4: El entrenamiento

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–¿Qué haces? –preguntó curioso mientras bostezaba y miraba la camiseta de béisbol que llevaba puesta, no sabía porqué pero le hizo sonreír.

Derek tardó en contestar. Cuando lo hizo paro de escarbar y cogió algo entre el suelo de la casa.

–Armarte –dentro de un pañuelo, Derek saco una pistola que lanzó a la cama para que se quedara al lado de Stiles, aunque también lanzó una mirada furtiva para ver al muchacho, después miró hacia otro lado de manera rápida.

Stiles saltó de la cama tan rapido como la pistola tocó el colchon, se asustó de que estuviera cargada y se disparara. Había visto muchas peliculas y series donde por menos uno se llevaba un balazo.

–¡¿Qué haces?! –preguntó sobresaltado –¿Y si se dispara sola?

Cuando Stiles vio que no se disparó la pistala, se sintió un poco estúpido.

–No quiero morir de una forma tan tonta, espero que cuando muera sea de una forma valerosa y que escriban un libro o canciones sobre mí –dijo en tono divertido.

Derek esbozó media sonrisa, pero Stiles no le pudo ver desde su posición, luego la cambió y volvió a generar una mueca seria, se giró y le miró con su semblante frío.

–Tenemos que entrenar, esta noche los Argents vendrán con algo más que un viejo y un veinteañero principiante, ¿Qué tal andas de puntería? –le preguntó mientras volvía a poner el suelo tal como estaba.

–Con las pistolas de la feria no doy ni una... pero todo el mundo sabe que esos feriantes las trucan, así que ni idea –le confesó con una media sonrisa de broma.

Derek puso mala cara.

–Eres el hijo del Sheriff y, ¿Nunca has probado con una de verdad?

Stiles encogió los hombros algo avergonzado. Derek le miró con una mirada de desaprobación a eso.

–Oye, tú eres hijo de lobos y nunca has comido comida para perros –Derek se quedó callado –¿O sí?

Derek le miró con mala cara y abrió la puerta de la calle. La luz entró fuerte alumbrando toda la caseta. Derek salió arrastrando los pies.

–Venga, hay más cosas que tengo que enseñarte.

La mañana transcurrió en varias pruebas. Empezaron con la pistola, pero luego les siguió orientación, tácticas de combate, algo de primeros auxilios por si le herían y por último pelea cuerpo a cuerpo.

Con la pistola había sido un desastre. Tanto que Derek pasó rápido al siguiente tema ya que veía que no progresaban. En los otros dos Stiles mostró mucha más facilidad de aprendizaje, sobretodo en las técnicas de combate donde Derek cogió unas cuantas ideas de cómo atacar la casa de los Argents esa misma noche.

En el ultimo punto se tiraron más de lo esperado. Stiles no tenía una condición física demasiado ''fuerte'', era más bien un adolescente delgado y sin gran fuerza. Derek le pedía que le atacara con toda su fuerza, sin preocuparse, que le viera como un enemigo que le mataría si pudiera.

Aunque Derek le decía que él le atacaría con todas su fuerzas, no usó ni un 10% de esta. Aun así, Stiles se enfadaba cada vez que acababa en el suelo o se llevaba algún arañazo o moretón.

–Esta vez te vas a enterar, no pienso tener piedad contigo grandullón –le dijo con voz grave, pero a Derek le entro la risa, aunque no lo manifesto y simplemente asintió con la cabeza lentamente.

Stiles atacó.

Corrió rápido en linea recta y lanzó un fuerte puñetazo contra la cara de Derek. El puño de Stiles fue cogido antes de impactar en la cara de Derek por la mano de este. El puño fue envuelto por la mano del Alfa y este tiró fuerte del brazo de Stiles hacia él. El movimiento fue parecido al que se hacía en un paso de baile, obligó a Stiles a girar sobre él y le apresó entre sus brazos. La mano derecha del alfa estaba alrededor del cuello del joven y la izquierda apretaba el cuerpo de Stiles contra sí para que no pudiera soltarse.

Ahí estaban de nuevo los dos juntos, pegados uno al otro. A Stiles le costaba respirar, no solo por aquella situación sino también por todo el entrenamiento que ya hacía mella sobre él. Derek intentó darle la menor importancia, pero se podía ver en su cara que estaba algo avergonzado.

–Podría partirte el cuello si quisiera, solo tendría que usar esta mano –acarició levemente el cuello –O si tuviera un cuchillo abrirte la garganta.

Stiles sonrió.

–Pero no quieres, ¿No? –intentó soltarse.

Derek se enfadó. A veces el sarcasmo de Stiles hacía parecer que se lo tomaba todo a broma y eso repateaba a Derek.

En un gesto brusco, volvió a pegarle más a él, tanto que incluso Stiles notó algo de dolor al notar los brazos de Derek agarrándole tan fuerte.

–No es una broma, Stiles –le aseguró –Esta noche no podré estar pendiente de ti, no puedes hacer el tonto, si te matan no volverás a ver a tu padre ni tendrás una vida.

Intentó hacerle entender, pero Stiles se enfadó también. Estaba harto de que Derek le insinuara que no se lo tomaba en serio y de que era un adolescente pesado.

Se revolvió entre los brazos del hombre lobo y le empujó para alejarlo de él. Derek no borró su cara de malas pulgas, pero la convino con algo de confusión y sentimiento de rechazo.

–Yo soy el que se la juega entonces, ¿No? –le miró Stiles con cara seria –Pues si es así deja de decirme lo que tengo que hacer, si me matan me han matado pero no me vengas otra vez con el discurso de que no me tomo nada en serio y que soy un joven irresponsable.

Derek estuvo apunto de decir algo, pero Stiles se adelantó.

–No eres mi padre, ni mi amigo así que limítate a la pelea y punto –Stiles se giró y se fue dirección a la caseta abandonada.

Derek se quedó unos segundos en silencio, quizás debía decirle que le importaba que le hicieran daño, no solo porque no quería estar como cuando llegó a Beacon Hills, solo y sin esperanza, sino también porque le necesitaba para poder seguir adelante y no volverse loco. Pero no lo dijo, simplemente se limitó a bajar la cabeza y quedarse en el bosque.

Solos [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora