Solo sígueme [Marinette x Adrien/Chat Noir]

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Y aquella chica lloraba, lloraba y no le importaba nada más. Quería estar sola. No quería ver a nadie. Y aquel gato no se atrevía a acercarse. Juro protegerla, y lo único que había logrado era hacerle mas daño.

¿Pero como es que las cosas se tornaron así?

La azabache solo podía maldecir sus recuerdos del día anterior...

-Alya... No... No es lo que piensas- sonó su voz con espanto. Ninguno de los presentes decía ni hacia nada. La azabache miraba expectante a su mejor amiga. ¿Que le dirá?

¿Estaría molesta? Seria de esperarse ¿Su amistad acabaría? Probablemente. ¿Mataría a Chat noir por su mala suerte? Por que no.

Sentía como sus piernas temblaban.

- ¿Marinette porque?- hablo suavemente la morena, mientras caminaba a paso lento. su contraria miro al suelo. No sabia como responder. Sintió que sus ojos se llenaron de lágrimas. No podía más con esa mentira, en el fondo, Sabia que ese momento llegaría, mas en cambio nunca se sintió preparada para lo siguiente.

Unos cálidos brazos la rodearon. Sintió como un suave calor la envolvía.

- Gracias...- susurro su amiga. Dupain abrió los ojos sorprendida mientras se separaba de la castaña.

- ¿Gracias? ¿por... Porque? - Tartamudeo.

-¿ Como que porque?- bufo molesta la Césiare- Amiga, me has salvado el pellejo a mi y a toda la ciudad en mas de una ocasión.- sonrió y la abrazo de nuevo - No me cansó de decir, que vales oro.

Y a si continuaron. Aquella chica se sintió de alguna manera mejor. Estaba segura que no había encontrado mejor amiga que ella. Alguien comprensiva y amable.

- Alya...yo quiero que por favor no le digas a nadie- mencionó seria la joven aspirante a diseñadora.

- Tranquila- sonrio- Lo que si no te perdono, es que le contaras primero este secreto a tu novio, en lugar de tu mejor amiga- se quejo. Mientras fingía enojo y colocaba sus manos en sus caderas.

El pelirrojo miro al suelo, un tanto apenado. Las chicas al mirarlo rieron. Su aspecto era muy gracioso, su piel era casi del mismo tono que el de su cabello.

- Lo que pasa es que yo no le conté- mencionó apenada. La castaña se saco de onda. ¿si ella no le había contado un secreto de tal magnitud, como se había enterado?

Extrañada miro al joven artista, quien le sonrió nervioso.

-Larga historia - susurro.
Aquella morena se acerco al muchacho, lo tomo del hombro y trato de sonar comprensiva.

- ¿Tiempo?, tenemos mucho de sobra querido- y sin darse cuenta comenzaron a caminar.

- Pues veras... Todo fue cuando...-

La azabache los seguía por detrás. Llegando a la entrada. Ella observaba impresionada a su amiga, quien de vez en cuando giraba a verla. Río suavemente. Y se preguntaba si ella había actuado así cuando Nathaniel le había contado que la descubrió.

Tal vez en el fondo, no esta tan mal seguir con Nath pensó. Inconscientemente giro a mirar a la biblioteca. Se maldijo.

-¡ Hey! ¡ Tierra hablando a Marinette!- grito Alya. La de ojos cielo la miro desconcertada. Alya río. - No escuchaste nada ¿verdad? - Dupain negó, y escucho la risa de Nathaniel.

Este sin duda pensaba que Marinette por muy despistada que fuera era una gran persona. Linda e inteligente ¿que mas podía pedir?

-Creo que sera mejor irnos, Marinette necesita descansar-propuso el joven. A lo que las dos chicas asistieron. El de cabello escarlata fue junto a ella, dispuesto a acompañarle. Mas sin embargo la chica declino.