Prólogo.

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Empezar el día con un examen de matemáticas, no es algo que realmente me agradara.

¿Pero qué podía hacer?

Algunos de mis compañeros planeaban pincharle los cauchos al profesor para que no llegara a clases. Claro que por compañeros me refería a Bart, Louis, George, Tristan y Connor.

El escuadrón de los intocables, quería hacer una de las suyas y siguieron al profesor hasta su casa el día de ayer para atacar por la noche.

Entro al salón de clases y ya algunos se encuentran repasando sus apuntes, observo como los intocables se burlan de algunos que todavía aspiran de pasar la materia. Connor y Tristan, chocan sus manos y sonríen en señal de victoria mientras que Bart, George y Louis se siguen burlando de los demás.

Me acerco a mi asiento y saco mis apuntes. No me quiero confiar.

Cuando ya han pasado aproximadamente veinte minutos, el profesor aún no llega y ya muchos habían dejado de lado sus apuntes. Hasta que la puerta se abre y un sudado profesor Riggs entra por ella.

Se los dije, no hay que confiarse.

—Le descontaré estos veinte minutos al señor Pirce y McDugents. Quiero decirles que la cámara de seguridad de mi casa grabó todo—menciona un enojado señor Riggs. No me sorprendo, él siempre está enojado—. Saquen una hoja, borrador, sacapuntas y lápiz. No quiero ver más nada en sus mesas.

Todos se acomodan lanzando maldiciones y con gestos de mala gana. Procedo a escribir mi nombre en la hoja cuando siento un golpecito en mi espalda, volteo encontrándome con Connor.

— ¿Me prestas un lápiz?—pregunta.

—No.

— ¿Por qué?—vuelve a preguntar.

—Porque no me lo vas a devolver—respondo de mala manera.

—Entonces... Regálame un lápiz.

Suspiro y decido regalarle el maldito lápiz para que me deje en paz. Saco mi cartuchera y busco un lápiz, al conseguirlo se lo entrego —lanzo—, y vuelvo a guardarla en mi bolso.

—Gracias emm...

—Daisy.

—Sí, Daisy. Te debo una.


Regálame un lápiz | Los Intocables #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora