Capitulo 3: ¿Quieres bailar?

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  —Nunca me verás en ese plan Damián, sueña despierto — dije caminando hacia mi nuevo audi azul que me regalo Kelly como regalo de graduación y que me costó mucho aceptar.

Coloque a la niña en el asiento de atrás bien amarrada y arranque.   Iba manejando despacio y estaba tranquila mientras que en el camino Thalía me iba haciendo preguntas. ¿Qué porque no tengo novio? ¿Por qué siempre estoy sola? ¿Por qué no tengo hijos?  De verdad que los niños aprenden demasiado rápido y hacen muchas preguntas.  A todas esas preguntas traté de responderlas de la mejor manera.  Yo no quiero volver a enamorarme de un hombre que solo quiera utilizarme rompiendo mi corazón en mil pedazos.   Una vez caí en ese juego, pero no vuelvo a caer de nuevo y mucho menos quiero un hombre como lo fue Iván que casi mata a mi hermana.

Comenzó la música para darle entrada a Claudia que tenía un vestido largo blanco sin mangas y en la parte de arriba tenía muchas piedras pequeñas en cristal.  Ya yo estaba en mi lugar observándola caminar de la mano de su padre y viendo como Armando su futuro esposo la miraba lleno de amor con una amplia sonrisa.   Él era un castaño de ojos miel y de tez bronceada.  Según me conto Kelly es un gran hombre y se conocieron en Irlanda hace tres años. 

La iglesia estaba decorada con rosas rojas.  Las bancas tenían unos grandes paños blancos conectándolos con arreglos de rosas.  Todo se veía maravilloso y podía conmover hasta el más de piedra. ¡Porque lo logro conmigo!

Anthony entrego a Claudia al altar con una sonrisa deslumbrante, se le notaba lo feliz que estaba por su hermana.  Gracias a Claudia en la prueba de vestido me enteré de que Anthony estaba tremendamente enamorado de una chica encantadora y tienen hasta planes de bodas.  Estaba feliz porque él había encontrado la felicidad después de tantas desdichas amorosas.  Mientras el reverendo decía no se qué cosas porque no preste atención, sentía que me penetraban con la mirada.  Miré disimuladamente para ver quién era, pero no vi nada.  Hasta que mis ojos se encontraron con el rubio que estaba al lado de Armando.  Era el descarado que me derramo el café y él que muy maldito no se disculpo.  Lo fulmine con la mirada hasta que él cambió la vista.

¿Qué se creía que con una mirada yo me derretiría? Pues ese rubio estaba bien equivocado.   Trataba de concentrarme, pero no podía por culpa del  tipo que  no dejaba de mirarme nuevamente.  La ceremonia acabo y nos dirigíamos a la recepción todos alegres por los novios.   El local era precioso todo en cristal.  Había mesas con manteles blancos y las sillas estaban envueltas con una tela roja.  Todo estaba lleno de lujos y había música suave de fondo.

Cuando vi a mi amiga Susana entrar por la puerta fui a recibirla como ella me lo había pedido.  Llevaba su larga melena roja recogida en un moño alto, pero muy elegante más un vestido azul claro largo con un pequeño escote, se veía muy guapa.

—Estas guapísima Susy — dije abrazándola y ella me respondió de la misma manera.

—Tú tampoco te quedas atrás.  Vamos a ver si nos conseguimos un buen novio. Muy bien dicen que en las bodas se consiguen los mejores partidos — respondió con una sonrisa pícara, yo solo puse los ojos en blanco y la guíe hasta nuestra mesa.

Llevaba un rato platicando con mi amiga y dándole de comer al pequeño Ryan, mientras Kelly y Damián parecían una pareja de novios bailando en la pista.

Llegaré a tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora