Él me miraba fijamente con sus hermosos ojos color violeta oscuro, un extraño color a mi parecer, mi color favorito desde este mismo instante.

Paseé la mirada por su rostro libre de imperfecciones, su piel dorada por el Sol contrastaba con el rubio de sus cabellos ondulados que le llegaban más abajo de los hombros, sus facciones me recordaban a Alex Pettyfer pero aún así, el joven actor empalidecía ante la belleza de este chico, la forma de su boca captó por completo mi atención, poseía unos labios llenos, sexys, provocadores, bien definidos, el corazón me latía alocado, ningún chico hasta ahora había hecho que mi cuerpo reaccionase así , me preguntaba como seria un beso suyo, si les permitían tener relaciones con otras gentes que no fuesen de su etnia, pues suponía que él no debía ser humano.

Me sobresalté al ver el gesto irónico que tenía en los labios, lo miré a los ojos esperanzada de que él no se hubiese dado cuenta de mi interés por él, no fue así, sus ojos estaban fijos en mí como si hubiese estado leyendo mi mente ,esperaba que no, supuse que sentía curiosidad por mí al igual que me pasó a mí.

--Rosa ayuda a Heru a llevar las maletas al coche, hay algo que tengo que decir a Ariak

Esas palabras me sacaron del aturdimiento en el que me encontraba, asentí con un movimiento de cabeza y me propuse seguir al rubio sexy, eso me daría una buena expectativa de echarle un vistazo a su parte trasera, él se volvió con extraña expresión en el rostro y me indicó que me adelantase con un gesto de mano, me miraba un poco burlón, encogí los hombros en un gesto, él sabría lo que pasaba en su linda cabeza.

Mi padre ocupó el asiento delantero con Ariak al volante, Ariak era una chica morena en todo el sentido de la palabra, su piel, el cabello corto, todo en ella era contraria a su acompañante e incluso en estatura, yo le sacaba una cabeza, parecía una niña de doce años pero con rostro de adulta.

Heru y yo en los asientos de atrás, pegada a la puerta poniendo la máxima distancia entre nosotros, él no dejó de sonreír desde que mi padre nos presentó, de vez en cuando nuestras miradas coincidían haciendo que se acelerase mi corazón y pusiese color en mis mejillas ¿ Que estaría pensando de mí? Definitivamente no me importaba y si pensaba que iba a ser yo quien estableciese una conversación tonta con él ya podía quedarse ahí sentado.

Lo miré de reojo su sonrisa se hizo más notable cosa que me irritó todavía más de lo que estaba,¿ Como había llegado a pensar que era un chico interesante ? Mejor me centraba en el bello y verde paisaje de fuera.

--Bonito ¿verdad?

Su voz cantarina llegó hasta mí sobresaltándome un poco no me esperaba que me hablase, lo miré directamente a los ojos

--¿Eh?

Señaló él al exterior dando un golpecito al cristal de la ventana con uno de sus dedos

-- !Ah, si!

--¿No sientes curiosidad de tu nuevo hogar?

--Si. Bueno.. Dentro de poco lo sabré

-Queda un buen trecho todavía

--¿puedo hacerte una pregunta?

El chico sonrió divertido asintiendo con la cabeza

--¿Como se supone que el campamento se mantiene fuera del alcance de los curiosos y demás?

Él levantó una ceja ante mi pregunta sorprendido

--Creí que ibas a preguntarme otra cosa

--Pues no, solo estoy curiosa en esto.

--El campamento está bajo poderosos hechizos y encantamientos que repelen todo lo que no sea mágico o no sea vinculado con el sitio, tú por ejemplo, eres humana y no deberías de poderlo ver o sentirlo pero acabas de ser vinculada a él, de otra manera no podías ni estar a cien kilómetros cerca de él .

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