El secreto de las tacones de aguja. (One Direction) [#1 Mentiras]

Capitulo 9.

Siento que sea corto, pero tenía que dejarlo hay. Ya sabeis, por la emoción.

Narra Daisy:
Estábamos a Lunes. El Viernes cancelaron las clases por no se que huelga, mientras no hubiera clases yo era feliz.
El invierno había llegado, y había llegado pisando fuerte con -2º y una helada que congelo las carreteras y que según la televisión no se descongelaría hasta el mediodía.
Por lo que tendría que ir al instituto andando y no me hacía ninguna gracia.
Me puse unos vaqueros marrones, un jersey de lana blanco a rayas horizontales rojas y un gorro de lana a juego con el jersey.
Me puse mis botines marrones forrados por dentro con pelitos y baje a desayunar.
Rick estaba sirviéndole una sopa a Marie, la cual había empeorado con el mal tiempo, y esta le dio las gracias con a penas voz.
"¿Te encuentras mejor hoy?" le pregunte y ella me miro con ojos llorosos.
"No, creo que hoy me quedare yo con ella" dijo Rick.
"¿Por qué no me quedo yo? Tienes que mejorar tus notas, Rick" dije.
"Y tu también, esta tarde tengo entrenamiento y tu el de animadoras. Esta tarde te quedas en casa por mi y ya esta"
"Pero soy la capitana, no puedo dejarlas solas. ¿Te importa sin vienen Valerie y Fiona a cuidarte, Marie?" le pregunte a mi hermanita.
"Para nada" dijo ella con la voz a penas audible.
Desayune y le di un beso en la mejilla a Rick y uno en la frente a Marie, antes de salir para el instituto.
Iba tarareando una canción mientras caminaba por una calle llena de bonitas casas familiares, todas iguales.
Sin querer pise un trozo de hielo que había en la acera y resbale.
Ya me veía con el culo en el frío suelo cuando sentí que me cogían de la cintura.
Abrí mis ojos lentamente para encontrarme con un par de ojos azules como el cielo y una sonrisa reconfortante.
Niall me puso otra vez en posición vertical y lo mire.
"Muchas gracias por evitar que cayera de culo, Niall"
"No hay de que, estaba saliendo de mi casa y vi como ibas directa a ese trozo de hielo, así que corrí para salvarte" lo último lo dijo con tono dramático e hinchando el pecho exageradamente.
Yo solo reí.
Entendía a June por amarle, era un chico muy dulce.
Los dos empezamos a caminar hablando sobre cosas sin importancia de camino al instituto y descubrí que de pequeño tenía una dentadura muy fea y que se puso aparatos porque se burlaban de él.
Me dio mucha pena porque Niall es un chico muy dulce, y también muy sensible. Pero luego pienso que si hubiera estado con esa sonrisa en este instituto yo me habría burlado de él y me di cuenta lo despreciable que era. De lo que podrían provocar mis actos. Yo no quería que nadie volviera a sufrir o a cambiar solo porque la gente se burle de ellos.
Y me arrepiento de haberme dado cuenta tan tarde de las consecuencias que pueden haber tenido mis actos.
"Oww, pobre Nialler. Deberías haberte dejado esa dentadura y haberlos mandado a todos a la mierda" dije abrazándolo de lado y el imito mi gesto.
"En el fondo eres buena chica, Daisy. Y yo que creías que eras una arrogante sin corazón" dijo él.
Yo me hice la indignada poniéndome una pano sobre el corazón.
"Auch. La verdad duele" dije y los dos reímos.
Llegamos al instituto.
"Adios, Daisy. Me ha gustado haber hablado contigo"
"Adios, Niall. Y gracias otra vez por salvarme"
"No fue nada"
Me dio un beso en la mejilla y se alejo.
Yo sonreí y entonces vi a June apoyada en uno de los árboles con unos vaqueros marrones y un abrigo negro fulminándome con la mirada.
No puede estar celosa de mí, ¿o si?
Narra Valerie:
Pase por al lado de un charco de hielo descongelado y una moto paso por mi lado salpicandome, fue muy poco, apenas los zapatos. Pero me cabree.
"¡Hey, imbécil! ¡Me has mojado los zapatos!" la moto se paro y se dio la vuelta hasta llegar a mi.
Un tipo de unos 23 años me miro mal montado sobre su moto con su chaqueta de cuero, y su todo de cuero.
"Hey, monada. Deja de ser tan pija y alomejor me entran ganas de disculparme. Aunque no lo veo muy probable" dijo con una sonrisa sarcástica.
"Eres un hijo de puta" escupí en su cara totalmente enfurecida.
El tipo alzo una ceja y me cogió del brazo.
Solté un gemido de dolor por la fuerza con la que me sujetaba.
"Repitelo si te atreves, pijita"
"Sueltame"
"Ya no eres tan valiente, eh"
"Ha dicho que la sueltes"
Los dos giramos nuestras cabezas hacia un chico de pelo negro y ojos mieles que venia tranquilamente caminando por la acera con las manos metidas en su chupa de cuero.
Zayn.
"Hey, Zayn. No sabía que te juntabas con pijitas" dijo el tipo a mi lado.
"Ni yo que fueras tan gilipollas, ahora sueltala, Max" dijo Zayn sin inmutarse.
El tal Max me soltó y se fue a toda pastilla con la moto rugiendo.
"Esta loco para conducir con las carreteras congeladas. O no aprecia su vida" dijo Zayn.
"Yo apuesto por la primera" bufe.
Zayn sonrió de lado y me miro divertido.
"Tienes que aprender a controlar tu carácter. Max no es un buen tipo" dijo Zayn pasandome de largo y siguiendo su camino hacia el instituto.
"Si se hubiera encontrado con Daisy le hubiera soltado una bofetada"
"Y ahora posiblemente ella estuviera en el hospital. Max no teme pegar a una mujer, el no tiene principios"
"¿Y por que te juntas con gente como el?"
"A veces me encuentro con gente como el sin poder evitarlo y no puedo hacer nada al respecto. O estas con ellos, o contra ellos"
"¿Te metiste en algún lío?" pregunte.
"¿Por qué todas las chicas guapas sois tan entrometidas?" pregunto el sonriendo de lado y sentí mis mejillas encenderse.
"¿Crees que soy guapa?"
"Yo y la mitad de la población masculina del instituto. La otra mitad son gays o están más interesados en los libros" dijo mirándome de reojo, ya que yo iba a su lado.
"No me respondiste a la pregunta"
Se giro y yo me pare. Estábamos frente a frente, a la vuelta de la esquina estaba el instituto pero no había nadie, por lo que estábamos solos.
Nuestras narices se rozaban, si se inclinaba un poco más nuestros labios también lo harían.
Los rápidos latidos de mi corazón sonaban en mis oídos y mi vista no se despegaba de sus labios. Los cuales formaron otra sonrisa de lado y se separo de repente de mi.
Dio la vuelta a la esquina y empezó a caminar hacia el edificio del instituto.
"¡Eh! ¡No respondiste a mi pregunta!"
Como respuesta solo tuve una grave carcajada que me hizo estremecer de pies a cabeza.