Primeras impresiones.

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-Bien Tsukki, aunque parezca increíble, detrás de este viejo y antiguo parque de atracciones, hay un parque público con un montón de cosas chulas donde podemos montarnos. Hay también puestos de helados, cafeterias y un precioso río grande donde te puedes bañar o en otro lugar del río montar barca. Además, conozco un pequeño monte entre los arboles del bosque, apenas visible, donde tú te tumbas en el césped bajo un gran árbol milenario y puedes ver las estrellas, ya que la contaminación lumínica de este gran parque es casi nula. Vamos.

-Respecto a esta entrada que me has dado. ¿es falsa o algo?

-veras... je, je, je... la entrada a este parque es una de las más caras de Japón. Me he dejado el ahorro de casi dos años para esta cita contigo... Aún son las siete y media, abren en quince minutos... la entrada esta al otro lado de ese lago- Yamaguchi indicó un pequeño trozo visible de uno de los lagos colocado tras las abandonadas atracciones. Luego señalo una entrada a el bosque junto a nosotros.- este camino nos llevará a la entrada rodeando las orillas de las aguas. - Sonrió ampliamente. Seguidamente le ofreció la mano a Tsukkishima para ir juntos entre la arboleda. Kei sintió pena y se la dedicó. Sin embargo, Tadashi percibió esa lastima y golpeó suave pero furioso la mano ofrecida.

-Si haces esto solo por pena, no quiero que hagas nada.

-Pero...

-¿Acaso crees que esto es una broma?- Yamaguchi puso una mirada seria y decidida, algo muy poco común a la mirada divertida y unilateral de este, normalmente. El rubio se sintió intimidado por segunda vez ese día.

-Yamaguchi...

El mencionado reaccionó y regresó a su personalidad original. Pero, ¿era acaso ser feliz y querer morir al mismo tiempo la reacción indicada?

-Ja, ja... perdón Tsukki. Vamos.

Caminaban entre los árboles. En verdad no era algo que Kei hiciera mucho. Poco a poco empezó a apreciar los sonidos que producian los animalillos dentro de la frondosidad. Le gustó.
Empezó a apreciar los pequeños rayos de sol que se veian emergir del cielo y filtrarse por esos diminutos pero numeosos huecos entre las verdes hojas. Dado ese punto, la luz que era débil y tenue, comenzó a rebotar en las pequeñas olas del lago provocadas por esa brisa suave y cálida de verano casi de otoño que hacían que el agua adoptara un color áureo.

Pronto apareció alguien con quien estaba compartiendo esas simples pero primarias sensaciones de libertad. Esas cosas que uno normalmente no puede ver en una ciudad, las estaba apreciando con su amigo. Los pequeños detalles empezaron a surgir como sentimientos de colores vivos que añadian sentido a la vida deTsukkishima, pero que se la restaban a Yamaguchi.

-Mira, mira Tsukki!! Un ciervo, es un ciervo.

-Que bonito...- soltó el rubio inconscientemente

-Tsukki...

El mecionado se estremeció al darse cuenta que ha dejado sus afectos al "descubierto", algo que este no se permitia y que nunca habia dejado salir desde cuatro años atrás.

Era una tontería apenas visible para una persona normal. Pero para Yamaguchi, que llevaba tiempo con él, era un milagro.

La cara de Tsukkishima empezó a sonrojarse y pronto, se empezaron a notar pequeñas gotas de lágrimas que parecian rocío es su blanco y fino rostro.

-Tsu-Tsukki... estas... llorando...- era inevitable que Tadashi tambien lo hiciera. Se sentia feliz, pero esa felicidad se desvanecia al saber que ya no tenia tiempo.- Me quedan tan solo 2 dias de vida, Tsukki. Por favor, no llores. O me harás llorar a mi tambien.

-Pero si ya estas llorando, idiota.- no se enteró bien de lo último ficho por Tadashi.

-Tsukki... di que es lo que piensas... Tsukki... dilo.... rápido... di que soy patético .

-No voy a decirle eso a mi único amigo... y por encima de ello que se va a suicidar... no lo consentiré...

-Pero Tsukki__

-No dejaré que mueras, Yamaguchi. No creo poder corresponderte a esos sentimientos, pero creo que aún así eres mi amigo. No dejaré que te vallas con mucho que insistas.- Kei apretaba cada vez mas la mano de su compañero.

-Tsukki... me haces daño...

-No pienso dejarte ir...

Yamaguchi sonríó agradecido. Con suma paciencia y con una fuerza oculta, se deshizo de el apretón y le miró directamente a los ojos al otro.

-No creo que sea cuestión de que quieras o no... solo limítate a seguirme la corriente. Por lo menos hasta las doce de hoy. Esta noche ya te dejaré en paz.

-Yamaguchi...- el nombrado apartó imediatamente la mirada y se limpió la cara con el mismo pañuelo que limpió la cara de su amigo posteriormente. Dejemos de llorar y continuemos, ¿si?- y otra sonrisa falsa.

Pero ¿por qué Tsukkishima se negaba a decir lo que realmente sentia hacia Yamaguchi?

Estaba Pensando En Ti.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora