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Nuevos vecinos

Fue un día cualquiera en el verano que entraría al décimo grado del colegio.

Me encontraba en mi cuarto escuchando música y navegando por el Internet gracias a las vacaciones. Confieso que estaba nervioso porque conocería a nuevos compañeros, y digamos que nunca he sido tan bueno socializando con las personas de mí alrededor. Jamás he tenido lo que se llama 'mejor amigo', siempre he estado solo hasta ahora, durante el almuerzo o trabajos en equipo me mantenía alejado de mis acompañantes, no tengo una razón específica del porqué, lo hacía como un reflejo, pero en éste nuevo ciclo escolar, quiero demostrar otra fase de mí. Quiero vivir como un adolescente de mi edad.

Me di cuenta que el día era demasiado caluroso, así que decido levantarme del escritorio y abrir las dos puertas del balcón de mi cuarto. Cuando las abro dirijo mi cuerpo hacia fuera de éste y tomo un poco del aire fresco, de repente observo un camión de mudanzas estacionado dos metros atrás del coche de mis padres.

Al parecer habitaran la casa de a lado, me alegró, porque ésa casa es gigantesca, tanto que llega a dar miedo por su aspecto oscuro por las noches, y no es todo, la peor parte me la llevo yo porque al igual que mi casa, su balcón queda enfrente de mí, de niño llegué a pensar que un fantasma saldría por ahí.

Me entretengo mirando hacía mi lado izquierdo como sacan de poco a poco las cajas y muebles los trabajadores , no evito sentir la curiosidad de saber quiénes serán los nuevos vecinos así que mantengo alerta mi vista intentando adivinar cuál de todos sería .Pienso que debe ser alguien que no llevé aquél uniforme grisáceo, como por ejemplo las personas que bajan de la camioneta negra , un hombre alto con barba que lleva un pantalón de vestir algo sencillo y su camisa azul o la única mujer que se encuentra entre ellos, de piel blanca , cabello corto estilo Bob y con un vestido floreado , ellos no se veían mucho mayores que mis propios padres.

La pareja entra a la casa, pero al parecer no cerraron una de las puertas del automóvil, unos pocos segundos después sale de ése lugar una niña de una edad de aproximadamente 10 años corriendo, tenía facciones parecidas a la pasada mujer, seguramente su hija y por último un chico adolescente que termina por cerrar la puerta de la camioneta al bajar.

Un chico de piel lechosa, con un llamativo y extravagante cabello lila degradado, cejas oscuras, labios gatunos. Sus ojos me perforaron cuando levanto la mirada y nos conectamos por casualidad.

Me sentí como si por primera vez hubiera visto la luz después de estar tanto tiempo viviendo en lo profundo de la oscuridad. Esos pocos segundos bastaron para caer ante él.

Estaba viendo un chico hecho de porcelana fina. Demasiado bello para ser real.

Me aleje rápidamente del balcón asustado ante la situación, hasta que topé con mi cama, no sabía lo que pasaba, su mirada me dejo cohibido y confuso. Nunca me llegué a sentir de esta manera.

Puede que él estuviera pensando que yo era un lenguaraz por estarlos observándolos tan directamente, pero fue inevitable. Mantengo mi vista hacia el techo de mi cuarto intentando procesarlo. Toco mi pecho con mi mano derecha y siento mi corazón latir como la velocidad a la que se mueven las alas de un colibrí.