Señorita Zhang.

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— Llegué de Changsha hace tres o cuatro años, la verdad es que no lo recuerdo. Mamá fue enviada aquí de licencia y luego, como nos gustó el país, terminamos viviendo aquí.

MeiXing explica a JongAh mientras están esperando el taxi como cada dos días luego de clases. Ellas habían salido hacía una hora, pero la charla era tan interesante que no tenían muchas intenciones de irse, hasta que el teléfono móvil de JongAh fue sonando varias veces.

— ¿Diga? –dijo la morena haciendo mala cara en cuanto la voz al lado de la línea fue identificada, su padre le pedía su ubicación- estoy bien. Espera ¿Qué? Ajá. Estoy ocupada papá... bien, si. –ella deja los ojos en blanco tras un suspiro, mirando rápido a MeiXing a quien le sonríe- ¿Puedo llevar a una amiga a casa?... oh. MeiXing ¿cenarías en mi casa?

— ¿Eh? Uh, claro.

— Dice que si... sí papá, bye. –JongAh cuelga la llamada mirando la pantalla del aparato- Vamos.

Su padre le había dicho de regresar a casa pronto, ella ahora tenía la excusa para pasar más tiempo junto a MeiXing. Juntas tomaron el primer taxi que se paró frente a ellas, y entre más pláticas, juntas fueron a la casa de JongAh.

Al llegar, MeiXing tan educada como siempre, saluda respetuosamente a la madre de JongAh, a sus dos hermanas mayores y las mascotas de su compañera de clase, para después de todo eso subir al tercer piso y encerrarse en la habitación de la morena.

Entrar a un lugar tan privado como aquel, es ingresar un poco a la intimidad de JongAh, la china lo sabe, porque basta con mirar las paredes de la habitación, la cama donde dormía, un escritorio que parecía usaba, la estantería llena de libros sobre economía, un espacio especial para sus discos y una puerta al armario, que pensaba, tenía cientos de prendas tan bonitas como cada una de las que le miraba vestir. Pero fuera de todo ello, un largo espejo en el fondo cerca de la ventana, donde podía mirarse también.

— Disculpa a mis hermanas, son un poco difíciles –justifica JongAh acariciando su propia nuca- ¿Tienes sed? Voy por algo si qu...

— Es muy bonita tu habitación.

— Si ¿sí? Ah, sí, gracias.

— Mi habitación es más pequeña y algo oscura, aquí todo brilla.

— Me gusta que sea tan llamativa, me recuerda a mí.

— Sí, en definitiva tú eres así. –confiesa MeiXing sentándose al borde de la cama de la anfitriona, seguido de esta misma para estar más de cerca.

— ¿Dices que soy llamativa?

— Más de lo que deberías.

— ¿Estamos confesando nuestros secretos? Porque no sabía que pensabas eso de mi –la morena había reído, pero no porque hubiera un chiste, sino por los nervios que le daban estar a solas y tan de cerca de su crush.

— Dime un secreto.

— Hum... duermo con un oso de peluche –MeiXing sonríe y la morena le sigue rápidamente- vas tú.

— Jamás he tenido caries...

— Bailo las canciones de SHINee.

— Soy otaku.

— ¿Qué? ¡Yo también!

— Legal.

— Me gusta alguien –suelta JongAh sonrojada.

— A mí también. –responde MeiXing de igual forma mirando a su compañera, la morena había fruncido su ceño por la curiosidad- pero no es correspondido

Oh Yes! »KaiXingWhere stories live. Discover now