Crecer: Segunda Temporada.

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Crecer es parte de la vida, hay gente que crece en su vida diaria, en altura y más. Pero ellos crecieron tanto profesionalmente como en familia. Sus hijos eran maravillosos,  mientras que ellos eran unos padres sobre protectores. Uno era un burócrata, otro un maestro, le tocaba darle clases a sus propios hijos y eso sólo hacia más difíciles las cosas, sin tomar en cuenta que trabajaban en el gobierno luego de ser extorsionados por las "trágicas" muertes de dos de sus ex-compañeras de escuela, que de trágicas no tenían de nada, después de todo habían disfruta en regar aquellos intestinos y aquel líquido carmesí, amaron hacer sufrir a esas perras. Pero si dejamos eso de lado, ya que la historia es divertida, pero demasiado larga, hoy les tocaba ver a sus hijos. Karma estaba un poco enojado, su hija les presentaría su novio, al igual que su pequeño.

No había nada más doloroso que eso, bueno tal vez si, y eso era el hecho de que tanto Nagisa, Karma y Sora, después de todo querían mucho ha la pequeña Hikari, dulce e inocente niña, claro, era fanática del Yaoi, pero aun así ellos creen que es inocente. Hombres engañados por una linda sonrisa. Eso era el gran acontecimiento del día aunque Karma se la pasaba quejándose sobre el hecho de que su linda hija peliverde saliera con un chico, él deseaba que fuera una chica, no le rompería el corazón de eso estaba seguro él burócrata pelirrojo.

Pero vaya sorpresa se darían los hombres de la casa, tanto tiempo, cinco años, cinco años luego de tantos sucesos, algunos bueno, otros malos y otros ocasionados por alguien de ellos. Pero todos son buenos momentos que nunca se olvidaran.

-Cuanto tiempo, y parece que fue ayer cuando todo volvió a ser normal-murmuro Karma hacia la nada exactamente.

Nagisa lo observo con una sonrisa un poco maliciosa, en serio que esto era divertido.

-Ni que lo digas, Hikari esta por casarse y Sora ya es grande-comento como no queriendo la cosa-, tal vez, sólo tal vez, ya hasta la inocencia perdieron con sus parejas-el tono de voz fue burlón.

-Nagisa...

Él pobre pelirrojo termino en una esquina de la cocina llorando de manera dramática, no estaba listo, podías amenazarlo, torturarlo, hasta retarlo, pero para lo que nunca estaría listo era para perder a sus hijos, lo que más le dolía era pensar que alguien le quitara la poca inocencia que les quedaba a sus hijos. En cambio Nagisa podía vivir con eso, mientras no les rompieran el corazón, definitivamente Karma odiaba en ese aspecto a su amado esposo, no entendía como aceptaría que violaran a sus hijitos.

-No es violación sin ellos lo permiten y nadie mejor que tú lo sabes ¿no Karma?-cuestiono intentando dejar por cerrado el asunto.

-Yo no sé nada de eso Nagisa, me ofende el hecho que digas que yo...

-Callate y ayúdame con la cena, maldito pelirrojo, dramático e infantil.

-Así me amas-aseguro.

-No lo sé, me lo empiezo a cuestionar-dijo divertido.

Aquello solo ocasiono que Karma terminara de nuevo en su rincón.

-Joder, solo jugaba Karma, ven a ayúdame dormirás en  el sofá por toda una semana-sentencio sin más.

Esto sería difícil para aquellas nuevas personas que se unirían al circulo familiar y más teniendo como suegro a un pelirrojo asesino y famoso. En cambio, Nagisa solo observaría con divercion la escena familiar.



No se si les gustara, esto es corto, pero es una prueba para ver si quieren que lo siga escribiendo, o se quedan con el final.

De regreso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora