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____ POV

Después de nuestro pequeño encuentro, Len huyó dejandome sola. Sin darme cuenta, una lágrima descendió por mi mejilla y cayó al suelo que al parecer había sido limpiado recientemente.

Me gustaba tanto Len... Me gustaba incluso más que mi cosa más favorita en el mundo, ______. Pero sin embargo... lo había arruinado todo en cuestión de horas. Ahora Len estaba destrozado, e incluso si volvieramos... Tal vez jamás seria igual.

¿Cómo demostrarle mi amor? Me pregunté mientras me encaminaba a la habitación. Él había dejado a Rachel por mí, y esperaba que yo pudiera hacer lo mismo con Sam por él.

Mi mente estaba llena de alternativas, buscando respuestas.

Hoy le diría todos mis sentimientos.

Len POV.

- ¡Maldita sea, Kaito! ¿Por qué le dijiste al mesero que sólo nos trajera helado? - suspiré ante la voz de Miku resonando en mis oidos. Estabamos en una mesa del restaurant, y lo único que teníamos en frente eran montones y montones de helado. - ¡Que putería!

Rin rió y cogió una gran cantidad de helado para ella. - Creo que el helado está bien.

- Si no comes helado, vas a perder el apetito. - exclamó Kaito sonriendome desde el otro extremo, ignorando a Hatsune.

- Yo jamás pierdo, - presumí con una pequeña sonrisa en los labios - por eso no he perdido mi virginidad.

Y entonces vino el coro de risas. Miku se rió tanto que empezó a llorar, Rin tuvo que ir al baño, Kaito no entendió el comentario, y yo...bueno... yo intenté no pensar en ella. En no pensar en _____.

- El shota se puso intenso. - concluyó Miku restregandose los ojos. - Tal vez Sam te puede ayudar con eso de la virginidad.

La fulminé con la mirada, pero termine riendo un poco. No podía estar molesta con Miku por más de un minuto.

- ¡Miku! - exclamó Gumi fuerte y claro. - ¡¿Eres una fujoshi!?

Miku la miró con los ojos bien abiertos, y ... la maldita... la maldita asintió.

- ¡HERMANA PERDIDA! - gritó Gumi saltando como animal hacía Miku. Tch...

Me levanté de mi asiento y intenté sonreir.

- Voy al cuarto. - dije dirigiendome a la puerta.

- ABURRIDO. - exclamó Rin, quien ya había vuelto del baño. - psst. Ahorita te alcanzo.

-

Ya en el cuarto me puse mi ropa para el concierto y me acosté en la cama. Poco después me di cuenta que no tenía mis jeans puestos... genial.

Oí el crujido de la puerta abriendose y rodé sobre mi mismo, pensando que era Rin.

- Meow. - dije riendo suavemente intentando parecer seducible.

Pero no era mi fastidiosa hermana. Era Sam.

Lo que hice después fue pensar 'mierda' miles de veces.

El chico soltó una pequeña risa, alzando una ceja. - Neko Len... Me encanta. - No pude evitar inflar mis mejillas.

- ¿Qué quieres? Después de lo que hiciste con ____... - Estaba rabioso. Yo era un neko molesto, y no se juega con un neko molesto, a menos que quieras una pierna rota... Nya.

La sonrisa desapareció de los labios de Sam. - Yo... lo siento por eso.

Lo miré, confundido. Él se acercó y se sentó en el borde de la cama.

- No quería robarte a _____. Yo quería robarte a tí. - susurró acercandose y besando mis labios suavemente. - La verdadera razón por la que rompí con _____ era porque soy gay.

No sabía como reaccionar.

Amor a ciegas - Len y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora