Un café

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(YoonGi)

Creo que la mejor forma de empezar mi historia seria con lo siguiente:

-"Hay algo roto en esas sonrisas que alumbran la vida de los demás."-

-Benjamín Griss- La respuesta de Jin a mi cita literaria fue casi inmediata, era algo de nosotros, algo que acostumbrábamos a hacer cada vez que nos veíamos en la cafetería cerca de la estación de radio en la que trabajo y al mismo tiempo se encontraba cerca del fino restaurante en que mi amigo trabaja.

-Realmente pensé que no te sabrías esa.- Suspire con falsa resignación mientras me sentaba en la silla del otro lado de la mesa, justo frente a él, otra de nuestras costumbres era sentarnos junto a la ventana en el segundo piso del lugar, una mesa que estaba reservada solo y únicamente para nosotros dos, cada martes y jueves, aunque a veces pienso en que no deberíamos ni siquiera molestarnos en reservarla, ya que muy pocas personas se dan el tiempo para descubrir que en el segundo piso se encuentra un repisa que abarca toda la pared opuesta al enorme ventanal, repleta de antiguos libros que le dan un olor estupendo al lugar, y eso mezclado con el olor del café que acaban de traernos me deja en las nubes, hasta que Jin rompe mi burbuja.

-Lamento decepcionarte.- Levanto la mirada de mi humeante taza de café para encontrarme con su inocente sonrisa, sé que al igual que mi anterior suspiro es fingida, yo sólo le devuelvo la sonrisa. -Escuché el programa de la mañana, no sabía que te gustara citar a Nietzsche.-

-"Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo."- volví a citar la frase con la que finalicé mi programa matutino, y para mi sorpresa me encontré con una mirada un tanto molesta en el rostro de mi acompañante. -¿Por qué me miras así?-

-No es a ti a quien miro.- Tomó entre sus manos la taza frente a él y en el momento en que disponía a darle un sorbo susurró tan sólo para mi excelente oído. -Es al que viene detrás de ti.-

No tuve necesidad de voltearme para saber de quien se trataba, ya que la persona en cuestión llegó hasta nuestra mesa antes de que lo intentara siquiera, y antes de que él hablara yo ya sabia perfectamente de quién se trataba aunque no se hubiese puesto frente a mi y optara por dejar caer su mano en mi hombro para darme a entender que era a mi a quien él buscaba; por suerte para mi a pesar de tener una excelente audición también tengo un agudo olfato y la deliciosa fragancia de su perfume me inundó en el momento exacto en que su mano me atrapó.

-¿Qué pasa, Jimin?- Mi voz salió tan natural que no me extrañó la sonrisa de burla en los labios de Jin, el sabía exactamente que era más fingida que su inocente sonrisa de antes y mi resignación juntas.

-Te he llamado unas veinte veces y creo que te dejé más de cien mensajes, fui a buscarte a la estación, pero me dijeron que tenías dos horas libres y que como siempre debías de estar aquí, estuve detrás del mesero durante casi diez minutos para que se dignara a decirme que estabas aquí arriba, además, ¿Qué haces aquí arriba? De solo subir me aterró el silencio de aquí, sin contar con que el espantoso olor me da dolor de cabeza.- Lo dijo todo tan rápido que me fue un tanto difícil entenderle por completo y también me sorprendió el que no se mordiera la lengua en lo que duró su explicación. Sin contar el hecho de que tan solo me quedé con lo último que dijo, ¿Cómo que espantoso? Si es como estar en el cielo mismo.

-Se le conoce como tomar café, deberías probarlo, quizás hasta te guste.- Y Jin me salvó de un momento incómodo al que no sabía muy bien qué responder, pero me puso en otro aún más incómodo: el sentimiento de estar siendo ignorado.

-No hablaba contigo, princesa, así que sigue con tu mierda de café.-

-Será mejor que vayas por tus flechas, querubín, no vaya a ser que te las roben.- Y aquí iban de nuevo, cada vez que se juntaban era lo mismo, ¿La razón? Era sencillo, Kim NamJoon, exnovio de Jin y viejo amigo de Jimin, ¿Por qué terminaron? Esa es una historia que dejaré para después.

-Olvídalo, no tengo tiempo para juegos.- Y ahí estaba, la sonrisa de victoria en el rostro de Jin y el suspiro de Jimin a mi espalda, cada vez terminaba igual, ya ni siquiera sé porque sigo dándoles atención cuando empiezan a comportarse así. -Suga, necesito tu ayuda, pero es algo urgente.-

-Nunca necesitas mi ayuda, ¿Por qué habría de ser distinto esta vez?- Le di un sorbo a mi café, el primero desde que el mesero los subió, y maldición que bien sabía.

-¿Podemos hablar sobre esto a solas?- Preguntó refiriéndose claramente a Jin, ya que éste no despegaba su vista de nosotros, ni siquiera cuando el bajito se movió hasta el costado de la mesa y arrastró una silla de la mesa continua, quedando así de frente al cristal.

-Lo siento niño, pero no tengo intenciones de irme todavía.- Oh, vamos, ¿Qué alguien no puede disfrutar de un buen café sin que sus amigos discutan? Al parecer si se trata de ellos, bueno, no, no se puede.

-Jin, por favor, te recompenso luego.- Y con una mueca de disgusto hacía mi, y bien merecida la tengo se puso de pie dejando su café sin terminar y olvidado sobre la mesa.

-Tú ganas, nos vemos luego y suerte.- Y con eso se fue, dejando a Jimin satisfecho con su cometido y a mi con un pequeño gusto de arrepentimiento asomándose en mi garganta.

-¿Qué era eso de lo que querías hablar?- Con calma dejé que mis manos se acomodaran alrededor de la taza en un intento de que dejaran de sudar como manos de colegiala enamorada y se pusieran a hacer algo productivo como llevar la taza hasta mis labios sin quemarme las pelotas en el camino.

-Oh, verdad, es que conocí a una chica hace unos días, pero ella es una hija de páginas...- Una hija de paginas era el término que este enano utiliza para referirse a personas como yo y Jin, amantes de la lectura que saben apreciar el olor de un libro nuevo y amar el de un libro viejo, pero...

-¿Qué hace una chica así contigo?-

-¿Qué fue lo que oíste de todo lo que acabo de decir?- ¿Dijo más cosas luego de hija de páginas?

-¿Lo puedes repetir?- Bien hecho Yoongi, tú sólo ignora todo lo que dice, tal vez así hasta se aburre y se va.

-Decía que ella ama la lectura y todo eso, tiene libros por montón en su casa y escucha tu programa, además de que tal vez le dije que eras mi mejor amigo y que podía conocerte.- Sigo sin entender para qué necesita mi ayuda, él sabe muy bien como arreglárselas con una chica...¿Qué es lo que acaba de decir?

-¡¿Qué cosa?!-

-Sólo tienes que conocerla, no te pido que le des tu autógrafo en el pecho, solo saludarla y hablar de esas cosas que hablan ustedes.-

Está loco, ¿Verdad? Porque no le veo otra razón a todo esto o tal vez Jin tiene razón y es idiota; por favor que su idiotez no sea contagiosa, juró que me portaré bien de ahora en adelante, pero por favor no dejes que me vuelva como él, no podría vivir así.

No vale llorarWhere stories live. Discover now