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Yoongi sabe perfectamente que algo no anda bien.

Últimamente, el rapero notaba el distanciamiento que había surgido entre ellos. No tenían acercamientos provocados, no miradas, no caricias tímidas disfrazadas de un roce al chocar, no sonrisas secretas en las que solamente ellos sabían perfectamente lo que cada uno sentía en ese momento estando frente a un mar de fans o simplemente frente a las cámaras, y no poder estar abrazados como lo suelen hacer en la privacidad de sus cálidas habitaciones. Parecía a verse esfumado un día, el cual Yoongi desconocía.

Sentado frente al espejo con su pelo rubio separado del flequillo con pequeñas pinzas, esperaba a que su estilista llegará y pudiera terminar de ponerle el maquillaje. Sólo faltaba media hora para que el concierto comenzará y él era el único al que no terminaban de arreglarlo, sería un problema si la hora del concierto llegará y él todavía no estuviera listo.

Siendo sinceros, es lo menos que le preocupa. Su mente no se encuentra exactamente en el concierto con las miles de fans gritando su nombre en espera a que él salga y dé lo mejor de sí para ellas. En realidad, su corazón se encuentra muy lejos, ¿Dónde? No lo sabe, no porque desconociera la raíz del sentimiento, más bien era algo muy sencillo de responder... Yoongi no se había hablado con Jimin desde que llegaron a Bangkok. No despertaron juntos, no le vio en el desayuno, no le vio en la furgoneta, no lo vio a su lado.

Entonces, la respuesta se encontraba viva dentro de esa razón; su corazón está con él -dónde sea que estuviera-, y su mente andaba vagando buscando una solución a lo que es evidente. Ruptura.

Muchas veces en el mes pasado, la palabra se hacía cada vez más presente dentro de su mente. Y ahora, estando otro mes más sin tener contacto con él, le confirmaba lo que él ya sabía y que por supuesto, se rehusaba a aceptar.

Se negaba a creer que era la mejor opción para su relación, podría ser la mejor para otras menos para la suya. Pero ¿Cómo solucionarlo? ¿Cómo? Si Jimin parecía importarle muy poco, y en vez de buscar una mejor opción junto con él prefería estar de aquí para allá del brazo de HoSeok o Jungkook, incluso TaeHyung, todos menos él.

Sí, también tenía que sobrellevar los celos que le quemaban y ahogaban cada vez que lo veía con sus compañeros de grupo.

Yoongi quería que las cosas continuarán su curso como siempre había sido, con Jimin a su lado. ¿Tal vez algo andaba mal con él? ¿Qué era lo que no veía de si mismo? Quizás y expresarle un poco más lo que él sentía, sólo quizás, él no le había dicho lo mucho que le quería y le gustaban sus besos cuando él se mantenía desprevenido o sumergido en su trabajo por la noche. Podría influir el que, él no le haya mencionado cuanto le fascinaban sus caricias que le caían más que perfectas cuando se encontraba estresado, pero más que éso; Yoongi sencillamente amaba la calidez y suavidad con la que las pequeñas y regordetas manos de Jimin le tocaban. Sus besos tímidos convirtiéndose en calientes y fogosos, las sonrisas que eran como promesas de que se querrían por siempre, y no solamente en cuerpo.

Sin quererlo, una sonrisa reposó en sus labios ante tantos recuerdos de él y Jimin haciendo el amor en lugares donde más les acomodaba. No negaba que la creatividad de Jimin para acomodarse hasta en el más angosto lugar, le fascinaba y claro, le resultaba excitante la adrenalina que le provocaba un encuentro así de peligroso, pero la idea de que fuera con él le hacía decir automáticamente que valía la pena.

-Estás casi listo, Yoongi-ssi - dijo finalmente la mujer de pelo castaño quitando delicadamente las pinzas y acomodando sus cabellos. -Terminamos.

-Gracias. - La chica se sorprendió, no por el agradecimiento -Yoongi siempre le agradecía su trabajo-, sino por el brillo en los ojos que hace un momento no tenía.

1:31AM»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora