Capítulo 2: Trabajo

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Deidara Uzumaki

Mi hermano se fue esa mañana rápido al colegio y me habría gustado que desayunase conmigo, pero bueno... supongo que otro día sería, de todas formas aún tenía que pasar por la tintorería a recoger el traje del señor Fugaku Uchiha y unos pantalones del señorito Itachi Uchiha, que desde que había vuelto de Alemania hace dos días a terminar su estudios universitarios aquí a New Yersey, no había dejado de marearme. Se creía superior a mí y bueno... lo era, él lo tenía todo y yo no tenía nada, pero no por eso tenía que estar sirviéndole en todo y cuando intentaba protestar soltaba su mejor frase: te despido. Como le gustaba utilizarla y no podía permitirme perder el trabajo.

No quise preocupar a mi hermano con todo este asunto, pero estaba agobiado con este trabajo, yo hacía todo, parecía la chacha de su casa. Me ocupaba de limpiar, me ocupaba de ir a la compra, cocinaba yo, recogía sus recados, tenía a veces que ayudarles en temas de la empresa y ahora encima... atender a los hijos del señor de la casa ¡no podía más! Y es que aunque Sasuke era bastante independiente y no me mareaba mucho en recados, Itachi no parecía ser igual, había que hacerle todo, absolutamente todo.

Había buscado otros trabajos, pero o requerían estudios o pagaban demasiado poco para poder mantenernos, así que no tenía más remedio que satisfacer las chorradas que Itachi Uchiha me pedía y es que a mí me parecía un chiquillo malcriado y egoísta ¡Me había pedido llevarle el desayuno a la cama! Todo por no mover su culo de ricachón a la cocina y desayunar con todos, ¡Hasta la bañera tuve que prepararle!. Su hermano pequeño era diferente, siempre estaba en su cuarto leyendo y estudiando, prácticamente no salía, eran muy diferentes los dos.

Salí corriendo y es que con esta familia siempre acababa agotado, me tocaba ir a todos los sitios por ellos y no daba abasto. Llegué a la tintorería justo cuando abría y menos mal, porque como hubiera algo de cola, no llegaba al trabajo. Recogí el encargo y salí de nuevo a la carrera para pasar por la cafetería preferida de los Uchiha y recoger los cafés que tomaban ¡que encima tomaban cafés extraños! Itachi por lo menos tomaba un café manchado con un poquito de leche, la cual tenía que estar fría y desnatada, además debían añadirle un toque de canela ¡Me volvían loco con tantas cosas! Cada uno un café diferente.

Los cogí y volví a correr para ir a la empresa de los Uchiha, tenían viñedos y exportaban grandes cantidades al extranjero, aunque sus vinos más cotizados venían de una pequeña viña que tenían bajo su posesión y sólo un día se me ocurrió mirar el precio ¡Aquello no podía pagarlo ni aunque trabajase toda mi vida para ellos! Era desorbitante y lo peor de todo, es que vendían mucho.

La verdad es que no había probado su vino, no me darían un vino tan caro a probar a mí precisamente y yo no podía comprar una botella, pero entendía algo de vinos, lo que me enseñó mi padre antes de que muriese, porque nuestro abuelo, que también falleció, tenía un viñedo y sé que de pequeños, Naruto y yo solíamos ir allí. Aprendí de mi abuelo y de mi padre, pero cuando murieron, no me quedó más remedio que vender las plantaciones para poder pagar las deudas y poder vivir hasta que encontré este trabajo.

¿Adivináis quien compró las plantaciones de los Uzumaki? Los Uchiha. Claro que esto jamás se lo dije a mi hermano, no quería que se enterase de que tuve que vender lo único que teníamos. Total ya daba igual, tampoco habría podido mantener el viñedo de mis abuelos, así que no había caso a pensar en esto.

Dejé el café del señor Fugaku en secretaría y la recepcionista con una sonrisa dijo que se lo subiría inmediatamente, así que ya sólo me quedaba llegar a la casa. Cuando llegué, Sasuke ya estaba vestido y al pasar por mi lado me arrebató el café dándome los buenos días y se marchó hacia el instituto.

Suplicando tu amor (Naruto: Naru-Sasu, Ita-Dei)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ