Luego de nuestro encuentro en el coliseo tuve que regresar a clase, pasaron las horas y llego la hora de la salida. Como siempre, la chica bonita estaba afuera, esperando con su helado.
Nos dirijamos a mi casa, luego de aquella tarde había más confianza entre las dos, al regresar nos tomamos de las manos y andábamos molestando más de lo normal.
Llegamos a mi casa, nos quedamos afuera charlando un rato, charlábamos de todo y nada, se presentaban silencios en donde nuestras miradas se cruzaban y nos intimidábamos.
Propusimos un juego de miradas, el típico juego de no reírse o no bajar la cabeza manteniendo las miradas quietas la una a la otra.
Estábamos en mi ante jardín donde antes se encontraba la entrada de la casa, jugábamos contando las veces que perdíamos, yo iba ganando con una gran ventaja de mas de 30 puntos, era muy seria en esos momentos y ella era realmente tímida, siempre agachaba la cabeza con una pequeña y hermosa sonrisa...
...En frente de mi casa se encuentra un poste que da toda la iluminación de afuera, aquel día estaba presentando unas pequeñas fallas, se apagaba cada tanto dejando completamente a oscuras afuera, o al menos en donde nos encontrábamos sentadas.
Ya nos habíamos cansado de jugar, afuera no había rastro de nadie, en mi sala no había gente, todo estaba en silencio. Mi cabeza estaba recostada en su hombro mientras ella jugaba con mis manos, las entrelazaba, acariciaba y cada tacto suyo me hacia estremecer por dentro.
Levante la cabeza para ver que estaba mirando ya que se encontraba con su cabeza hacia arriba. Estaba mirando el foco del poste que se prendía y apagaba, bajo la vista para verme y sonreírme con una ternura que ni yo podría explicar.
¡Puf! El foco se apago creando un pequeño sonido de una explosión mínima, me había asustado un poco, no es que confiase mucho en la oscuridad, pero tan pronto como entré en calma, la mire y ella seguía sonriendo, pero esta vez su sonrisa era pícara, tenia algo en si de coqueta que no me dejaba apartar la vista. Nos quedamos mirando tan fijamente que por mi mente llego un pensamiento que sería la decisión más difícil que yo habría tomado en esos momentos:
"¿La beso o no la beso?"
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Decidí hacerlo, ya no importaba si me correspondiera o no, me gustaba tanto que era hora de demostrarlo.
Lentamente tomé una de sus mejillas para acariciarla - "por Dios tiene la piel tan suave, su cara es tan angelical"- pensé.
Me fui acercando lentamente, las luces seguían apagadas. Sus expresiones cambiaron, su sonrisa fue más picara e hizo ver a sus labios tan provocativos que no pude aguantar mas...
...Ella también se estaba acercando poco a poco, tomó una de mis mejillas y pasó...
Sus labios eran tan suaves y húmedos, ella levaba el control del beso, fue el beso más tierno de toda mi vida.
Se notaba que no habían malas intenciones detrás de esto que resulto siendo puro amor.
Al separarnos juntamos nuestras narices sonriendo como si fuésemos la pareja más feliz de todo el mundo.
Nos sentíamos tan plenas, tan jóvenes, tan enamoradas, tan ilusionadas con esto llamado amor, que sin importar que fue entre dos chicas, era amor y eso era lo que importaba en ese instante, era ese sentimiento que nunca se había experimentado con nadie.
Uniendo así a una chica que no sabia nada de amor y a otra que tenia a muchos pretendientes detrás suyo. Uniendo así a dos personas que nunca pensaron que se encontrarían para cambiar sus vidas.
Creando una linda historia que comenzó... "Con las luces apagadas "
"Han pasado casi dos años y aún recuerdo lo feliz que me hiciste, chica bonita"
FIN *w*
