Capitulo 10

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Definitivamente, dos días no son suficientes para un fin de semana.
Reuní todas las fuerzas que pude y me levanté de la cama. Tomé una relajante ducha y me vestí con un short de tela negro , y una blusa blanca con encaje, encontré un sombrero negro y lo tomé, y abajo unas plataformas negras. Sep, vestuario negro otra vez, al menos tiene algo de blanco.

Tomé las llaves del Lamborghini y me dirigí al Starbucks más cercano

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Tomé las llaves del Lamborghini y me dirigí al Starbucks más cercano.
No había mucha gente, y tenia tiempo por lo que me pedí un Latte y me senté a tomarlo.
Hoy hacia una semana de la apuesta, y debo decir que me enorgullezco de mi misma. Aunque suene imposible, logré no meterme en ningún lío. No niego que no me faltaron ganas de  darle a alguna de las (para nada zorras) estudiantes una leve caricia en la mejilla... En el mejor de los sentidos..claro, o algún suave rodillazo en sus partes nobles a los chicos con sobredosis de testosterona. Aun así logré no meterme en líos.
No es que me molestara que vivieran los chicos en mi casa, al contrario, sería como estar con mis primos. Pero la posibilidad de perder no era una opción. Además sé que me lo estarían recordando de por vida.
¡Mierda! Entre mis divagues se hizo la hora de entrar.
Recogí todo y me encaminé a toda velocidad al instituto.

El aparcamiento estaba vacío y las puertas cerradas. Ya deben de haber entrado.
(No no si están escondidos esperándote) 
Miren quien apareció, en fin,para peor me toca literatura con el viejo Harrison. Y tal vez no le caiga muy bien que digamos.
Corrí como alma que lleva el diablo, al estar silenciosos y desiertos los pasillos parecían una escena de Gotham. (Amo esa serie)
Frené frente a la puerta mientras calmaba mi respiración, hacia 45 minutos que comenzó la clase.
Segundos antes de golpear la puerta ésta fue abierta apareciendo un chico. Este estaba de espaldas por lo que no me vio.
Se oían las risas de la clase y los regaños del profesor. ¿De qué me perdí?
El chico no me vio y chocó contra mi cuando iba saliendo.
-Fíjate idiota.- Al voltearse vi que era Matthew. Tenía la mandíbula tensa y la cara colorada,pero la relajó al verme.
-Hey Nat. Creo que aún llevas la almohada pegada.- Me dio un abrazo, un carraspeo que supongo del profesor, interrumpió nuestro saludo.
- Collins, ve con el director.
-¿Tan temprano y ya en problemas señor Collins? - le dije a Matthew en tono de burla.
- Usted también señorita Lombard.- se me borró la sonrisa de la cara al escuchar a Harrison.
-¿Qué? ¿Y yo por qué ?
- Oh. No lo sé, por llegar 45 minutos tarde ¿tal vez? ¿ O que dice del vulgar vocabulario con el cual se dirige a sus compañeros? ¿O qué le parece el dormirse en cada una de mis clases? O cuando..
- Si si entendido.- lo corté antes de que siguiera con su infinita lista de las razones por las que me odia.
Harrison cerró la puerta y no nos quedó más que ir con el director.
- ¿Tan temprano y ya en problemas señorita Lombard?
- Cierra el pico .- le dije de mal humor a Matthew. ¿Vulgar comportamiento? Y este de que va.
Obviamente ir con el director no estaba en mis planes, solo quedaba media hora para la siguiente clase, así que me dirigí a la cancha de football. Al parecer Matt tenía pensada la misma idea ya que se dirigió al mismo lugar que yo. Nos recostamos contra un árbol, nuestros hombros se rozaban. Por alguna razón me sentía nerviosa cuando estaba a solas con él.
Alto ¿que? ¿Nerviosa? ¿Frente a un chico? ¿Desde cuándo?
No le di importancia y saque un cigarrillo, le extendí uno a Logan y acepto.
-No sabía que fumabas.
-Hay muchas cosas que aún no conoces de mi, preciosa. -contestó con una guiñada. Dios mío, que lindo que es este chico. A decir verdad no he visto un chico al que se le pueda decir "feo", no me sorprendería si termino con una obsesión.
Se había formado un silencio entre nosotros. Pero no era incomodo. Cada uno con sus pensamientos.
-¿Por qué estás aquí?- preguntó de repente, rompiendo la atmósfera que se había creado.
-Quería tomar aire fresco, y no tenía ganas de ir con el director.- respondí despreocupadamente.
-Ya sabes a lo que me refiero. Hablo de por qué viniste a California.
Tarde unos minutos antes de contestar.
-No lo sé, de chicos con mis primos planeábamos conocer mundo y vivir juntos. Supongo que California fue la elegida. Además , ¿por qué no?
No pareció muy convencido, pero aun así no dijo nada. Le agradecí en silencio.
Toco el timbre y nos tuvimos que parar. Antes de que pudiera ir a la clase de química con la señora Lorrys, Matthew me sujetó de la muñeca y me susurró al oído.
-Se que hay otra razón por la que estás aquí, y tengo la intención de ser quien la descubra.- dicho esto me dio un beso en la mejilla y se alejó.
Me quedé atontada por un momento. Me encogí de hombros y me encaminé al salón.

La perfección nø existeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora