18.

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POV ANTOINE.


Ella estaba enamorada de mi. La he escuchado con mis propios oídos.

Soy tan estúpido.

- De sobra sabes que yo también te quiero, Antoine -dijo ella.

Suspiré triste. Incluso después de todo lo que le había hecho, ella seguía queriéndome.

Y yo a ella, aunque sea un imbécil.

- ¿Me vas a dejar que te explique, Dest? -pregunté esperanzado.

Ella asintió. No había ninguna expresión en su cara. Ella estaba rota por la muerte de su padre y encima yo vine para seguir rompiéndola.

- Verás, Dest -empecé- dos días después de tu marcharte, Erika vino a mi hotel. Ella me volvió a amenazar con separarme de Mia, hice caso omiso, como siempre, pero esta vez venía con algo que me hizo recapacitar. -le dije.

Ella me miró a los ojos.

- Era un documento firmado por el juez que llevaba nuestro caso, en él ponía que la única forma de la que no me quitaran a mi hija era volviendo con su madre. Sé que suena estúpido, pero es así. Yo no quiero a Erika ni he jugado con ella, aquí con el único que están jugando es conmigo, Dest. Paul sabe lo mal que lo ha pasado, mi bajo rendimiento en la final de la Eurocopa fue por su culpa -terminé de explicar.

Ella seguía sin ninguna expresión facial. No decía nada, sólo me miraba.

Se dio la vuelta y comenzó a andar. Suspiré. Necesitaba a Dest en mi vida.

- ¿Dónde vas? -pregunté y ella no respondió.

Andé rápido hasta ponerme delante suya.

- ¿Es que no vas a hablarme? -pregunté y ella negó con la cabeza. -¿por qué?

- Porque eso sólo explica el por qué estás con Erika, no el por qué no me llamaste -me dijo dura y yo agaché mi cabeza.

Ella tenía razón, pero me daba tanto miedo que Erika me descubriera y por ello perder a mi hija.

Mia es lo mejor que la vida me ha dado, y no la dejaría. No iba a permitir que me separaran de mi hija.

Suspiré pesadamente y ella siguió andando.

La dejé marchar, entiendo su enfado perfectamente.

Pero no estaba dispuesto a perderla, eso no.

Mi móvil sonó indicando que me había llegado un mensaje. Era de mi novia diciéndome que en diez minutos me quería en el hotel.

Suspiré, desde que volví con ella mi vida era así, seguir sus ordenes para poder darle un beso a Mia.

Volví al hotel lo más rápido que pude, ella se encontraba en la recepción enfadada.

- ¿¡Dónde diablos me has traído!? - gritó. Todos los presentes nos miraron.

- A Sevilla -respondí obvio y ella me miró mal.

- A Sevilla en verano, hay algo que no me encaja -dijo ella pensando.

Recé. Suerte que nunca le dije de dónde era Destiny, si no me podría dar por muerto ya.

- ¿De dónde era la putita esa que te buscaste? -preguntó con maldad.

Apreté mis puños.

- Ella no es ninguna puta, Erika -dije furioso y ella rió cínica.

Whims of fate. | Antoine Griezmann.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora