CAPÍTULO EDITADO
-Lamento en serio lo ocurrido hace unos días, viejo. -repitió mi amigo como por tercera vez.
Ambos estábamos tirados en el sofá por la tarde. Lucy tenía sus clases de Ballet y mis padres lo más común: trabajando.
-Sé que no tuviste malas intenciones. -repetí.
-Pensé que vendrían después que te fueras. -apagó el televisor para que lo mirara de una vez. Si me dice la frase de mi madre, lo mataré. Como sea, logró que lo mirara. -Ya sabes, las mujeres con tan solo entrar una farmacia y ver labiales se quedan un buen rato allí.
-Solo...dejemos el tema a un lado, ¿Sí? -intenté ocultar lo harto que me sentía de hablar de lo mismo. Todo estaba relacionado con Olivia. Si quería dejarla a un lado de mi vida para intentar ser feliz, debía cortar toda relación con ella. -¿Cómo se llama el chico?
Brian abrió los ojos de par en par, parecía sorprendido. No se imaginaba que le fuera a preguntar tal cosa.
-Ian. -respondió con una mueca. -Se llama Ian.
-¿Hace cuánto están juntos? -pregunté, curioso. Intenté que no se viera como un interrogatorio, pero debía saberlo. Debía afrontar el problema.
-5 meses.
-Bueno. -respondí y corté las preguntas. Miré hacia otro lado y sonreí sin saber por qué lo hacía.
-Aún la amas, ¿No es cierto? -mi amigo miró sus manos nervioso y lo volví a mirar. No quería que se sintiera así, no me gustaba.
-Más de lo que debería, Brian -respondí y me levanté del sillón al ver que el teléfono de casa sonaba. Brian seguía mi recorrido con los ojos, hasta que luego prendió la televisión para hacer zapping.
Llamada telefónica.
-¿Diga? -atendí.
-¡Drake! Dime, ¿Cuándo piensas abrir tu maldita puerta? -empezó a reírse. Joder, creo que el timbre se ha averiado. Me rei y me di la vuelta parar mirar hacia la ventana donde mi amiga se encontraba viéndome con el móvil en manos.
Alcé una ceja y sonrió. Corté la llamada y enseguida me dirigí para abrir la puerta y fundirla entre mis brazos. La extrañaba.
-No sabes cuánto te he echado de menos. -se alejó con una sonrisa, Alicia.
-Oigan, sentimentales. -nos llamó Brian desde el sofá. Alicia se acercó a él y yo cerré la puerta de entrada. -¿Compramos pizza?
-Gorrrrrrdo- dijo entre risas, Alicia- no te nos pongas celoso chico.
-Oh vaya, así que yo soy el celoso ahora-dijo mi amigo mirándome con las cejas alzadas.
-Cállate y llama a las pizzería-respondí en una carcajada.
-¿Los han invitado a la fiesta de Connor, verdad?- preguntó Alicia sacándose sus plataformas para recostarse en el Sofá.
-Pues... aún no- dijimos al unísono con Brian.
-Pues ahora sí. El me ha encargado que los invite. -dijo Alicia sacando de su mochila dos invitaciones para cada uno. -La fiesta es mañana a la noche. Irán todos.
-¿Cómo andas con James? -le pregunté. Alicia se encontraba más roja que un tomate y un brillo especial abundaba en sus ojos.
-Nada interesante. -respondió algo insegura. -Creo que avanzamos un poco...
-¿A qué te refieres con "un poco"? -pregunté confuso con un cojín en mi nuca y mis piernas por encima de las de Brian.
-La ha invitado a salir. -intervino Brian.
-Joder, que eres fastidioso eh- bromeó nuestra amiga.
-¿Cuándo saldrán?- más perdido no podía estar.
-En dos días. -me respondió. -El viernes. Y ni siquiera sé qué debo hacer o qué ponerme.
-Pues eso ya es problema de chicas. -respondió mi amigo, bufando.
-¡Le estoy sacando las dudas a Drake, no a ti!- le tiró un cojín volador a mi amigo por la cabeza.
-Pídele ayuda a Stephanie y a Olivia-respondí llamando la atención de ambos.
-Echaré a perder todo, lo más seguro. Necesito que alguno de ustedes me hagan el 2. -sus ojos estaban a punto de estallar si alguno decía que no. -Se los pido porfavor.
-A mí ni me mires. Con James somos capaces de incendiar la velada. -rió Brian. -Llamaré al pizzero.
En cuanto mi amigo se retiró, Alicia se acercó un poco más a mí para contarme su plan.
-Tengo un plan contigo. -mencionó en voz baja.
-¿Un plan? -enarqué las cejas, interesado.
-Mañana a la noche te cuento.
-¿En la fiesta? -rasque mi nuca.
ΔΙΑΒΑΖΕΙΣ
LA BAILARINA
ΡομαντικήNARRADOR: Drake es un jugador de fútbol americano. Olivia es una gran bailarina. Sus manos encajan como si fueran creadas para ello. El es fuerte y piensa que el ballet es ridículo. Ella es sabia y piensa que el fútbol americano...