El nuevo residente de Hogwarts

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De nuevo volvieron a asentir mientras Harry y Ron se miraban recordando el momento.

 —El caso es que como de seguro ya saben gracias a El Profeta, Gildelroy salió del hospital completamente recuperado y el ministerio quiere que él pague por sus errores con trabajo comunitario así que lo han asignado a Hogwarts dejándolo bajo mi cargo.

—¿Qué?

—¿Cómo es eso posible?

Todos murmuraron en las mesas.

—¡Silencio! —solicitó Dumbledore y continuó—: Por lo tanto he decidido que ayude al señor Filch en sus labores como celador. Estará aquí durante todo el curso. Al señor Filch le será de mucha ayuda porque Gildelroy podrá usar su magia para simplificar el trabajo, ¿no es así señor Filch? —el celador asintió sonriendo. 

Todos en las mesas estaban boquiabiertos, no se imaginaban a alguien tan refinado y arrogante como Lockhart trabajando como lo hacía diariamente el pobre Filch.

—Se lo merece —soltó Ron con satisfacción.

—¡Ronald! —increpó Hermione.

—¡No digas eso, Ron! —riñó Ginny.

—¿Cómo puedes seguir defendiéndolo después de lo que nos hizo a Harry y a mí? —preguntó el pelirrojo.

—Y a todos esos autores —añadió Harry.

—Pasa adelante, Gildelroy —solicitó el director. Las puertas de roble se abrieron e inmediatamente todas las miradas se posaron en el umbral, esperando ver a un hombre abatido usando casi la misma vestimenta del celador, pero nada más lejos de la realidad, porque el hombre que franqueó el gran umbral era el mismo atractivo e imponente Gildelroy Lockhart de siempre, ataviado con una elegante túnica añil que hacía juego con sus ojos, algunos mechones de su cabello rubio y ondulado cayeron delicadamente sobre su frente arrancando algunos suspiros.

El hombre caminó con una sonrisa bonachona hasta llegar junto al director y el otro celador.

—Quiero que el señor Lockhart obtenga el mismo respeto que el señor Filch, ¿de acuerdo?.. —pero el director pareció pensarselo mejor así que decidió aclarar—: Bueno, solo quiero que los respeten a ambos.

Inmediatamente las fuentes y copas se llenaron de deliciosos alimentos y bebidas conforme el aire se llenó de voces que comentaban. Gildelroy y el señor Filch se unieron al banquete en la mesa de los profesores.

—Ya conoces a todos aquí pero quiero que conozcas a dos personas más. Ella es Lily, la madre de Harry Potter —Dumbledore hizo las presentaciones correspondientes.

Lockhart tomo la mano de Lily y la besó pero ella tenía el ceño fruncido al igual que Snape, no podía soportar tener a ese hombre cerca, no cuando sabía que él intentó lastimar a su hijo arrojándole un hechizo desmemorizante.

—Es un placer conocerla, señora Potter, he escuchado de su regreso y estoy complacido con ello —dijo el hombre sonriendo con galantería.

—Snape —corrigió Lily con orgullo ante la sonrisa de satisfacción de Severus—. Ahora me apellido Snape. Me sorprende que no haya escuchado también que me casé con Severus.

—¡Oh! ¿De veras? —inquirió Lockhart fingiendo sorpresa—. No lo sabía pero los felicito, sobre todo a ti, Severus, por haberte casado con la madre del aniquilador de quién tú sabes, eso te da mucha distinción.

—No es por eso que me casé con ella, Lockhart —respondió Severus molesto—, pero claro ¿tú qué vas a saber de eso?

—Bien, Gildelroy —intervino Dumbledore para cambiar la conversación—, pero no solo Lily regresó, también quiero presentarte a alguien muy especial —dijo señalando a Eileen que miró al rubio con una sonrisa. La mujer se reprochó internamente al no poder evitar percibir que era atractivo y elegante aunque fuese muchos años menor que ella. El hombre pudiera haber sido su hijo y ese pensamiento la avergonzó colorándole las mejillas—. Ella es Eileen Prince, la madre de Severus.

El regreso de Eileen Prince SnapeWhere stories live. Discover now