La cena siguió con total tranquilidad, estábamos terminando nuestros platos cuando Koke me miró levantando una ceja.
- Dest, enséñanos a bailar sevillanas -soltó de repente.
Yo abrí mis ojos y negué rápidamente. Pero Theo y Anto estaban a su favor, por lo que me levanté de mi silla tirando de la oreja a mi novio.
Lo puse de pie y fui hasta la barra a pedir por favor que pusieran una sevillana. El camarero aceptó, claro que fue porque sabia quienes eran ellos.
Una sevillana comenzó a sonar y todos se pusieron de pie, incluso Bea.
- Imitadme -les dije y los cuatro asintieron.
Griezmann me miraba tan atento que empezaba a avergonzarme.
Llegó la hora debailar y todos intentaban hacer lo mismo que yo. Poco a poco teníamos un público rodeándonos y gritando.
Puto Koke, me las va a pagar.
Al fin terminó y avergonzada miré al suelo.
Unos brazos me abrazaron, sabía perfectamente que era mi novio, el cual se estaba partiendo de la risa.
- Te odio, Anto -susurré y él negó.
- Eso no es cierto
- Claro que lo es.
Lo miré desafiante. Él se fue acercando cada vez más a mis labios.
Me ponía nerviosa tenerlo tan cerca. Nuestras bocas rozaban.
Lo estaba haciendo queriendo el muy estúpido.
- ¿Y ahora me odias? -susurró.
Era imposible decir que sí. Si no me besaba ya iba a terminar desmayándome aquí.
- No, Anto -respondí y él se alejó sonriente.
¿Acaso no iba a besarme? Lo miré mal y volví a sentarme en mi silla.
El francés imitó mi gesto como si nada.
- Creo que nosotros nos vamos -dijo Koke levantándose.
- Hasta otra -me despedí de los dos abrazándolos.
- Cuídala, es buena chica -le dijo Bea a Griezmann.
Esta chica no podía caerme mejor. Theo también se levantó para luego irse.
Al final quedamos sentados Anto y yo.
- ¿Nos vamos? -preguntó él.
Yo asentí. Seguía molesta por lo que había hecho.
El futbolista se acercó a pagar y yo lo esperé en la puerta.
Una vez fuera me miró confuso.
- ¿Qué te pasa? -preguntó acomodándose el pelo.
- Nada -respondí.
- Mi madre me dijo que si alguna vez le preguntaba eso a una chica y me contestaba "nada", corriera hasta la otra punta del mundo y me cambiara de identidad -me dijo.
No pude evitar sonreír. ¡Así no soy capaz de enfadarme!
- Sonriendo estás más guapa -me dijo pasando su brazo por mis hombros.
- ¿Me puedes dar un beso? -pregunté y él rió asintiendo.
Pegó sus labios con los míos. Jamás me cansaría de esa sensación.
- Pareces mi dentista -me dijo al separarse.
Lo miré confusa y él sonrió.
- Me acabas de observar toda mi boca con tu lengua -se encogió de hombros.
Yo escondi mi cabeza avergonzada. Realmente este hombre era tonto.
- ¡Estás nerviosa! -gritó.
Yo solo reía con nerviosismo.
- ¿Sigue en pie lo de ir a Madrid? -preguntó él.
Yo asentí. Tenía muchas ganas de ver a Lana y de ver a Scooby, aunque por otra parte no quería dejar a mi madre sola.
- ¿Seguro que no tienes ganas de ir de vacaciones a ningún sitio? -preguntó de nuevo.
NO, NO y NO. Me negaba a abusar de su dinero.
- Ya te dije que no -respondí mirándolo desafiante.
- Está bien, está bien -se rindió levantando sus manos.
Yo asentí sonriente.
Al fin llegamos a mi casa. Rápidamente me quité los tacones y corrí hasta mi habitación, tirándome a la cama después.
- No te recomiendo dormir con maquillaje, o en vez de una novia tendré un mapache -me dijo divertido Antoine desde el marco de la puerta.
- ¿Te quedas a dormir conmigo? -pregunté haciendo un puchero.
-Creí que nunca lo preguntarías -respondió y yo reí.
Me puse de pie y fui al baño para quitarme todo y ponerme el pijama.
Tardé un buen rato y al salir encontré a Griezmann tirado boca abajo en mi cama.
Lo peor era que sólo tenía unos bóxer.
Lo miré unos instantes, luego agité mi cabeza para eliminar los pensamientos perversos.
Me tiré a su lado.
- Sé que has estado mirándome -susurró.
El rubor alcanzó mis mejillas. Negué como pude y él rió.
- Te quiero, Dest. -me dijo apartándo algunos pelos de mi cara- y quiero quererte siempre.
- Yo también quiero quererte siempre -dije sonriendo.
Él sólo besó mi frente.
- Por cierto -me dijo ahora sonriendo traviesamente.
Lo miré frunciendo el ceño.
- Que bien bailas sevillanas -me dijo riendo.
Lo miré mal y me di la vuelta, dándole la espalda.
- Me estoy viendo tentado a desabrocharte el sujetador, será mejor que te gires -me dijo divertido.
Yo reí y lo miré de nuevo. Le saqué la lengua.
- Tan madura como siempre -dijo rodando los ojos.
- Cállate -contesté rápido.
- Oye, que mañana podríamos ir a bailar sevillanas otra vez -siguió burlándose.
- Sí, pero que venga Koke, que al bailar es incluso más guapo -dije.
- Ya no me gustan las sevillanas -respondió y ésta vez de giró él.
Empecé a repartir besos por toda su espalda. Sé que le hacian cosquillas.
- A dormir ya, hombre -fingió molestia.
Reí y me abracé a él, que rápidamente se dio la vuelta para hacer lo mismo.
- Bonna nuit -me dijo.
Casi muero. El idioma francés puede conmigo, y más si a eso le sumamos la voz de Antoine.
Escuché su risa.
- Sé que te encanta -susurró orgulloso.
- Buenas noches, tonto.
- Te quiero -dijo él.
Yo sólo sonreí y cerré los ojos. Dormir de por sí era genial. Pero dormir con la persona que más quieres abrazándote, eso es lo mejor del mundo.
*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*
Chicasss, nuevo capítulooo!
Queria deciros que no sé que pasó en el anterior cap, pero tiene casi 50 comentarios, ¡estáis locas! Pero sois mis locas preferidas💞.
Estoy en lo cierto cuando digo que tengo las mejores lectoras de todo wattpad.
¡Os quiero!😻
YOU ARE READING
Whims of fate. | Antoine Griezmann.
FanfictionSi le hubieran dicho a Destiny Mauri que en un pequeño accidente de coche conocería al chico de sus sueños posiblemente se hubiera reido en su cara. Pero, ¿qué pasa cuando esto ocurre realmente?.