Epílogo (part. 2)

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Hola a todos gracias por estar pendientes y esperar, muchísimas gracias a los coments que me encantan ^-^ besos los amo, ahí vamos. Alison corazón lo siento por no avisarte que subiría el epílogo jejejeje te quiero y gracias por el apoyo.

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Días después mientras Samuel trabajaba en el banco y Andrea decidió ir a darle yendo al banco e invitarlo a comer, mientras entraba en el edificio y esperaba el ascensor noto que una mujer la observaba muy detenidamente, ella la ignoró pero le pareció raro, no conocía a la chica y al parecer tampoco trabajaba en el banco.

— Hola amor, ¿cómo estás? —dijo entrando y sonriéndole.

— Andrea mi amor que sorpresa más hermosa —dijo abrazándola y dándole un beso.

— Pues vengo a invitarte a comer.

— Me encantaría señora Gallardo hermosa preciosa —mientras la tenía tomada por la cintura.

— Siempre me dices cosas lindas, tú también mi guapo.

— Exactamente estoy ya libre vamos de una vez.

Así juntos salieron pero al bajar al lobby nuevamente Andrea sintió que alguien los observaba, vio para varios lados pero no vio nada, le restó importancia y se fueron con Samuel juntos como siempre sonriendo Samuel abrazándola y tomados de la mano, se fueron en el auto de Andrea.

Al regresar Andrea dejo a Samuel en la entrada del banco porque aun tenía cosas que hacer y se verían por la noche en la casa.

Samuel estaba entrando a su despacho cuando su secretaria le aviso.

— Señor perdone tiene usted una visita.

— Pero hoy no tengo citas en mi agenda.

— Le dije que no podía —dijo apenada— pero no me hizo caso y entro en su despacho, no llame a seguridad porque quería esperar a que usted viniera, dijo que se llama Patricia.

Samuel se impresionó que hacia Patricia ahí, no la veía hacia más de dos años, ella era una compañera de estudio que por muchos años lo persiguió pero Samuel nunca la quiso, salieron un par de veces, porque Samuel quería intentarlo de nuevo, pero siempre Andrea estaba presente en su vida y no concreto nada con esa mujer.

— Esta bien la voy a atender —dijo Samuel entrando.

— Samuel —dijo y se abalanzo sobre él abrazándolo— mucho tiempo sin verte.

— ¿Patricia que haces aquí?

— Samuelito que es eso, porque me recibes así, ya me enteré que te casaste—dijo coqueteándole.

— No me llames Samuelito y si me case con una gran mujer y soy muy feliz —dijo molesto por la presencia de Patricia.

Andrea había vuelto porque noto que en el carro Samuel había olvidado el celular, entro al pasillo donde estaba la secretaria.

— Señora Andrea, perdone es que el señor está ocupado.

— Esta bien solo vine a dejarle el celular lo dejo olvidado en el auto.

— Está bien —dijo la secretaria tomando en la mano el celular pero alguien llamo al teléfono de la oficina y ella se apresuró a contestar.

Andrea ya se iba cuando escucho una voz exaltarse.

— En serio, pues yo no lo creo.

— ¿Porque lo dices?

Andrea entonces se acercó a la puerta y como estaba entreabierta, escuchó.

— Yo no lo creo, ya tienen dos años de casados y no han tenido un hijo, yo no creo que seas feliz, te conozco y sé que una de las cosas que más querías era un hijo, me lo dijiste una vez.

Andrea sintió muy mal escuchando eso, sus lágrimas empezaron a salir sin que ella las pudiera detener.

— Pues las personas cambian, no hemos querido tenerlo aun y no sé porque te estoy dando estas explicaciones si nosotros no hemos tenido un hijo no es asunto tuyo, así que te largas ahora mismo de aquí o llamo a seguridad —dijo tomándola del brazo.

— No es necesario Samuel —dijo rodeando sus brazos en el cuello de él —me iré pero quiero que sepas que yo puedo darte lo que ella no te ha dado.

— Te largas —dijo y la empujo lejos de él.

Andrea se apresuró a salir corriendo para que no la vieran, bajo las escaleras, estaba mal se subió a su carro y lloro, a pesar de todo le afectaba y no podía impedir sentirse así, lo que había dicho esa mujer a Samuel que sabía que una de las cosas que más deseaba Samuel era un hijo le dolía más. Samuel sacó a Patricia y ella se retiró de ahí.

— Señor aquí tiene su celular lo dejo en el auto de su esposa.

— ¿Ella vino a dejarlo?

— Si acaba de irse, yo le dije que usted estaba ocupado y no quiso entrar.

— Ella estuvo aquí mucho tiempo —temió que los hayan escuchado.

— Un poco

— Gracias —dijo Samuel inquieto entrando de nuevo a su despacho.

Al entrar llamo a Andrea a su celular pero ella no contesto. Se preocupó un poco pero tenía algunos pendientes muy importantes y al se fue al rancho por la noche, entro al cuarto y ahí estaba Andrea acostada en la cama.

— ¿Estas despierta? —pero no hubo ninguna respuesta, él se acercó a ella para abrazarla con cuidado de no despertarla y le dijo susurrando— amor sabes que esto no puede seguir así.

En ese momento ella se levantó y estaba llorando, Samuel tomo su rostro entre sus manos.

— Andrea esto no puede seguir así, yo te veo así y no solo tú sufres, yo también lo hago.

— Es que yo... —dijo y de nuevo esas traicioneras lágrimas que no dejaban de brotar.

— Escuchaste, en la oficina hoy...

— Si, todo lo que ella dijo es cierto, yo nunca podré darte el hijo que tu tanto deseas.

— Andrea eso fue hace años, te lo he repetido varias veces, estoy contigo porque te amo, y soy feliz contigo, al menos que tu no seas feliz conmigo.

— Claro que lo soy.

— Entonces esto ya no depende de mí, ahora depende de ti, la que no acepta esto que estás pasando eres tú, si no lo haces entonces todo esto, lo que tenemos, lo nuestro puede acabar y lo sabes, no podemos seguir enojándonos frecuentemente, estando tristes, llorando, Andrea — la miro a los ojos— mírame, yo ya lo acepte me costo si, me dolió tambien pero estaré bien, y tu ¿estás dispuesta a hacerlo a aceptarlo? por nosotros.

Andrea lo miró a los ojos ambos ya estaban llorando, y ella simplemente le dijo —sí, lo haré lo prometo solo déjame llorar esta noche, la última vez— y lloro amargamente en los brazos de Samuel.

DEJARTE DE AMARWhere stories live. Discover now