56. "Ando en mis días"

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—Deja esto en nuestras manos. —me apoya Ariana.

—No me da buena espina, pero no tenemos tiempo. —finaliza insegura—. Espero que no lo arruinen.

—No lo haremos.

(...)

—¿No me piensas hablar? —me pregunta enfadado.

—Si quieres hablar de lo que sé que quieres hablar... No. —le respondo mientras sigo caminando por los pasillos de la universidad.

Escucho un gruñido y sus pasos cada vez más cerca—. ¿Por qué no?

—Porque no quiero. No es tema. No pasa nada, por eso. —le digo sin mirarlo una sola vez, pero sé que nunca podré perderlo de vista. Curtis es mucho más rápido que yo y solo ha mantenido distancia porque yo lo quiero así.

—No habrías reaccionado así si no pasaba nada. —vuelve a insistir.

No me gusta que me conozcas, Curtis.

—Estás exagerando. Solo déjenme sola. —le digo sin saber que escusas más poner.

—Quizás con Ian funcione eso, pero no conmigo.

Estoy segura que tiene esa maldita sonrisa que detesto en el rostro. ¿Por qué no eres un imbécil como Ian?

—Curtis no ando de humor hoy...

—¿Por qué no?

—Curtis...

—Solo dime que te pasa e intentaré entender, pero no puedo si no me explicas.

Vamos, ______ (Tn), piensa.

—¡Ando en mis días! —grito más fuerte de lo que realmente quería.

Al ver su rostro tornarse tan rojo como el mío, aunque yo diría más intenso, me siento un poco mejor. Al menos logré lo que quería, ¿no?

Cierro los ojos, arrugando la nariz, al mismo tiempo que llevo ambas manos a mi rostro sintiendo el calor que emana de él. ¿En serio tenía que decir eso? Digo, pude haber inventado cualquier otra cosa, pero... ¿Gritarle a toda la facultad? No creo que haya sido de mis ideas más brillantes.

—Podías habérmelo dicho en secreto. —me susurra y es de esta manera que me doy cuenta que está muy cerca.

—No me querías escuchar y tampoco me dejabas sola. Ya me estabas volviendo loca. —digo aún con las manos en mi cara. Bueno no es tan falso eso, en serio me estaba volviendo loca.

—Quizás quieras ir al baño. —me vuelve a hablar muy tiernamente y esta vez prefiero no intentar alejarlo, porque sé que no se irá.

Asiento lentamente bajando mis manos suavemente hasta ahuecarlas en mis mejillas. Me giro para entrar al baño que no está a más de cinco pasos desde donde estoy, pero me avergüenza ver a todos mirando a mi alrededor y, aun peor, a un chico tratando de contener su risa.

Suspiro agotada cuando Curtis me mira para saber si estoy bien, voy a modular algo antes de entrar, pero el chico se me adelanta.

—Déjala, hombre, ya te dijo. No quieres hacer enojar a una mujer en esos días, pueden llegar a ser tan...

No alcanza a terminar cuando Curtis llega al frente de él y lo toma de su sucia camiseta de alguna banda de rock. El muchacho parece estar desconcertado cuando ve a mi amigo lanzarle fuego con la mirada.

—No te vuelvas a burlar de una chica, mucho menos de ella ¿Me oíste?

Al ver los puños de Curtis contraerse contra la ropa del chico, a tal extremo de ver sus nudillos blancos, me asusto y decido hablarle.

Mi inevitable destino. (Calum Hood&tú) |MDET2|Where stories live. Discover now