Capitulo 1

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    Había llamado a mi mejor amiga fiorella y me dijo que estaba en camino. Estaba segura de que quería sacarme está duda de la cabeza. Había tenido los síntomas que toda embarazada tenía, vómitos, dolores fuertes en mi estómago. Al principio pensé que estaba comiendo algo de más, eso también justificaba el hecho de que mi peso haya cambiado tan repentinamente, teniendo en cuenta mis buenos hábitos día a día. Pero luego de haberlo pensado bien, llegué a la conclusión de que algo en mi estaba mal. Los dolores eran muy frecuentes y las náuseas sucedían casi todos los días.
    Harry siempre insistió en llevarme al hospital y que un médico me diera una solución a todo lo que estaba sintiendo pero me negué a ir ya que el miedo a los hospitales los tengo desde siempre. Me atendía como nunca, me traía el té a la cama para calmarme y dormía abrazándome por la espalda todas las noches. Cuidaba de mi como si fuera la cosa más frágil que podría haber. Eso me encantaba de el, nunca dejó de ser como era el día que lo conocí, es por eso que estaba más que segura de que sería un buen padre para nuestros hijos en algún momento, que los cuidaría y los protegería de todas las cosas malas que les podrían suceder. Pero sabía que sería algo imposible y muy agotador el ser padre a los 27 años y tenér una empresa que cuidar mientras su padre no estaba. Era algo de lo que estaba en desacuerdo, salía a las 7 de la mañana de casa y volvía a las 8 de la tarde. El tiempo que pasábamos últimamente era muy corto y cuando estaba en casa era otra oficina para el, sin contar que siempre estaba cansado y ya no era lo mismo.

Fuí a prepararme un té al comedor de nuestra casa, la cual el compró el año pasado luego de una muy buena temporada en su trabajo, era muy grande y moderna, aunque la había decorado de una manera que me hacía sentir en casa, en un lugar cómodo para ambos. Cuando tomé la taza con mis manos, estas temblaban. Una angustia recorrió mi pecho junto a una pequeña lágrima que se deslizó por mi mejilla. Quería creer que era feliz, que la vida no podría ser más maravillosa de lo que era junto a él y que si teníamos un hijo iba a lograr la plenitud que buscaba. El timbre sonó y mis nervios volvieron a mi cuerpo otra vez. Abrí la puerta viendo a mi amiga con una pequeña bolsa en sus manos. Al pasar me abrazo fuerte y lo necesitaba tanto que no la solté por unos segundos.

-¿Estas segura de que lo quieres hacer?- Preguntó con una mano sobre mi hombro.

-Si, eso creo, ya es momento.- Mire fijamente la bolsa que me estaba dando, tenía 3 cajas de pruebas de embarazo dentro. La miré y ella sólo me dio una mirada consoladora.

Caminé hacia el baño y me dispuse hacer el test. La caja violeta decía que tendría que esperar 3 minutos hasta saber el resultado. Los peores 3 minutos de mi vida definitivamente. Cuando termine puse los aparatos sobre la mesa del baño y me senté en el suelo a esperar.
Sostenía mis piernas con mis brazos, el corazón se me salía del pecho, latía muy fuerte que hasta podía escucharlo. Escuché como fiorella me avisaba que habían pasado 3 minutos. Me costó levantarme, no quería ver lo que estaba ahí.  Había un silencio en toda la casa que me ponía más nerviosa. Mire los test uno por uno. No sabía que decir. Todos juntos tenían el mismo signo. Estaba embarazada. Tape mi rostro con mis dos manos y saqué todas las lágrimas que había aguantado desde que pensé en que había una posibilidad de que mis sospechas sean ciertas.
   No podría explicar en palabras la alegría que sentí, siempre quise ser madre, no me siento lista y es verdad que me quedan muchas cosas por vivir a mis cortos 25 años pero siempre quise esto, siempre me gustó la idea de formar mi familia y saber que lo estaba logrando me hacía sentir muy bien. Antes de salir me detuve en el espejo alto y limpio del baño, levanté mi piyama un poco y observé mi panza, había crecido, tan sutilmente que apenas podía notarlo, pero una pequeña vida estaba dentro mío, ya era un hecho.
   Mi amiga estaba sentada al lado de la puerta cuando la abrí, al verme se paró con rapidez y me miraba con sus grandes ojos abiertos de par en par expectantes.

Everything You Are || H.S EditandoWhere stories live. Discover now