Capítulo 9

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Me despierto dolorida. Me duele la vagina, el pubis, las costillas izquierdas y la muñeca izquierda. Me encuentro sola en la cama, en una habitación extraña, cuando de golpe los recuerdos de la noche anterior vienen a mí. Miro sobre la colcha y veo una mancha de sangre. Me sonrojo automáticamente. Jaguar me desvirgó, pero no recuerdo que me golpeara ni que me atara para estar dolorida en esas zonas. Me miro la muñeca con detenimiento y cuando la volteo dejando la palma arriba, veo un tatuaje en mi muñeca: el rostro de un jaguar. Me quedo estática, pensando en ello. Jaguar me ha tatuado mientras dormía, no le encuentro otra lógica pero, ¿porque no me he dado cuenta de que pasaba?

Miro mis costillas y veo un dibujo. Corro hacia una de las puertas de la habitación y me encuentro con un baño, tras buscar la luz durante unos minutos, encuentro el interruptor, cierro la puerta y me dispongo a ver reflejado en el espejo a dos jaguares tatuados en mis costillas, uno grande y del color de mi piel custodiando a uno un poco más pequeño negro.

"Por favor, que no me haya tatuado uno en el pubis..." pienso en mi fuero interno. Bajo la vista y me encuentro unas letras en mi pubis: Christian.

- ¿Quién es Christian? -me pregunto algo confundida. De repente la puerta se abre y aparece Jaguar.

- ¿Por qué no estás en la puta cama? -me gruñe enfadadísimo. Yo me sobre salto ante su repentino tono sin contestarle a su pregunta y mirándolo fijamente- ¿Vas a abrir la boca o no? -yo solo bajo mi cabeza avergonzara y me doy cuenta de que estoy desnuda. Salgo del baño pasando por su lado mirando al suelo avergonzada para entrar en la habitación donde empiezo a buscar mi ropa- ¿Qué coño estás haciendo? -pregunta más enfadado aún.

- Busco mi ropa -digo en un susurro, sin mirarle a los ojos. Él me levanta por el brazo cogiéndome con fuerza y haciéndome daño.

- Métete en la cama -me dice con tono amenazante. Su voz me asusta y obedezco la orden sin decir nada- ¿No ves nada extraño? -me pregunta sarcástico.

- Tengo tres tatuajes en el cuerpo y nunca me he hecho uno -le digo en un susurro recogiéndome en una bola.

- Y yo la mancha de tu virginidad perdida sobre mi cama, ¿alguna cosa que decir al respecto? -me pregunta irónico.

- ¿Estás enfadado por eso? -pregunto levantando la cabeza.

- Anoche te follé duro, sin que me importara nada más que correrme. Apenas te cabía mi polla en el coño y te follé duro. Si me lo hubieses dicho no hubiese sido así contigo. Te habría follado más suave o intentado hacer el amor quizás. Ni siquiera sabía si estabas preparada o no -me dice mirándome a los ojos a la vez que gritándome.

- Sí lo estaba -le digo con suavidad.

- Eso no quita la forma en que te poseí -me grita nuevamente.

- No pasa nada -le digo en un susurro, asustada.

- ¿Que no pasa nada? -dice él cambiando su tono a sorprendido.

- Me gustó lo que hiciste -digo escondiendo mi rostro entre mis piernas, apretándolas más a mi pecho con mis brazos- Me dolió al principio, pero tras unas pocas penetraciones dejó de doler. Por favor no te enfades, yo quise decírtelo, pero...

- ¿Pero qué? -me dice en un gruñido.

- La primera vez que lo intenté me dijiste que me callara y la segunda me besaste y pasó... -digo en un susurro leve. Se hace el silencio durante varios minutos.

- ¿Te duele? -dice poniendo su mano en mi entrada sobre la colcha con un tono más suave.

- Solo al apoyarme.

El Jaguar de mi vidaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant