Capítulo 13: El secreto

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— Samuel ya déjalo— gritaba Andrea— ¡Horacio ya basta!

Y ellos no dejaron de pelear hasta que ella se interpuso entre ellos para que no se pelearan más esperando que viéndola no la lastimaran.

— ¡Ya basta los dos!

— Este imbécil que se mete en lo que no le importa, dile que se largue—respondió Horacio limpiándose la sangre que le había salido en la boca por un golpe de Samuel.

— Tu eres quien se mete en la vida de Andrea, escúchame —dijo enojado— aléjate de ella, oíste idiota.

— Y quien eres tú para impedírmelo

— Yo soy su...

Andrea vio a Samuel asustada y Samuel la vio a ella.

— Yo soy su esposo

Andrea no podía creerlo, Samuel lo había dicho y es que si, exactamente eso era verdad.

Flashback

— Ya está toda la papelería completa ya son marido y mujer—dijo el abogado.

Samuel la beso muy feliz de que a partir de ese momento estarían juntos toda la vida.

— Soy tan feliz —dijo Andrea.

— Sabes que no tengo mucho, no podré darte todos los lujos a los que estas acostumbrada pero te ofrezco mi amor para toda la vida, te amo.

— Yo también te amo, y no me importa que no tengas mucho yo sé que juntos podremos salir adelante —se besaron nuevamente ambos estaban felices.

— Está hermoso —dijo Andrea abrazándolo y viendo el anillo que Samuel le había dado.

— No es como el que quería comprarte pero... te prometo que cuando tenga un poco más de dinero te compraré uno que tú te merezcas.

— No importa este está bien, lo tendré siempre conmigo, te amo —dijo besándolo nuevamente.

— También te amo— correspondiendo al beso

Fin Flashback

— ¿Qué dijiste? —preguntó Horacio.

— Nada, no dijo nada, es mejor que te vayas Horacio, luego hablamos, vete, que te vayas —le gritó y Horacio se fue enojado.

— Sí que se vaya —dijo enojado Samuel también.

— ¡Que te pasa, ¿estas idiota o qué?! —dijo Andrea enojada

— Que te pasa a ti, saliendo con este, no se te olvide que eres mi esposa.

— Aja —Andrea rio irónicamente— hasta ahora vienes y te acuerdas, hace siete años que me dejaste y todavía vienes a decirme que no tengo derecho a salir con quien yo quiera.

— ¿Que te deje?, típico de las mujeres como tú, si tú fuiste quien no quiso irse conmigo ese día cuando nos íbamos a escapar.

— ¿De qué hablas? — desconcertada.

— Que preferiste quedarte con tu madre y con todos tus millones.

— Estuve ahí esperándote hasta más de media noche —dijo con sus ojos casi por salir— donde habíamos quedado, bajo la lluvia y tú —con sus manos empujo el pecho de Samuel— tu no apareciste, que querías que hiciera, que te esperara toda la vida, tú me dejaste y no te importo—gritándole.

— Claro y ahora te inventas esta mentira, no te creo —dijo Samuel sin creerle.

— Si tú no crees en mí porque yo debería creer en ti, y según tu cual es la verdad.

DEJARTE DE AMARWhere stories live. Discover now