HunterxHunter (Killua Y Tu)

Rivales X Por la X Supervivencia

Por fin llegamos, la ciudad es muy colorida y el mercado muy alegre...

— Es nuestro trabajo identificar a los aspirantes de cazador dignos y guiarlos al sitio de examen, en resumen sería extremadamente difícil para alguien llegar al sitio del examen sin la ayuda de un navegador.— Nos explicó el hijo.

— ¡Hey! ¿Quieres probar uno? Es el famoso pincho de sapo-panda de Zaban —Se dirigió un vendedor eufórico a Gon y a mí.

— ¡Ni aunque me muera! — Le respondí con una gran sonrisa.

Los del mercado trataban de vendernos de todo tipo de cosas y los demás nos dejaban atrás.

— ¡Vamos Gon! — Le grité para que me siguiera, pero el seguía parando en cada puesto para ver.

— ¿Qué estás haciendo Gon? ¡Nos vamos! — Le regaño Leorio.

— ¡Sí! — Le contestó, este niño no me respeta, lloro internamente.

Llegamos a la parte central de la cuidad.

— Parece que es en ese edificio. — Dijo el navegador.

Todos miramos a la vez a un edificio muy alto.

— ¡Es alto! — Dijo el dulce Gon.

— Si no me dices no me entero. — Le dije entre risas.

— ¡Oye! — Me regañó con sus mejillas rosadas —  En verdad es un lindo edifico. —Continuó Gon.

— Así que este es el sitio del examen, ¿Eh? —Dijo Leorio— Esto es lo que atrae a...

— Aspirantes a cazador de todo el mundo... —Terminó su frase Kurapika.

— Mi primer intento en el examen de cazador... ¿Fue así como se sintió mi papá, cuando vino la primera vez? —Dijo Gon muy emocionado.

— ¡Hey, Chicos! —Dijo el navegador —  Por aquí, por aquí, es aquí. —Dijo señalando un restaurante pequeñito de ramen.

— ¡Pffffff! ¡Ja, ja, ja, ja! —Me reí fuertemente.

— ¿De que te ríes T/n? —Preguntó Leorio molesto.

— Es que ahora todas sus frases épicas anteriores suenan a un mal chiste ¡Ja, ja, ja! — Dije poniendo mi mano en la boca para evitar reír más.

— Hump, ¿No me digan que los aspirantes a cazador de todo el mundo están en ese pequeño edificio? — Protestó Leorio.

— Pues sí. — Le respondió el navegador — Nadie esperaría que el examen de cazador con sus millones de candidatos se hiciera aquí ¿Cierto?

— Es cierto. — Le dio la razón Leorio.

Entramos al restaurante.

— ¡Bienvenidos! — Nos atendió el dueño que estaba cocinando.

— ¿La puerta trasera está abierta? — Preguntó nuestro navegador.

— ¿Qué pedirán? —Respondió el dueño.

— El combo de filete que abre tus ojos a la luz, para cuatro. — Le contestó.

— Para cuatro ¿Eh? ¿Cómo les gustaría? — Preguntó desconfiado.

— Asados a fuego lento, hasta que estén cocidos. —Le contestó.

— Entendido. Pasen a la habitación de atrás. —Dijo  más calmado.

Nos dirigimos a una habitación con cuatro sillas.

— Esperen aquí — Indicó nuestro navegador.