Capítulo 20

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-Yo.. deberas lo lamento - tartamudee -si supieras lo estúpido que me siento... - rasqué nerviosamente mi cabello, y llevé mi mano a mi boca, mordisqueandome las uñas.

-¿Te sientes estúpido? ¿Qué podría decir yo? ¡Que estoy en este puto banco hace dos horas! - gritó al otro lado de la línea, su respiración era erratica e incontrolable, de este lado del audífono se escuchaba perfectamente.

No sabia como sentirme, se que estuve mal, ¡lo olvidé carajo! ¿Pero cómo explicarle eso a una persona que esta tan alterada? Esta necio, sin querer escucharme.

Y lo entiendo, perfectamente. La serie de cosas que me sucedieron durante el día me hicieron olvidar completamente de la cita. Si supiera realmente cuanto lo siento.

-Tom, si tuvieras tan sólo una verdadera excusa para.. -

-La hay - Le corté - Estuve en el hospital hasta tarde con mi madre y cuándo llegué a mi departamento a acostarme recordé la cita y... -

-¿Por qué no lo dijiste antes? - Dijo con un tono de voz más comprensible. Haciendome saber que si se lo decía desde un principio hubiera dejado de gritar. - ¿Estás en tu departamento? Iré para allá en un momento.

-No es necesario, estoy al otro lado de la ciudad ¿Cómo llegarás? - respondí preocupado, sólo faltaba que le pasara algo a él y estaria todo tragicamente completo.

-Ja , tengo tutu nuevo - me lo imaginé moviendo las cejas y haciéndose el mono, cómo lo adoraba. - Estaré ahí en un momento. -

Le pasé la dirección y esperé su llegada. Opté por levantarme de la cama y ordenar la sala, era un verdadero desastre.

Había estado fuera de casa y sin mi orden esto era un completo asco, georg no tocaba una escoba ni con un rayo laser. El problema de compartir un departamento con un incompetente era esta serie de casos.

Con cara de asco fuí juntando desde tazas a sándwich's por la mitad del sofá. Sin contar la cantidad innumerables de botellitas de cerveza.
-Georg cuando te agarre juro que.. - El timbre interrumpió la adoración hacía mi compañero. Había llegado.

Deje las tazas sobre el lavadero, ya habría tiempo para lavarlos después. Caminé en dirección hacía la puerta y cuando la abrí ahí estaba él.

Tan deslumbrante como siempre, llevaba su cabello planchado y más largo, vestia de traje *sin corbata*

-Espero estar dislumbrando a tu vista, limpiate la baba - dijo dando un paso adelante, y sonreí, atrayendolo a mis brazos. Fundiendonos en un abrazo reconfortador.

Lo necesitaba, más que nunca.

-Te he extrañado tanto - dije casi en un susurro, sin cortar el abrazo. Deseando que ese momento nunca acabáse.

-Yo igual, lamento el poema por teléfono, no sabía lo de tu madre - Abrí los ojos y me separé un poco de él, invitándolo a sentarse en el sofá. que por suerte había limpiado.

Una vez sentados lo invité para tomar algo, a lo que respondió agua. Comida ya no creo que quiera.

Saqué un vaso de la almacena y ví como observaba el departamento con detenimiento.

-Es bonito - dijo, medio atontado.

-Gracias - dije orgulloso de mi pequeña cueva. Nuestras miradas conectaron y sentí un leve rubor.

No lo merecía después de lo que le hice.

Me tendí el vaso con agua y me senté a su lado.

-Mi madre esta en el hospital, las pruebas no dicen nada, el doctor tampoco - se quedó mirandome inmóvil. -Cuando te llame lo hacia desde la puerta del hospital, necesitaba que quedaramos en algo ya que realmente no nos estamos viendo seguido - Dejó lentamente el vaso sobre la mesita y se reacomodo en su lugar. - Luego entré y.. hubiese deseado no entrar. Ella simplemente se veía tan.. - las lágrimas no tardaron en salir y él estuvo en menos de un segundo a mi lado para abrazarme.

-Debe ser difícil, pero no te hagas la cabeza. Espera los resultados, todo tiene cura - dijo acurrucandome en su pecho. Era la primera vez que el era el que consolaba al otro.

Me desahogué en su pecho, y el muy presente estuvo para aguantarme. Dandome pequeños y delicados besos y atrayendome hacia él.

-¿Sabes? Más allá de la situación, que linda sensación me da cuándo estoy con vos - Dijo con esa sonrisa que lo hacía él, tan único y especial.

Sonreí y me lancé a sus labios, los que me respondieron gustosos y fogosos.







Medio cortina, perdón.

Pasensé por mi one-shot Última calada. No se arrepentiraaan

Besos, bondi.

Mi choferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora