Capítulo 6

19.6K 941 104
                                    


Me despierto y me dirijo al baño, tengo los ojos rojos de haber estado llorando la mayor parte de la noche, tengo ojeras por no haber dormido bien y siento como si un camión me estuviese pasando por encima. Miro mi teléfono y me encuentro quince llamadas perdidas de Elizabeth y treinta y ocho mensajes suyos. También hay dos llamadas de dos números desconocidos distintos. Hoy trabajo todo el día así que me preparo para ir. Cojo el uniforme, las llaves de casa y mi teléfono para ir andando al trabajo. Me encuentro con Elizabeth en la entrada de mi casa detrás de ella está Matthew.

- Hola -me saluda Elizabeth con una sonrisa tímida- ¿quieres venir con nosotros al trabajo?

- Prefiero ir andando -le respondo tajante.

- Pareces cansada y Matthew tiene el coche aquí mismo -dice ella insistiendo.

- ¿Por qué estás aquí? ¿Hoy no estás demasiado ocupada como para acordarte de mí?-le pregunto con sarcasmo.

- Kat yo no...

- Olvídate de mí -le digo seca.

Sigo con mi camino hasta la pastelería y una vez llego entro al vestidor. Mientras me visto oigo como entra alguien.

- ¿Por qué estás enfadada? -me pregunta Elizabeth.

- Estoy cansada de que todo el mundo se olvide de mí -le contesto seca.

- Yo comprendo...

- ¿Comprendes? -le contesto de mala manera ella me mira preocupada- Toda mi puta vida he sido olvidada por los demás pero lo he pasado por alto por el mero hecho de que te tenía a ti como a contra peso. Ahora parece que tienes otras cosas que hacer más importantes que decirle un simple "hola, ¿qué tal?" a tu amiga.

- Kat yo...

- No digo que dejes a tu novio, pero sí que al menos cuando estés conmigo me veas a mí, no que no veas a nadie y que sigas hablando con él. Soy egoísta, lo sé, pero me destroza pensar que ahora estoy sola.

- Katherine, yo no quería...

- Déjame Elizabeth, tengo que trabajar.

El día transcurre con normalidad, la gente espera impaciente a que llegue la hora feliz. He decidido hacer un turno extra ya que una de mis compañeras de trabajo está enferma y no quiero hablar con Elizabeth. En la cafetería siempre hay gente, pero ahora que estamos a punto de empezar la hora feliz, está llena hasta los límites.

Entro en la cocina y me dispongo a hacer los cafés maravilla pacífica (vainilla), dulce sabor (nuez moscada), explosión tropical (coco) y alocada excitación (Canela). Todos llevan un segundo ingrediente extra.

Empiezan los pedidos y yo no paro de hace cafés. Cuando falta aún veinte minutos para que termine la hora feliz, yo ya me he quedado sin tazas. Entra Elizabeth con diez pedidos más.

- Ve a buscar a Ann -le digo.

- ¿Ocurre algo? -me pregunta preocupada -¿Estás bien?

- No quedan más tazas- digo sin mirarla.

Tras hablar con mi jefa, ella me da cien euros para que vaya a la tienda del chino a comprar tazas. Mientras ella anuncia que se aplazan los últimos veinte minutos de la hora feliz. Elizabeth viene conmigo para ayudarme con las cajas.

- He llamado a Matt para que venga a ayudarnos con las tazas. Así no rompemos ninguna ¿Te parece bien? -me pregunta con una tímida sonrisa.

El Jaguar de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora