que te piensas?
-Hasta que no lo vea no lo sabré -encogió los hombros.
-¿Por qué no intentas quedar con él?
-Es lo que voy a hacer. Me voy a la fiesta del puente, mañana sabré si él fue o no al leer su carta.
-Licht me intriga saber lo que tienes en mente.
-Bueno ¿se lo vais a decir si le conocéis? -miró a su servamp serio.
-Sabemos mantener un secreto.
-Está bien, -se fío- llevo algo pequeño por debajo de la ropa que solo se ve si te acercas. Mañana sabré si ha ido o no.
-¿La fiesta no es a las nueve? -preguntó Lawlees confuso.
-Sí, pero le he dicho que iría a las diez. -contestó mirando el reloj- Bueno Kranz me voy ya, dásela en cuanto le veas -dejó la nota allí.

Lich sin más distracciones se marchó a la fiesta sin saber que Kranz le había dado una valiosa pista, su admirador se encontraba muy cerca de él pero seguía sin saber quien era. En la fiesta se acercó bien muy poca gente a él, comenzaba a pensar que no iría hasta que al volver hacia el hotel cuando oyó cerca suya la voz de su servamp, irritado estuvo por darle una patada pero lo que oyó le dejó sorprendido.
-Kranz a tí todo te parece muy fácil pero si le digo que soy yo ¿cómo crees que reaccionaria?
Licht no salía de su asombro, ¿Lawlees era su admirador secreto? ¿Pero cómo, si eran opuestos el uno al otro?
-Ya te lo he dicho, tengo miedo de que me rechace. Es la segunda vez que me enamoro...
Ahora empezaba a comprenderle un poco más, pero quería seguir escuchando antes de interrumpirle.
-Olvidalo, nadie me entiende, Lich solo me ve como una carga. No soy nadie.
-Si que eres alguien -habló el pianista saliendo de su escondite.
-¡Lich! ¿q-qué haces aquí? -sorprendido colgando el móvil sin querer.
Sin mediar palabra se acercó más a su servamp mirándole a los ojos poniendo nervioso al rubio.
-La fiesta aún no ha acabado ¿por qué no estás allí? -intentó relajarse por la cercanía.
-Porque lo único interesante esta aquí -sonrió acorralandole con sus brazos a la pared.
-¿A qué te refieres?
La cercanía se hizo mayor, Lawlees podía sentir el aliento de su Eve en el oído.
-Eres tú ¿verdad?
Avaricia estaba sin habla, no se creía que eso en verdad estuviera pasando, había intentado decirlo tantas veces que ya las cartas eran su única salida, y ahora después de haberlo intentado tanto Lich le correspondía con mucha facilidad.
-Lich...yo... -se armó de valor, era ahora o nunca- YO TE AMO -sonrojado.
En un segundo sintió los labios de su querido Eve contra los suyos, sus lenguas entrelazadas y los cuerpos lo más cercanos posible. Solo fue roto el beso por la falta de aire.
-Ya empezaba a pensar que era otro -sonrió.
-¿Lo sabías?
Lich asintió y Lawlees aún rojo se atrevió a volver a besarle, sus labios eran más suaves de lo que se imaginaba. El beso duró unos minutos hasta que Lich le separó un poco.
-¿Por qué no me lo dijiste antes? Te habría correspondido como ahora.
-Tenía miedo..
El pianista sabía a lo que se refería y prefirió no darle más vueltas al tema, cogió con suavidad su mano saliendo del lugar y llevandole al hotel de nuevo.
-¿Solo quieres...? -cabizbajo entrando en el ascensor.
-No es lo que crees -pulso el botón del último piso, el más alto.
Lawlees miró los botones, en ese número sólo había un pasillo que llevaba a la azotea. Al salir del ascensor Lich volvío a coger su mano para sacarle a la azotea, estando solos ambos.
-Hay algo que quiero que oigas -soltó su mano posicionandose delante suya y activando su lead.
En el suelo alrededor de su servamp aparecieron las teclas de su piano, negras y blancas.
-Compuse está canción solo para tí -se puso de pie sobre su largo piano y empezó a tocar.
La música por primera vez en todo aquel tiempo le hacía llorar de alegría a Lawlees,cada nota que su querido pianista tocaba para él le hacía emocionarse más, el sonido era perfecto y disfrutaba escuchando toda la partitura, con cada paso que Lich daba sobre el piano los corazones de ambos se empezaban a unir más, era todo un espectáculo especialmente hecho para Avaricia. El último sonido se oyó y el rubio seguía sin poder parar de llorar por la alegría.
-Son mis sentimientos hacia tí -le besó Lich su mejilla.
Las lágrimas salían con más fuerza y el abrazo del vampiro no se hizo de esperar.

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