Capitulo 24 "Mi pequeña Pocahontas"

14 0 0
                                    

Capitulo 24 "Mi pequeña Pocahontas"

Oh oh, tengo un mal presentimiento de esto. Siento algo, me siento incomoda. Darren pasó por mi cabeza y estuvo allí hasta que me aparte de Jordán. El me miro y me dijo:

-Fue un encantador beso ¿Por qué lo terminaste?-pregunto dándole un sorbo a su vodka.

Mire para mi costado y pude ver a Darren mirándome entristecido y enojado. Mi alma y mi boca cayeron al piso en 1 segundo. ¿Qué hacia el aquí? No, no esto no me puede estar pasando a mí. O claro que si querida ¿recuerdas que a ti te pasa de todo? ¿Eres Daisy Anderson?

-¿Quién es ese?-pregunto Jordán posándose a un lado de mí.

-Darren yo...-camine hacia él, pero en el minuto que me vio ir hacia donde él se encontraba empezó a caminar muy rápidamente hacia la escalera entre la multitud. Yo lo perseguí lo más rápido que pude. Subió hasta uno de los cuartos en los cuales entro y cerró la puerta tras de él.

Entre como pude, respire un poco y seguí. La luz de la luna entraba por la ventana dando como protagonista a la gran sombra de un árbol que se encontraba a unos centímetros de la ventana. Busque a Darren en la habitación, pero no lo encontré hasta que pude verlo subir al árbol.

Maldije con un tono bajo y me saque mis tacos, los deje allí adentro de la habitación y empecé a escalar con él. Lose, lose. Llevo falda, pero abajo me había puesto un short. No soy ese tipo de chica que se queda quieta, y me conozco.

Escalé hacia donde él estaba y pude ver que estaba sentado en una rama mirando la luna. Me senté a su lado con cuidado y pude ver su rostro triste y con rabia a la vez. Extrañaba verlo. Extrañaba su tono de voz, su olor, su tacto. Todo.

-Darren yo...

El me miro confundido sin saber que decir, una gran añoranza y nostalgia hundían sus ojos con los míos, y pude notar que él me había extrañado más a mí que yo a él. No digo que yo lo haya extrañado poco, pero él me había ganado.

Nos quedamos en silencio iluminados por la luz blanca de la luna. Nos habíamos extrañado de tal manera que teníamos miedo de hablar, teníamos desesperación y culpa, pero más que nada amor.

-No puedo creer que hayas besado a ese sujeto, no, no puedo creer que haya tocado esos labios, que te haya sostenido de la cintura.

-Darren yo...

Él se paró y se fue hacia una rama más arriba, hasta llegar a una habitación que tenía un balcón, subió arriba y llego hasta el mismo. Yo lo seguí y también llegue, pero él siguió caminando hasta que lo sostuve del brazo y la lleve hacia mí. El me miro con desilusión.

-¿Sabes que Daisy? Te creí diferente, creí que eras única, que no eras como las demás. Que íbamos a pasar momentos y hasta una vida juntos, pero mis falsas esperanzas me engañaron. No eres ni más ni menos que las demás, eres ellas, eres igual. Me enamoré de ti pensando en todas las virtudes que te había incorporado, pero no eres más que una maldita chica común. ¿Y sabes una cosa? Yo sigo siendo un maldito mujeriego enamorado de ti.

Acto seguido fue, camino unos 3 metros de mí y agarró a una chica cualquiera y la besó. Ese tendría que haber sido mi beso. En mi garganta se iba haciendo un nudo cada vez más grande, mis ojos empezaron a empaparse con lágrimas de dolor y sentí un TRICCC en mi pecho. Mi corazón se había roto.

Nunca creí que Darren haría eso. Pero no, no lo iba a permitir. Camine con paso firme hacia el mientras cada vez su beso iba aumentando de pasión contra la pared y sus manos iban haciendo un camino que no me quiero ni imaginar donde terminaría. Lo agarre del brazo fuertemente y lo aleje de la chica.

-Oye.-dijo ella.

-Es mío, búscate a otro ¡¡Perra!!

-¿Qué haces?-pregunto enojado, me estaba asustando, cada vez se enojaba más y no quería, no quería que terminara esto, no quería ver lo que terminaría pasando si lo dejaba allí.

Lo lleve a la habitación donde había dejado mis tacos, me los puse y lo lleve caminando hacia afuera de la casa. Estaba lloviendo con mucha intensidad. Caminamos una cuadra y paramos en seco empapándonos.

-¿Qué quieres?-me pregunto enojado tratando de soltarse.

-No te iras.

-Claro que sí.

-¿y cómo?

-Haciendo que me sueltes.

-Sinceramente, hace cuanto has estado tratando que te suelte y no lo he hecho, si desde que te agarre, eso creí.

-Y-Yo t-tu cállate.

Mi cara cambio de un rostro enojado a un rostro triste. Nos quedamos los dos en silencio. Nuestro alrededor eran árboles mirándonos, una intensa lluvia que nos íbamos a ahogar en cualquier momento y la poca luz de la luna alumbrándonos.

-Decidí que será mejor dejarnos de ver.

-Ah, ¿así es como renuncias a esto?

-¿Esto? Tus estas con aquel "galán" con el que te besaste.

-Entonces ¿tengo que suponer que tú estabas con aquella chica?

-sí.

Auch, eso dolió.

-Siento cosas por ti Darren.

-Yo también siento cosas por ti, pero esto no es lo correcto. No puedo estar contigo.

-¿Por qué no?-una lágrima cayó de mis ojos, por mis mejillas, muriendo en mis labios. El la miro con deseo diciendo:

-Yo también te quiero.-y acto seguido me beso. Nunca en mi vida alguien me había besado con tanta intensidad, con pasión, amor, ternura, suavidad, desesperación, etc.

El beso duro tanto que perdí la noción del tiempo. Me estampo contra la pared y sus manos bajaban y subían desde mi cabello despeinado por el hasta mi cintura acercándome con gran atracción. Lo mismo hice yo. Sus labios rozaban los míos y hubo una parte en la que puedo decir que me mordió sus labios mientras me decía:

-Te quiero tanto Daisy Anderson pero...no podemos estar juntos. Eres muy platónica e imposible para mí. Eres mi amor platónico por eso, dejemosno de ver.

-¿Qué?

-Nunca te olvidare, mi pequeña Pocahontas.

-No, no. ¿Qué estás haciendo?

-Dejarte ir. ¿No es esa la prueba de amor más grande que existe? No soy lo suficiente para ti. Quiero que seas feliz y si tú lo eres yo lo seré.

-Yo seré feliz a tu lado.

-No, te equivocas, yo no soy lo que tú buscas.

-Yo no busco a nadie, yo ya te encontré y contigo quiero vivir mi vida.-dije mientras las lágrimas salían despedidas de mis ojos negros.

-Quiero lo mejor para ti mi pequeña Pocahontas.-dijo mientras le caían lágrimas.

Camino sobre el camino mojado, con unos pasos difíciles de dar dejándome sola allí, bajo la lluvia, rodeada de la soledad.

-¡Darren!

La fiesta ya se había acabado y las pocas personas que quedaban estaban durmiendo ebrios en el piso, sofá, cama o arriba de la mesa. En cambio yo me encontraba tapada con un acolchado dejando en vista solo mis pies, con una taza de café en el patio de Chris. Mirando como salía el sol y amanecía, pensando en él sin estar a mi lado...

pad! Ln1%

Un Minuto Más ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora