Parte uno

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Corría a casa en medio de una lluvia que hacía hasta lo imposible por nublarme la vista. Ya no encontraba sentido al seguir en el colegio después de lo que había visto, aunque no era la primera vez que pasaba. Las lágrimas caían por mi rostro siendo encubiertas por la lluvia.
Él venía detrás mío intentando retrasarme, cuando logró alcanzarme nos adentró en un callejón, antes de posar sus fríos labios sobre los míos, casi prometiéndome que todo estaría bien. Me llenaba de impotencia el no poder decir que él era mío. Me volvía salvaje.

—Alto Jack, detente —corté el beso en medio de lágrimas.

—¿Porqué? —sus grandes y azulados ojos me examinaron completamente.

Me dolía que él fuese tan frío y distante en el colegio. Que tratara de ser alguien que no es. Que se negara a si mismo.

—No me gusta lo que estoy viviendo —hipé—, no me gusta que no seas tú. Odio que te hayas convertido en esto. Me... me pone mal.

—¿Y qué esperas que haga, Hiccup? —cortó—. Mi padre me mataría si se entera que tú y yo somos algo. Si sabe que soy gay, ¿no te bastan los fines de semana?

—Son los días en los que me vuelvo torpe. Me haces estúpido. No hago nada más que esperarte mientras tú quizá te estés besando con otra. Duele Jack, duele. Nunca supe que el amor podía doler tan bien. 

—¿Ni por eso puedes esperarme? —bufó—. Dame tiempo Hicc...

Ya no podía más, quizá después de mucho tiempo ya estaba harto de toda esta mierda. De verlo a diario coquetear con una chica distinta. De saber que cada noche andaba en una fiesta diferente, de que no aceptara que somos algo "serio".  Salí corriendo de ahí soltándome de su agarre y seguí mi camino a casa con más lagrimas deslizándose por mi cara.

[...]

Ese jueves desperté hecho una mierda, mis ojos estaban más rojos que una fresa y mis ojeras estaban notables además de que mi cabello era una locura total. Me removí en la cama antes de apagar la estúpida alarma. Bufé y después me levanté para mirarme al espejo más de cerca viendo lo delgaducho que era, después de tres meses quejándome de odiar ese espejo frente a mi cama ya me había acostumbrado a mirarme en él a diario.

—Te ves horrible hoy Hiccup. —me espeté—. Deberías darte una ducha.

Siguiendo a mis desórdenes mentales caminé a la ducha y me di el merecido baño que tanto añoraba en ese momento. Al salir, me cambié con apresuro para bajar a tomar el desayuno con mi familia.

—Buenos días mamá —saludé.

—Buen día querido, ¿cómo amaneciste? Ayer llegaste temprano y aparte no me bajaste a cenar, me preocupaste, ¿todo bien?

—Uh sí, estoy bien.  Sólo... me cachó la lluvia.

—Bueno, entonces desayuna y a la escuela. Iré con tu padre a visitar a tu tía.

—Uh claro.

—Quizá volvamos el próximo lunes. Cuídate mucho.

Besó mi frente y después salió de la casa con unas maletas en mano, escuché el auto. Se habían ido. Mi familia era muy unida, aunque mi padre salía mucho, mi hermana estudiaba fuera y yo era el único sin futuro en esta casa, todo gracias a Jack, estaba locamente enamorado de él desde que éramos niños, nunca supe estar sin él. Pero después todo cambió cuando su padre se enteró de que yo era abiertamente gay, le prohibió rotundamente a Jack estar conmigo aunque éste le insistiese, una época horrible... que creí había terminado. Que tonto fui.

Salí de casa con la mochila al hombro rumbo a la escuela, tenía la mala costumbre de siempre pasar frente a casa de Jack para mirarlo irse, esta vez no pasó. Me sentía tan dolido. Una vez en la escuela caminé hacia mi aula, yo no tenía amigos, nadie con quien hablar a menos que hablemos de Mérida. Ella era un grado mayor, y hablábamos de vez en cuando. Nada relevante.

Tomé asiento en el aula de ciencias y después esperé a que los demás llegasen, las clases me distraían de mi soledad y alejaban a Jack de mi mente por al menos poco tiempo.

—Buen día alumnos —saludó el canoso, antes de examinar toda el aula—. Hoy tenemos repaso general del módulo seis así que necesito que hagan su mejor esfuerzo por prestar atención.

Todos asintieron, cuando les convenía todos eran buenos chicos. Unos minutos después tocaron la puerta del aula, dejando ver a un chico albino que tenía la respiración agitada. Era Jack, venía tarde de nuevo.

—Frost —sentenció el profesor—. Pase entes de que me colme la paciencia y tome asiento.

Yo bajé la mirada para posarla en mi cuaderno, Jack examinaba el salón, antes de acercarse a donde yo estaba y tomar asiento, yo tragué saliva en seco. No quería verle.

El profesor inició la clase, yo trataba te tener toda mi atención en él. Cosa que me era casi verosímil, Jack jugueteaba con sus lápices, los cuales manipulaba como alguna vez lo hizo conmigo.

[...]

Un par de días más tarde Jack no me quitaba la mirada de encima, lo cual comenzaba a molestarme. No podía sucumbir a sus ojos. Comenzaba a impacientarme, pero esta vez había decidido que yo no le rogaría. Ya estaba harto, no sólo yo tenía que mantener la -antigua- relación. Éramos todo y nada a la vez, ¿no había algo más triste? Que quizá no estuviese interesado. Que no se atreviera a decir algo. Que no se dé cuenta que yo ya no pensaba rogarle.

A la salida esperé a que ya no hubiese nadie para no morir aplastado en las puertas, cuando de pronto escuché unos pasos detrás de mí. Era él, y yo lo sabía.

—Hicc... —comenzó, yo ni me inmuté—, ¿sigues molesto?

¡Qué idiota! ¡Qué idiota era! ¿Acaso no me ha visto? Claro que estaba molesto, claro que deseaba golpearle. Claro que ya ni quería sufrir más. Me hacía un tonto.

—¿Molesto? —me burlé—. Claro que no, sólo estoy... decepcionado. Esperaba más de ti.

—¿E-Esperabas? ¿Ya no lo haces?

Me giré a encararlo. Sentí un nudo en mi garganta, levanté la mirada encontrándome con la suya, ya no quería estar así.

—Ya no sé qué esperar de ti Jack, esta distancia me jode, la quietud con la que nos estamos tratando me molesta. Ya no quiero estar así, será lo mejor no vernos, ¿comprendes?

El me examinó completamente, quizá esperando que sea una broma. Yo conservé mi semblante, no me haría cambiar de opinión. 

—Uh, creo que sí.

Caminó hacia mí antes de tomarme del mentón, con la intención de besarme. Yo no sería tan idiota, aparte mi cara duramente, dejando su beso al aire, antes de darme la vuelta e irme. Nunca antes me había sentido tan libre. Pero dentro de mí aún me sentía salvaje. Él me volvía salvaje.

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"WILD." [Hijack/Frostcup]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora