Él es el Rey de los Lobos, el Alpha. Ha buscado a su alma gemela, su Luna por mas 230 años,... al no encontrarla su alma comprensiva y tolerante a desaparecido dejando solo frustración, ira y desesperación a su paso.
Cuando por accidente (o el de...
Otro año mas que pasa sin que aparezca mi Luna. No se cuantos Institutos o Universidades he visitado en su búsqueda.
Es bastante asfixiante saber que ya debería haberla encontrada y aun nada, a veces pienso que la Diosa Luna simplemente me negó ese privilegio. Que no podre tener descendencia. Que tendré que pasar mi poder a mi Beta porque no tengo mas familia ni nadie mas a quien confiarle mi manada.
Que frustrante! Otro día de entrenamiento, estoy harto de esto, de todo. Solo quiero destrozar el mundo hasta encontrar a mi dulce, bella y delicada Luna, si es que existe.
Parece que mis deseos de destruir se hacen realidad, pues entra mi Delta bastante agitada a decir las palabras mágicas.
-Alpha! Ataque!, están atacando a la manada. Son vampiros.- dijo Lilith casi sin aliento.
Yo solo sonreí y salí del gimnasio, hecho una furia, ha acabar a aquellos que se dignaron a interrumpir la paz de mi manada.
Una paz que pendía de un hilo pues sin tener aun a Luna a mi lado, todos parecían explosivos o depresivos, la mujeres lobo podían procrear pero no mas de un hijo y todos los embarazos eran de alto riesgo. Muchas morían o moría el bebe, era muy triste. Los hombres lobo se desesperaban. Mi manada no estaba completa. Tenían la fuerza pues me tenían a mi, pero no el amor, pues no tenia Luna.
Vamos a destruirlos a todos. A todos esos asquerosos Vampiros. Me hablo mi Lobo Rox.
Y así transcurrió otro mes mas en mi manada. Matando, rescatando, curando, reconstruyendo y sobreviviendo a la falta de Luna.
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-He pensado cederte el poder a ti Robert. Pues tu ya tienes mate y puedes tomar el mando, proveer a la manada la estabilidad que necesitan.- le dije a mi Beta.
-Con todo el respeto Alpha, solicito permiso para hablar como amigo.- me dijo Robert.
Solo le di un asentimiento de cabeza y entendió que podía expresarse con libertad. Por lo general nadie puede contradecir a un Alpha, ni alzarle la voz u opinar al respecto de sus decisiones. Pero Robert y yo somos viejos amigos ademas de ser mi Beta, se ha ganado ese privilegio.
-Estas jodidamente loco verdad. Yo, Alpha?? por favor no durare ni medio día. No tengo tu fuerza ni tu astucia o inteligencia. Por algo tu eres el Alpha. Se que es difícil estar sin mate, pero la encontraras amigo, tranquilo. Quizás debes tomarte unos días, ir a donde no has ido nunca. O volver a visitar los lugares que ya viste. Pero no te rindas amigo.- me dijo Robert.
-Te estas escuchando. Ya no hay lugar en el mundo que no haya visitado. Y tu lo sabes, he visitado cada recóndito lugar por lo menos dos o tres veces, pensado que quizás mi mate es muy joven, no ha nacido o quizás no esta en edad suficiente y por eso no la percibo. Pero nada, no aparece, quizás la Diosa Luna me esta castigando por no proteger a mis padres y haber permitido que murieran. O simplemente mi mate ya murió y no tendré Luna.- dije yo casi gritando.
Robert solo me miro triste y negó con la cabeza, saliendo del despacho. Sabe que cada vez que menciono la perdida de nuestros padres necesito estar solo. Es un recuerdo demasiado doloroso.
Miro a la Luna desde mi ventana en el despacho, y presiono el marco de la ventana hasta destrozarlo y pienso Diosa Luna porque me haces esto.
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