( aun me rió del titulo de la historia)
-hakyeon se encontraba muy asustado sujetándose con fuerza a la puerta del tren, odiaba que otra vez estuviera pasando por lo mismo, su trasero se encontraba siendo manoseado y por un tipo.
-por favor que se detenga.- suplicaba hakyeon en su mente tratando de aguantar las ganas de llorar.
-oiga usted que cree que está haciendo, pervertido! .- se escucho de pronto en voz alta una voz suave pero que notaba enojo, hakyeon aun se encontraba asustado por lo que solo pudo notar como este desconocido sujetaba con fuerza al pervertido, en ese momento el acosador logra zafarse del agarre de su salvador y sale corriendo al otro vagón.- qué asco de hombre.-reclamo aun enojado.
-muchas gracias por ayudarme.- agradeció hakyeon mientras se giraba para ver el rostro de la persona que lo salvo, pero sintió sus piernas flaquear al girarse y para no caerse se sostuvo del pecho del desconocido, este a su vez lo sostuvo, pero al actuar rápido para evitar su caída sin querer lo sostuvo de sus glúteos.
el t...también es un pervertido!.- pensó hakyeon y empezó a asustarse de nuevo, pero en cuando sintió las manos ajenas apretar sus nalgas este empujo con todas sus fuerzas a su pervertido salvador y salió corriendo del tren que para su suerte justo había parado en una estación.
-creo que no debí apretar, pero era un hombre?, no, no lo creo su trasero era muy... muy pomposo para ser un hombre.- pensó taekwoon aun parado junto a la puerta del tren un poco confundido mientras miraba su mano y la apretaba de vez en cuando.
-hakyeon al fin había llegado a los dormitorios del internado después de correr despavorido desde la estación del tren.- uf...qué bueno que me pude salvar, será mejor que me cambie estoy algo sudado.- mientras se quitaba los pantalones se miro en el espejo de costado notando su trasero.- haaa... porque los hombres tienden a tocar mi trasero, sé que es un poco abultado pero eso no les da derecho a tocarme!.- reclamaba hakyeon frente al espejo mientras el mismo se tocaba su trasero.
-ejem!... se puede saber que haces hyung.- sin que hakyeon se diera cuenta, ken su compañero de habitación había entrado a su cuarto presenciando como su hyung se manoseaba a si mismo frente al espejo, o al menos eso creyó él.
-kenn!! O...ola, esto no es lo que crees, no estoy haciendo nada raro.- decía hakyeon mientras se volvía a subir sus pantalones.
-aja, entonces me podrías explicar que era lo que estabas haciendo, porque no quiero creer que el nuevo presidente estudiantil tiene fetiches raros.- dijo ken con un aire de gracia en su voz.
-no tengo fetiches!!!, es solo que volvió a suceder y solo pensaba porque a mí me toco tener un trasero g...grande.- explicaba hakyeon un poco avergonzado.
-vamos hyung, tú no tienes un trasero taaan grande, solo uno muy pomposo...puf jajajajajajjaajajaj.- ken estallo en carcajadas mientras que hakyeon lo quería matar con la mirada.
-está bien puedes reírte de mí, al menos tú no quieres tocar mi trasero.- dijo hakyeon soltando suspiros de cansancio.
-claro que no, porque yo tengo mi propio trasero que tocar y aunque debo admitir que el tuyo es lindo, el de mi novio lo es aun mas, al menos para mí.- contesto ken muy seguro y orgulloso.
-pues me alegra que te guste mi trasero más que el del presidente mi amor, a mí también me gusta más el tuyo que el de el.- dijo ravi desde la puerta de la habitación.
-mi ravioli!, hace cuanto que estas ahí, y claro que me gusta más tu trasero por algo te amo.- decía ken mientras corría a colgarse del cuello de su novio.
