- ¿Ella es de aquí? -preguntó. Yo negué.- Antoine... ¿crees que soy tonta?

- Por supuesto que no, pienso que eres muy lista, una pena que utilices tu cerebro así -respondí.

Ella rodó los ojos enfadada y se dirigió dentro del hotel. La odiaba.

Odiaba a la madre de mi hija, pero mis razones tenía.

La seguí hasta la habitación. La víbora, Erika, que diga, se encontraba viendo la televisión.

- ¿Con que no era sevillana, no? -preguntó ella señalando la tele.

En ella salíamos Dest y yo, eran fotos de cuando intenté hablar con ella pero no me escuchó.

- Mañana nos vamos de aquí -me informó Erika y yo abrí mis ojos como platos.

Fui a mi habitación, no serviría de nada discutir con ella. Tenía que ver a Dest antes de irme.

Sentí muchas ganas de empezar a patear todo lo que se encontraba delante de mi.

Suspiré y miré el fondo de pantalla de mi móvil. Eran las mujeres de mi vida.

Sonreí, aquel día fue genial, recuerdo como reía Mia mientras los dos jugábamos con ella en aquel parque. Sin duda Destiny sería una gran madre.

Anto: Erika se ha enterado de que eres de aquí, por favor, ven al parque que hay cerca del estadio del Sevilla en una hora, te estaré esperando, no me falles por favor.


Le di a enviar. Si ella no asistía posiblemente no la vería más.

¿Qué coño? Claro que la vería más, iba a luchar por ella, prometí que la próxima vez que fuera a Francia sería para llevarla a ella al altar.

Y así sería

- Voy a dar un paseo -avisé a Erika. Ella solo asintió.

Salí del hotel andando lentamente, ¿qué podía decirle a Dest? ¿y si no venía?

Entré en una cafetería y pedí un refresco, hacía muchísima calor y eso que la noche se estaba acercando.

Unos niños me reconocieron y vinieron a mi a por unas fotos. Gustoso me las tomé, si estaba donde estaba era por mis fans y por el apoyo recibido por todos, ¡qué menos que ser agradable con ellos!

- Antoine -escuché mi nombre y me giré. Era el hermano de Dest.

- Hola -dije bebiendo un sorbo.

- ¿Podemos hablar? -preguntó sentándose en frente de mí.

- Claro -dije encogiéndome de brazos.

Él se parecía mucho a Dest, tenía los ojos oscuros y el pelo casi negro, su piel morena resaltaba sus labios rosados.

La única diferencia era que él mediría casi 1'85 y Dest apena alcanzaba e 1'65.

Sonreí inocente, solía meterme con ella por ser baja. Aunque yo no es que midiera dos metros más que ella.

- Destiny realmente te quiere -soltó de repente.

Yo lo miré. Lo sabía perfectamente.

- Y yo a ella, te lo aseguro -contesté y él asintió.

- Tiny lo ha pasado muy mal en este mes, sé que a ella la muerte de mi padre la ha destrozado, pero sé que también está así por ti -me dijo.

Ya lo sabía. Todo lo que me estaba diciendo lo sabía y me sentía un inútil por ello.

- Lo único que te pido, es que si vas a hacerle más daño la dejes ir, y si de verdad quieres un futuro con ella, luches. No quiero que estés con ella indeciso y de un día para otro desaparezcas dejándola aún más rota. Conozco a Tiny y te perdonará, siempre lo hace con las personas a las que ama -me contó y yo asentí.

- Gracias -dije y él se levantó.

Miré mi móvil, quedaban 10 minutos para que Dest llegara al parque, si es que venía.

Salí de la cafetería y empecé a andar hacia allí rápido, no quería llegar tarde.

Justo a la hora llegué. Dest no estaba.

- Esperaré un rato -dije para mi mismo.

Me senté en uno de los bancos que había a la sombra. Me aseguré de que ella había visto el mensaje y efectivamente lo había leído.

Los minutos pasaban sin compasión y Destiny no llegaba. Mi esperanza poco a poco desaparecía.

Intenté convencerme de que vendría, pero de nada sirvió.

Media hora después, me levanté de aquel banco cabizbajo. Ella no ha venido.

Alguna que otra lágrima salían de mis ojos.

Comencé a andar hasta el hotel, estaba destruido.


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hola de nuevo chicas, me sentía inspirada y decidí regalarles este capítulo.

¡Os quiero mucho! Comentad y votad que no cuesta nada


Whims of fate. | Antoine Griezmann.Where stories live. Discover now