Capítulo VIII

5.3K 487 68
                                    

Me tomaban por loca.

Sabía lo que había visto, lo sabía. Y nadie me podía quitar eso.

Mis amigas, mis padres, todo el mundo pensaba que me lo inventaba, que lo hacia por llamar la atención.

__Claro, me encanta estar en la carretera en medio de la noche muriéndome de miedo y sin poder moverme.__ Dijo una voz en mi cabeza con demasiado sarcasmo. __Y también me súper encanta que la ventana de la cocina se rompiese y no hubiese nadie en casa a parte de mi pero cuando llegó mi madre todo se arregló, como por arte de magia.__ Siguió ésta.

Vale, puede que lo de la ventana no pueda demostrarlo ya que no hay ningún cristal en el suelo ni nada que sirva como prueba, pero estaba yo como testigo. ¿No bastaba?

Y sí, puede que tampoco tuviese pruebas sobre lo que pasó la pasada noche... ¿Pero para qué iba a inventármelo? ¿Qué ganaba yo? Porque si ganaba algo, exijo saberlo, que me den mi premio entonces.

Además, puede que a esa hora alguien me viera... Algún vecino cotilla o alguna persona paseando a su perro. Esto no podía quedar así, yo no era ninguna mentirosa.

Los días pasaban y yo seguía evitando a Derek, ya no sólo eran mensajes, era acoso. El contenido de éstos... Me ponía los pelos de punta. Siempre sabía dónde estaba, con quién y lo que decía. Estaba empezando a asustarme de verdad. No se lo había contado a nadie, ya que no quería "llamar más la atención" o "inventarme más cosas" como decían ellos que hacía. Así que decidí averiguar por mi cuenta lo que estaba sucediendo en mi vida.

Cogí el portátil y me puse a pensar sobre qué tenía que buscar información. Después de media hora entrando a sitios desconocidos de internet y encontrando extrañas opiniones, por fin encontré la respuesta.

Empecé a intentar recordar lo que había visto y sentido aquella noche. Pero nada me venía a la cabeza... Sólo me acordaba de dos personas. No, de dos personas no, de dos pares de ojos totalmente diferentes los unos de los otros. Los primeros eran verdes...un verde que nunca antes había visto, no era un tono normal en una persona, no me inspiraban confianza. Y los otros... eran negros, pero daban seguridad, a diferencia de los anteriores, que daban miedo.

Espera... ¿Qué estaba buscando?

¿Por qué tenía abierto el ordenador pero no había nada en la pantalla?

__Sería algo para el trabajo del lunes.__ Dijo una voz en mi cabeza, juraría que no era la mía, pero me resultaba familiar. Me encogí de hombros y me puse a hacer ese trabajo sin darle más importancia a aquellas imágenes de ojos que se me venían a la mente.

********************************************

Tuve que andar más de lo normal del colegio a mi casa para no volver a pasar por aquella maldita calle. Sí, era una paranoica, pero no quería que ocurriera lo mismo que la última vez.

"Lush Life" de Zara Larsson sonaba en mis auriculares, esta canción hacia que volviese al pasado verano y eso significaba paz, tranquilidad y no responsabilidades. Justo lo que necesitaba, sobre todo la parte de tranquilidad.

Estaba tan metida en mi mundo que no noté quién se acercó.

Iba caminando a mi lado como si fuéramos amigos y yo lo conociese de toda la vida, me ponía de los nervios.  

--Hola cariño. -- Dijo la persona a mi izquierda. Le miré con irritación mientras me quitaba un auricular para escuchar que decía, aun que no me importara.

--¿Qué quieres?--Pregunté comenzando a caminar más deprisa.

--Es una buena pregunta. A ti, te quiero a ti amor. --Contestó con una sonrisa maligna en su rostro.

Alleyways Donde viven las historias. Descúbrelo ahora