capítulo 3.

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Escucho el despertador sonar. No queriendo me levanto,me meto a la ducha

Me puse un short,una blusa roja,unas sandalias,me hice una cola alta,me maquille un poco para borrar las ojeras y me puse labial color nude ,algo natural. Tome mi mochila y baje a desayunar,si hoy empezaba mi instituto.

Después de desayunar,salí con mi papá de casa el me llevaría hasta la escuela, fue difícil llegar ya que aún no  conocíamos la ciudad Pero bueno,preguntando se llega a Roma ¿no?.

Después de un rato por fin llegamos a la escuela.

—La escuela más cerca de la casa—dije arremendando a mi papá ,eso es lo que me había dicho. Y era mentira.

—Oye tranquila, fue por que aún no sabíamos llegar.—entramos a la dirección.

—Santiago no pensé que tu hija fuera tan linda—me dice la directora, ya me cae bien.

—Todo lo heredó de mi—Dice  mi Papá con orgullo. Rieron. Eran de esas pláticas de adulto chavorucos que obviamente a mi,me venían dando lo mismo.

—Bueno y ahora me van a decir a ¿donde debo ir?—pregunto con una gran sonrisa.

—Ohh,lo siento aqui tienes tu horario y tu mapa de la escuela,si te pierdes pide ayuda con algún alumno querida y también me dices si tienes algún problema— le agradezco a la directora y salimos de la dirección,papá me contó que con la directora se llevaban muy bien de pequeños.

—Vendré al rato por ti,no te portes mal—me dice apuyandome las costillas. Odio eso.

—Ya papá ni que no me fueras a ver nunca más—bufo y nos despedimos.

Me dirigí  al edificio L donde decía tener mi primera clase,fue muy fácil poder encontrar el edificio por que esta cerca de la dirección,la clase ya había comenzado,así que me dirigí hacia el profesor.

—¿Puedo pasar?—todas las miradas estaban sobre mi.

—¿Eres de este grupo?.—Pregunto el profesor confundido.

—Si,soy nueva,según el horario me toca aquí,usted es el profesor Maximiliano y esta es la clase de geografía.

—¿A mitad de semestre? a ver  présteme su horario.—le entregue el papel y comenzó a revisarlo.

—Bueno,es correcto, tóme asiento a lado del señor Martínez ,ahí hay un lugar vacío.

Me senté como me dijo el profesor,resulta que el joven Martínez era Emilio,se veía muy guapo,tenía una playera gris y unos jeans negros.

—Perfecto—habló con ironía, cuando llegue al lugar.

—¿Disculpa?.—pregunté indignada.

—Trata de no acaparar toda la mesa con tus cosas y no juegues con tus pies no quiero que me patees—lamentablemente eran de esas mesas para dos personas.

—No te preocupes no pienso dirigirte la palabra.— pongo los ojos en blanco con molestia.

—Pues mejor.—habla sin dejar de ver el pizarron.

Que persona tan más arrogante ,no pasaron ni dos minutos cuando empezó con sus groserías ¿que le hice yo? yo sólo quería ser su amiga , pero que más da.

Tocaron el timbre y yo guardaba mis cosas,la mesa estaba pegada a la pared,así que Emilio estaba encerrado.

—¿Piensas quedarte así todo el día? necesito pasar o sí quieres puedo pasar encima de la mesa ya que la niña no se puede quitar—me pare del asiento de mala gana.

—Pues con tu actitud no me sorprendería que pasarás arriba de la mesa— alce los hombros

Emilio tomó su mochila y se fue,una chica se acercó a mi.

—Tranquila así es emilio,son muy pocas las personas que hablan con él y con las que no es grosero. Hola mi nombre es Diana—me dijo y me dio la mano,era muy bonita y amable.

—Vannesa,mucho gustó y no te preocupes no le pensaba dar la mayor importancia.

—No eres de aquí ¿verdad?—Me pregunto  con una sonrisa.

—No vengo de México,llegue hace 2 días.

—Y ya hoy a la escuela, esas si son ganas de estudiar. —se empieza a reír.

—Si por mi fuera,estuviera tumbada en cama durmiendo.—las dos nos reímos.

—¿Y a donde te toca ahora?.

—Según esto.—Veo mi horario.—Me toca en el edificio F salón 03.

—A mi me toca G, esta junto al tuyo , vamos.

Diana era muy divertida,creo que ya tenía a una nueva amiga,al llegar al edificio F me dijo donde quedaba mi salón.

—Quien salga primero,espera a la otra ¿te parece?.

—Esta bien, entonces, te veo en un rato—Me despido con mi mano , ya que al rato la vería de nuevo.

Llegue al salón,vaya que eran puntuales,todos estaban dentro,vi una mesa vacía ,así que me senté, de pronto llegó el profesor y empezó a dar la clase. A los diez minutos llegó Emilio y se paró en la puerta.

—¿Puedo pasar?.

-Otra vez Emilio, pasa pero que sea la última vez.

—Si ,lo siento.

Entra y mira hacia todos lados y para su mala suerte y la mía "noten el sarcasmo" sólo había un lugar vacío a lado de mi , así que se vino a sentar, haciendo un mal gesto.

—No acapares toda la mesa,no me patees,y no habrá problema—susurré arremendandolo en tono de burla.

—Mira no pienso dirigirte la palabra—Me imitó a mi también arremendandome pero con una voz de una niña de cinco años. Obviamente yo no habló así..........Creo.—hasta además esta es mi mesa.

—¿Así? ¿donde dice tu nombre? yo llegue primero.—Hablábamos sin despegar la
Mirada del Pizarron.

—Yo llegue mucho antes que tu, hace algunos meses, a ti se te hizo un poco tarde ¿no?—me dijo con ego.

—Piérdete.

Trascurrio la clases sin que ninguno volveríamos a dirigirnos la palabra. Gracias al cielo  sono la campana,el sólo tomó sus cosas y salió casi casi corriendo. Al salir Diana ya estaba esperándome.

Bad Boy. ||Emilio Martínez|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora