OTP: Germancest

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¿Quién soy?

Tú eres un imperio y debes seguir adelante, ahora que aún tienes tiempo.

El alemán empezaba a darse cuenta de muchas cosas, al fin tenía la consciencia y la capacidad de cuestionarse a sí mismo sobre su existencia, aunque nunca tenía una respuesta, sólo esa voz de un hombre que le decía que diera su mejor esfuerzo para no decepcionarlo ya que, según él, Alemania era su orgullo.

Sabía que llegó a amar a una persona, pero, ¿cómo era posible olvidar a quien amas? Tenía el presentimiento también de que había vivido mucho junto a esa persona pero ¿quién era? ¿otro país? ¿su superior? Al parecer nunca lo sabría ni por más que se repitiera aquél sueño, era el mismo día, mismo escenario y misma situación con la misma persona que antes de irse le dio un último beso con esos labios cargados de un sabor metálico a sangre junto con la sal de las lágrimas del momento. Alemania se había acostumbrado a probar aquellos labios; suaves y carnosos que lastimosamente jamás volvería a besar, además de que ni siquiera sabía quién era él, no lo recordaba.

"Nunca entendí la razón de mi existencia". Eso era algo que siempre se preguntaba el alemán por las mañanas al verse en el espejo de la casa de Roderich.

Siempre tenía que cargar con ese buen porte, firme y seguro de sí aunque fuera a pelear con algún otro país como lo era siempre, pero no era más que una fachada que se veía obligado a mantener porque en efecto, detestaba actuar así. Se miraba una y otra vez desde distintos ángulos inconforme de su existencia... Algo le faltaba sin duda, ¿qué se supone que significaba ese amuleto en su cuello? No, no era algo Nazi ni mucho menos, tenía un valor más allá de eso pero no lo recordaba. Se sentía cómo si una parte importante de su vida hubiera desaparecido completamente.

¿Qué es esto? Se preguntaba al sacar de su bolsillo lo que parecía otra Cruz, idéntica a la suya pero con una apariencia más longeva e insalubre.

Se preguntaba constantemente sin éxito de recordarlo, ¿Por qué estaba ahí? Incluso sabía que su nombre como país significaba algo, lo pensaba así cada vez que el italiano reiteraba dicha cosa pero, ¿qué era?

No importaba cuántas veces volviera en el tiempo, cuantas guerras y momentos reviviera, Ludwing nunca recordaba a su hermano ni al superior de éste. Han pasado cien años desde que el alemán se fue quedando solo, con una fecha dando vueltas en su cabeza pero, ¿Por qué era tan importante el 25 de febrero de 1947? No había nada de interesante en eso si la Segunda Guerra Mundial terminó en el '45, sin embargo Alemania decaía cuando llegaba la fecha antes mencionada.

Alemania, eres un Imperio. No te rindas.

Esas palabras las escuchaba tan claras en su cabeza e inclusive las visualizaba provenientes de un sonriente rostro por el cual corría sangre y lágrimas. Esa persona cuya mirada no recordaba lo hizo seguir adelante.

Vielen dank...

Sabía que tenía una relación más allá con él, pero no lo recordaba y eso le hería profundamente.

West, West... ich liebe dich, bruder...

Tenía... tenía un hermano. Ahora apenas podía recordarlo, esa persona creó lo que hoy conocemos como Alemania, el Imperio Alemán fue la mayor creación en ese tiempo, él lo resucitó para bautizarlo con ese nuevo nombre ya que muchos años atrás solía llamarse Sacro Imperio Romano. Ese país hizo tanto por Alemania.

Se cubrió el rostro, evitando que él mismo vea sus propias lágrimas a través del espejo cuando esa imagen visual del país en cuestión comenzaba a aclararse, despidiéndose de él con esa gran sonrisa suya, pues jamás volvería a ver a su hermano mayor, Prusia.

Eres mi asombrosa creación, West. No debes rendirte.

Eso fue lo último que le dijo antes de que se lo llevaran para siempre. Sólo entonces esa fecha tuvo sentido; ese día Prusia fue oficialmente declarado muerto, pero lo increíble es que era erróneo, Alemania como su hermano y amante sabía que el país de Prusia desapareció mucho antes.

Se arrodilló al romper en llanto, ahora todo tenía sentido hasta para darle significado a esa Cruz, el regalo de su hermano.

Gilbert... ¿por qué me dejaste aquí solo? Quiero besarte, abrazarte... verte una vez más.

Las palabras corrían al igual que las lágrimas, no importaba si esa última vez para verlo implicara caos, molestias o lo que fuere, así era su hermano; entrometido e irritante, pero a pesar de todo siempre tuvo su apoyo con ese gran poder que tenía y desde niño, desde que dejó de llamarse Sacro Imperio Romano le tuvo ese amor y admiración a ese extraño país que se enfrentó a tantas guerras. No había marcha atrás, él realmente estaba muerto, inexistente en el mapa.

Vielen dank —Decía el alemán, apretando ambas cruces sobre su pecho, donde la que estaba oxidada y ensangrentada era de su hermano, mientras que la suya estaba pulcra, sin dejar de llorar Ich liebe dich auch, bruder.

Sin duda el alemán sería incapaz de volver a recordar la textura y el sabor de los labios de su hermano al igual que el tacto que le proporcionaban sus frías manos normalmente cubiertas con los guates a juego con su traje militar.

Te prometo que no me rendiré.

No me olvides, West...

★★★
Me imagino que ya sabrán que yo AMO a los germanos, y si no, pues ya lo saben(?
Como dije antes este es otro libro de retos que tendrá sólo seis partes y que no quise mezclar con mi blog (me siento Prusia al tener un blog ;w;)
Bien~ este reto se lo agradezco a mi linda nominadora JavIlven que se tomó la molestia de pensar en un malvado reto(?

El Reto De Los 5Where stories live. Discover now