Capitulo 6

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  Rápidamente me voltié y sentí un escalofrío recorriendo todo mi cuerpo. Intenté escapar de sus brazos que aún estaban puestos en mi, pero estaban firmemente quietos.

-¿Por qué de una vez por todas no me dejas en paz?-Le dije mirándolo a los ojos, esos que ya tenían un brillo distinto al de antes. Había tenido mucho valor en decírselo, ya que por dentro quería salir corriendo de cualquier lugar en el que el este.

-Solo quería disculparme contigo-Dijo lentamente, con su voz más ronca de lo normal.- Aún no entiendo porque lo hice.- Agachó su cabeza.

-¿Por qué me pedis perdón, por haberme engañado o por haberme golpeado?-Traté de sonar lo menos sarcástica posible, sin dejar mi mirada de sus ojos que también estaban morados pero mucho mejor de como estaban hace un rato.

-No me perdonaras por ninguna de esas cosas, lo sé.-Susurró.

-No arreglas nada pidiéndome perdón y luego comportándote como lo haces. Estoy cansada de escuchar esas palabras viniendo de vos.- Lo empujé con mis manos, tocando su musculosa blanca, tratando de que se alejara pero ningún músculo de su cuerpo se movía. El se quedó mirando la pared, un punto fijo en ella, estaba distraido, entonces me agaché y pasé por debajo de sus brazos. En lo notó al instante pero ya estába más adelantada, comenzé a correr las escaleras como si estuviera escapando de un asesino. Al final de la escalera el tomó mi brazo, hizo que lo mirara mientras el sostenía mis muñecas con sus grandes manos. Ambos estábamos agitados debido a esa carrera que acabamos terminar. El miraba mis labios fijamente y ya había olvidado cuando fue la última vez que los había besado. Miré los suyos, y no me dió tiempo a parpadear cuando se acercó bruscamente y los presionó sobre mis carnosos labios. Abrí mis ojos sorprendida, hice un pequeño intento de separarme pero no funcionó, igual, me estaba gustando, me gustaba sentirlo cerca de esa manera, sereno y calmado, no enfurecido. Cerré mis ojos también e intente disfrutar un poco de ese beso. Ahora el tenía sus manos en mi cintura y yo seguía con las mías a cada lado de mi cuerpo, el tomó mi mano derecha delicadamente y la subió hasta su cuello haciendo que toque sus sedoso cabello, luego tomó mi otra mano y decidí separarme. El me miró y yo a él, tenía su labio sangrando como antes, esta vez tendrá que arreglarse sólo. Me alejé de el caminando sin apuro y me adentré a nuestra habitación, pensando que me seguiría, pero no lo hizo, de hecho no se escuchó ni un solo ruido.
  Aunque estaba algo sedienta pude conciliar el sueño, sin antes pensar en ese beso como si haya sido el de nuestra primera cita o algo así.

   En la mañana me levanté con el ruido de la ducha, tallé mis ojos con mis manos y me dispuse a levantarme de la cama. Apenas acomodé un poco la cama ya que el lado de Harry estaba igual como lo había dejado anteriormente, no durmió conmigo. Sentí mi barriga moverse, mi bebé es algo inquieto, y más cuando quiero conciliar el sueño. La acaricié lentamente por ensima de mi piyama de seda y encaje rosado cuando siento mi celular sonar, estiré la mano hacía la mesita de luz que estaba a mi lado. Tenía y una llamada de Anne, mi suegra, rápidamente atendí con una sonrisa en mi labios. Ella era una persona encantadora, siempre venía a casa por las tardes y tomábamos algo de café junto con algunas cosas que ella preparaba para comer, teníamos charlas interminables y muy divertidas. Siempre me preguntaba  por su hijo y me pedía que le contara que hacía cuando llegaba de trabajar o a la noche. Lo extraña mucho y es algo muy notorio, su necesidad de saber por el es constante. Y además, es admirable la paciencia y el cariño con la que habla con Harry y conmigo.

-Hola Anne-Dije con el celular en mi oreja.

-¿Cómo estas ______(tn)?-Preguntó amablemente.

-Estoy muy bien.-Mentí- Las cosas andan bien por aquí.

-Me alegro muchisimo-Sabía que estaba sonriendo aunque no la pudiera ver.- Sabes que se acerca el cumpleaños de Harry.-Dijo.

-Claro que lo sé.-Intente sonar normal, aunque lo haya olvidado por completo. Recorrí toda la habitación tratando de no hacer ruido buscando la fecha de hoy en el calendario que estaba colgado en la pared.
  4 de agosto, mierda. Su cumpleaños era el 7, justo en tres días. Y todavía no había preparado nada para su fiesta. Usualmente hacíamos sus cumpleaños en casa, venían sus padres, su familia y sus amigos. Había mucha comida, la cual siempre se ofrecía a hacer Anne y todos quedaban encantados, por que en realidad cocinaba muy bien.

-Pensaba en hacerle una fiesta sorpresa.-Soltó

-Es una buena idea.-Dije con poco entusiasmo.

-Luego arreglamos bien, acaban de tocar la puerta.-Dijo- Esta tarde pasaré por casa.

-Esta bien Anne. Nos vemos luego-Corté. 

   Terminé de acomodar mi piyama y cambiarme la ropa, cuando siento la puerta del baño abrirse. Por el rabillo de mi ojo lo veo ya vestido para ir al trabajo. Su traje negro, su corbata roja y su cabello mojado.

-Buenos días.-Me saludó incomodo. Giré mi cabeza un poco y lo miré.

-¿Qué tienen de buenos?-Le Pregunté desinteresada.

-No mucho.-Miró al suelo- Al menos esta soleado y...-Se calló. Volví mi mirada al celular. Seguramente habrá notado las tonterías que estaba diciendo. Hubo un minuto de silencio en el que el no se movía de su lugar y yo solo miraba la pantalla de mi celular sin verlo realmente.

Me arrepentí de ser tan cortante, quizás el solo quería arreglar las cosas. Me acerqué a el a paso lento e indeciso y me paré a sólo unos pasos de el.

-Buenos días.-Dije suavemente sin mirarlo. Pase por al lado de el y salí de la habitación. Cuando estaba por bajar las escaleras miré atrás para verlo pero el solo se quedó en su lugar pensando en quien sabe que cosa. Hoy no era mi día.

  Ya eran las 8:45, Harry estaba preparado para irse. Salió por la puerta delantara con nuestro Range Rover afuera. Ni siquiera saludo, solo tomo su café casi en dos tragos y se levantó. Su comportamiento era extraño y muy distante.
   30 minutos después recibí una llamada de un número que no conocía. Atendí pensando que sería una emergencia, además que no tenía agendado el número.

-¿Hola?-Pregunte con la mirada en la laptop, estaba haciendo un trabajo para la universidad por internet, la verdad eran mucho más fáciles y útiles para mi.

-_______(tn), menos mal que eras vos.-Dijo una voz exausta.-Es el tercer número al que llamo preguntado por vos.

-¿Quién es?-Pregunte extrañada. Esa voz se me hacía familiar.

-Perdon-Se río-Soy Sebastian.

-Wow-Dije sorprendida- ¿Cómo conseguistes mi número?-Pregunte curiosa.

-Tengo contactos-Me reí- Te llamaba para que nos juntemos.-Dijo calmo.

-No,no-Hice un ruido con mi boca- No me puedo juntar con vos.

-¿Es por Harry, verdad?-Preguntó. Asentí aunque no pudiera verme. Mi humor cambió repentinamente.

-Se que lo golpeastes.-Dije sacandome los anteojos que solo usaba para leer.

-Bueno,-Toció levemente- Se que no es mi problema- Lo interrumpí.

-No es tu problema.-El aseguré.

-Si, si. Lo se, pero es muy importante.-Dijo apurado. Fruncí el ceño. ¿Qué podía ser tan importante para que quiera verme a solas?

-Decimelo acá, tengo todo el tiempo del mundo.

-No, por llamada no. Puedo ir a tu casa, no tendrás ni que salir de casa si es eso lo que te querés.-Insistió. En mi cabeza tenía algunas ideas de qué quería decir con eso. Por que quería verme.

-No es el momento.-Dije pensando el los problemas que me traería juntarme con el, en CASA, si Harry supiera eso seguramente lo cagaría a patadas.

-Esta bien.-Suspiró rendido.- Si cambias de opinión solo llámame. Me cortó en un segundo, sin darme tiempo a decir un palabra.

  Debo admitir que su llamada me dejó completamente desconsertada. El quería hablarme de Harry, ¿Pero que tenía que decirme?. ¿Seguirá dándome ideas para dejarlo? O lo vió con alguien o arruinó algo en la empresa. No sabía y la duda me intrigaba demasiado. Acababa de notar que estaba mordiendo mis uñas y rápidamente dejé de hacerlo.

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Everything You Are || H.S EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora