Twister

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- Bueno que hacemos ahora? Ver una película, jugar a algo... - dijo Nicolás.

Aria y Jane se miraron sonriendo y dijeron a la vez emocionadas.

- El Twister!!!

Aria se fue corriendo a su habitación a por el juego.

- Nos encanta el Twister y ahora que somos más lo pasaremos mejor - dijo Jane dando palmitas.

Aria volvió con el juego abriéndolo.

- Sabeís jugar verdad?

- Pues claro que sí, vamos, déjalo en el suelo. - dijo Nicolás.

- Vale, vale.

Y empezaron a jugar.

- Mano derecha al rojo.

- Pie izquierdo al verde.

- Mano izquierda al azul.

- Mano derecha al verde.

- Eh! Cuidado con esa mano.

- No muevas el pie.

- Y tú no empujes.

- No te tires un pedo ahora, eh?

- Te lo comerías enterito, que decís, me lo tiro?

- NOO!!! - dijeron Jane y Aria.

- Serás capullo! Y vosotras sí quitáis las manos o los pies perdeís.

- Váis a perder vosotros.

- No te pongas encima.

- Me a tocado ese color idiota!

- Voy a morderte el pie.

- Al final nos vamos a caer.

- La mano izquierda al azul, no la derecha Darius!

- Que no voy a poder!

- No hagáis trampas.

- No creo que pueda aguantar.

- Ves como llegas?

- Ni se te ocurra caerte!!

- Os estáis moviendo!

- Quedaos quietos!!

- No te apoyes en mí!

- Os estáis tambaleando!

-Que me vas a pisar!!

- No puedo más!!!

Y todos cayeron en un revoltijo de manos y piernas, Jane y Aria muertas de risa y los chicos cabreados.

- Vamos chicos solo es un juego - dijo Jane.

- En mi cumpleaños no quiero enfados, estamos? - dijo Aria señalándolos a los tres.

Los chicos sonrieron.

- Solo porque lo dice mi chica - dijo Nicolás abrazándola.

- Y si vemos alguna película? - dijo Jane.

- E traído la de espías con Jason Statham o la de objetivo: Londres - dijo Aitor.

- La de espías - dijeron Aria y Jane - porfiiii.

- Está bien, no pongáis esa cara - dijo Nicolás.

- Pero hay que hacer palomitas - dijo Aitor.

- Todavía tenéis hambre? - dijo Aria sorprendida.

- Yo las hago - dijo Nicolás yendo a la cocina.

Aria fue allí sentándose en la silla apoyando las manos en la encimera mientras veía como buscaba.

- Encima de la nevera.

Nicolás lo cogió, abrió el paquete sacando la bolsa y lo metió en el microondas. Después se acercó a Aria dándola un beso.

- Te lo estás pasando bien? - dijo mientras rodeaba su cintura con los brazos.

- Sí, gracias a todos por darme este día tan divertido.

- Increíble son arco iris - dijo Nicolás asombrado - eres feliz.

Aria bajó los ojos.

- No, no los bajes, mírame quiero verte otra vez - dijo Nicolás alzando su barbilla.

Aria lo volvió a mirar y Nicolás se quedó hipnotizado, tenía todos los colores juntos; quería verlos así siempre.

- Aria eres preciosa y quiero que seas siempre feliz. Quiero que sepas que aparte de tu abuela, tienes a Jane, a los chicos pero sobre todo me tienes a mí - dijo Nicolás observándola.

Ella asintió, hacía tiempo que no se sentía así de bien, por una vez en su cumpleaños no estaba triste. Había sido capaz de reír gracias a él, a todos; lo abrazó con ganas.

- Me gusta que me abraces pequeña.

Aria levantó la cabeza y se quedaron unos minutos mirándose fijamente hasta que oyeron el pitido del microondas. Se separaron sonriendo y Nicolás fue a sacar la bolsa y las echó en un bol; cogió de la mano a Aria y fueron al salón.

- Venga que quiero palomitas! - dijo Aitor.

- Quien las hace se las come - dijo Aria de broma.

- De eso nada - dijo Darius levantándose y coger el bol.

- Trae ese bol - dijo Aria cogiéndolo por el otro lado.

- Vamos chicos que lo vais a tirar - dijo Aitor cogiendo también el bol.

- Lo vais a romper - dijo Jane.

- Queréis hablar más bajo? - dijo Aria.

- Dejad de tirar - dijo Nicolás.

Al final se rompió y las palomitas salieron volando por todos lados y dándoles a todos en el proceso.

- Hemos roto el bol? - dijo Aria riéndose sorprendida.

- Y te ríes? - dijo Aitor.

- Quieres que llore? - dijo Aria.

- Eso nunca - dijo Nicolás.

- Entonces nos hemos quedado sin palomitas? - dijo Darius haciendo un mohín.

Aria volteó los ojos y levantó el brazo señalando a la cocina.

- En la encimera hay otra bolsa, puedes hacerlas.

Darius se fue y los demás recogieron las palomitas que había tiradas por el suelo. Darius fue al salón y todos se sentaron; Nicolás estaba feliz porque Aria se acurrucó en él. Al cabo de un rato, los chicos seguían comiendo las palomitas y reían por la película, las chicas sin embargo hacía tiempo que se habían dormido.

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