Lighthouse. {Miraculous Ladybug} [HIATUS]

Quiero alcanzarte. #1

Adrien Agreste.

Podría quedarme infinitamente viendo aquellos ojos azules. Nunca pensé que una simple sonrisa podía estimular tantos sentimientos en mí. En aquel momento en el que Plagg, mi "cariñoso" kwami, me dio mi miraculous se me pasó por la mente infinidad de cosas que podrían pasarme a partir de ahora... Pero puedo asegurar que "enamorarme" no estaba en esa larga lista.

Y aunque en un principio pensé que quizás era admiración, la forma en la que ella me hacía sentir no tenía nada que ver con aquel sentimiento que había sentido otras veces. Ella era diferente, me hacía sentir cosas que sé que nadie me haría sentir.

Lástima que fuera yo el único sintiendo este cúmulo de sentimientos con simplemente una sola sonrisa.

— ¿Chat? — Su dulce tono de voz me sacó de mis pensamientos. — ¿Me estás ignorando el "bien joué"? — Me dedicó un puchero y yo tan solo sonreí.

Nunca pensé que alguien podía tener la habilidad de ser increíble pero también adorable.

— Claro que no, My Lady. — Susurré y junté mi puño con su puño. Una débil sonrisa asomó por mis labios y ella me dedicó una.

El sol estaba a punto de marcharse, ya empezaba a anochecer. Unos pocos rayos de sol intentaban hacerse presentes antes de que la reina de la noche ejerciera su presencia y esos rayos se volvieran oscuridad. Esos destellos jugaban con los tonos de su cabello, volviéndolo más claro, llenándolo con un suave color anaranjado acorde con el cielo.

Era increíble, esa chica era increíble. Y lo peor es que no era la primera vez que ese pensamiento se me pasaba por la mente. Desde aquel día en el que vi su potencial, aquel día que sentí que estaba atado a ella. Aquel día que me di cuenta que... ella me iba a marcar, que después de ella ya nada sería igual.

No es difícil darse cuenta de que tenía razón.

— Es hora de despedirse, hasta la próxima, gatito. — Me guiñó el ojo y, a paso rápido, se alejó de mí desplazándose por los tejados de París. Las luces del atardecer hacían incluso más hermosa su silueta carmesí.

Aunque sabía perfectamente que ella se vería bien en todos los momentos del día y todas las estaciones del año.

Miré de nuevo el atardecer, aún no era de noche. Aún no sonaba mi miraculous. Obviamente, como siempre, aún no quería regresar a casa.

Como si algún día quisiera regresar a aquel lugar.

Recorrí los techos a paso rápido, realmente disfrutando de mi agilidad, cada vez superándome a mí mismo. Cada vez proponiéndome nuevos retos, nuevas metas. Aunque habían dos de ellas que aún, por mucho que lo intentara, ni me había acercado a ellas. Pero soy persistente, sé que nunca me rendiré. Siempre hay que seguir intentándolo una y otra vez. Sinceramente no sé si eso me hace valiente y tenaz o simplemente un masoquista. Pero si no luchas con todo lo que tienes, habrá un día que te arrepientas.

Y yo no me quiero arrepentir de más cosas.

Suspiré mientras el aire se volvía cada vez más gélido. Lo normal estando en invierno. Mañana sería el último día de clase y ya ansiaba que se acabaran las vacaciones de invierno. Tener días festivos era igual a quedarse en casa, algo que no quería volver a vivir después de este año. Sentir ese frío de nuevo... era algo que no quería repetir. Pero hay cosas con las que tienes que vivir y aceptarlas, a veces luchar tan solo nos consigue alejar más.

Que irónico es que yo, Chat Noir, un héroe, piense que luchar no es la solución.

Hay veces incluso que los problemas de Adrien son más difíciles que la lucha contra Hawk Moth. Aunque bueno, es tan solo un problema del primer mundo. Pero duele igual.