En los siguientes tres días los viajes fueron para ella muy extraños.
Él no tomó el autobús esos días.
Ella se sentía culpable, quizá por su culpa, ella no debió haberlo besado.
Seguramente sentía pena.
Aunque él fue el que quiso hacerlo.
Con la mirada perdida en las grises nubes de ese día y esperanzada en verle al día siguiente bajó del autobús.
YOU ARE READING
Viajes en el autobús
Short StoryÉl sólo se sienta allí, en el asiento 30. Ella sólo se sienta allí, en el asiento 31. "Una casualidad llena de intención."