Capítulo 3.

1.4K 133 42
                                    

CANDY

Al día siguiente, después de la fiesta de compromiso, tuve que madrugar. Fui al aeropuerto a recoger a mis dos grandes amigas, Annie Briter y Patty O'Brien. Las conocí en el colegio en Londres, y ahora que terminó el semestre en la universidad vinieron a pasar una temporada conmigo. Yo decidí que me saltaría el próximo semestre para pasar más tiempo en casa con mis hermanos. Estoy estudiando en la facultad de filosofía y letras, grado en historia del arte. Una carrera muy apasionante, aunque varios piensen, entre ellos mi padre y su esposa que no sirve para nada.

Ahora estoy aquí, en la sala esperando a Neal, se va de viaje, otra vez.

-Bueno preciosa, me voy, ¿prometes extrañarme?

-¿No te dijo Stear que podías esperar una semana? Podemos aprovechar para estar juntos.-

-Candy... es importante cerrar cuanto antes este negocio. Sabes lo importante que es para mí hacerme de mi propia fortuna para que en un futuro podamos casarnos, no quiero que tu familia piense que me quiero aprovechar de ti, y sacar provecho de tu dinero. Quiero ofrecerte lo que te mereces, y por eso estoy trabajando tanto.-

-Pero tu sabes muy bien que a mi no me importaría vivir en un cuartito, y sin muchas comodidades. Lo importante es estar juntos- no era la primera vez que hablábamos de eso, la verdad en el pasado, si me importaba, ahora...ahora solo quería hacer un último intento.

-Preciosa- me dijo tomándome de los brazos y mostrando una sonrisa...casi burlona- tú estás acostumbrada a lujos y comodidades, no sabes lo que es pasar alguna privación.

Odio cuando me tratan como si no sirviera para nada, como una muñequita que solo sirve de adorno.

-No te preocupes, ya pronto, unos años más y me independizaré, contaré con mi propia fortuna y te podré ofrecer lo que tú te mereces. Mientras tanto recuerda que nos comprometimos a formalizar nuestra relación, ahora sí somos novios formales.-

Me aleje un poco de él-Pues precisamente de eso quería hablarte-

-¿Qué pasa?-

-No le veo el caso, que seamos "novios formales", si ni siquiera nos vemos, ¿no crees que debemos esperar?- por un momento algo en mi interior quiso que me dijera que no.

--¿Sabes? Creo que tienes razón, no debemos apresurar las cosas. Ahora me voy- me dio un esporádico beso en los labios y se subió al auto- te quiero- me gritó. Y yo me quedé parada en la entrada viendo como desaparecía, preguntándome por qué seguíamos juntos. En eso oí una voz detrás de mi- ¿Ya se fue?- me preguntó Patty.

-Sí. – fue mi escueta respuesta mirándola con melancolía.

-¿No se quiso quedar?- esta vez habló Annie.

-No. Dice que está trabajando mucho para ofrecerme algo bueno y poder casarnos. Pero, ¿saben algo? La verdad, hace un año le creí, pero ahora solo sirvió para darme cuenta que estamos juntos solo por costumbre. Le volví a decir que no me importaba vivir en un cuartucho, sino estar con él.

-¿Y que te dijo?- me preguntó Annie, de mis dos amigas ella era la que era más sincera y no aprobaba que siguiera con Neal. Así que estaba molesta.

-Lo mismo de siempre.-le dije.

-Amiga, perdona que te lo diga pero...- cuando Patty me hablaba así ya sabía yo, que todo lo que me diría tendría la razón- entonces eso significa lo poco que te conoce.

No me quedó más que asentir, Patty, como siempre, tenía razón. Cuando estaba en Londres, mi abuela acostumbra visitar varios orfanatos, en ellos se requería mucha ayuda, así que cómo ella me llevaba, yo aprendí desde tender una cama, hasta hacer de comer. Había veces que me quedaba días en uno o en otro. Aprendí a administrar el dinero de tal manera que hubiera suficiente para los gastos del mes, o hasta que viniera la próxima donación. Me vi rodeada de limitaciones y conviví con gente que vivía al día. Con gente que no sabía que sería de ellos el día de mañana. Pero de todo eso, por supuesto, Neal no sabía nada, porque cuando yo quise hablarle de ello, pensó que lo único que hacía eran obras de caridad. Y eso cualquier niña rica lo hace.

Del Brazo Y Por La Calle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora