Prueba de fidelidad

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Se encontraban en los carros todos amontonados, esperando la señal de Ludwig y los vicarios. Henryck se sentía orgulloso por haberle sacado brillo a sus botas y haber limpiado su traje para la ocasión. María no entendía mucho de lo que pasaba,ella sabia a quien había que matar, que aspecto tenían y lo mucho que se parecían a ella. Pero lo que no entendía era por que se llevaban a cavo estas sangrientas trifulcas. Jamas pregunto por miedo o por vergüenza. 

Todos estaban decaídos, iban a atacar la sede de los sangrevil un lugar repleto de los mejores guerreros que la reina tenía a su disposición, por no hablar de los fantasmas que allí moraban que no eran muy hospitalarios con la iglesia. Cainhurst era un castillo gris, con grandes almenas, yacía en un paisaje gélido cubierto de nieve, un lugar así solo puede gustarle a los sangrevil, gélido e inhóspito como sus corazones. 

Todos estaban preparados solo faltaba la señal del vicario pues era el que manejaba toda la operación, la intensidad de los corazones aumentaba algunos podía oír incluso sus propios latidos si prestar mucha atención, de repente se escucha la voz de Laurence, pero no era la señal de salida pues todavía quedaban algunos metros si no que era un grito de dolor pues unas gárgolas las cuales vigilan desde las almenas el castillo habían atacado emboscando a los cazadores y derribando sus carros. María se asustó muchísimo y comenzó a hiperbentilar pero Gascoine le tomó la mano y le dijo: Tranquila no pasa nada acaban de abatir esas gárgolas eran un grupo de avanzadilla ,relájate. Ella se calmo y se levantó del suelo (recordemos que en esta aventura tenía la edad de 16 años), Miró a su alrededor y se dio cuenta de que todo iba en orden las gárgolas acababan de ser abatidas por Simón y su maravilloso arco. Lo que si que no le encajaba era el hecho de que varios caballos habían sido heridos de gravedad, lo cual le hizo tomar la decisión de ir a pie, cosa que no gustaba a todo el mundo.

Avanzaron a paso ligero, llegaron bastante más tarde de lo esperado, pero nadie perdía esperanza en ganar esta batalla y con ello la guerra. Cuando llegaron, se pusieron en formación y comenzaron a disparar potentes cañones de la iglesia contra sus muros hasta que cayeron, en ese preciso instante todos los eclesiástico y cazadores se lanzaron al ataque aquello fue una autentica encarnizada entre hombres y vampiros pro había alguien fuera de lugar una cazadora joven a la cual insultaban los de su especie llamándola traidora e infiel. Más pronto que tarde estos insultos terminaros por hacerle mella soltando su arma en el suelo, arrodillándose mientras lloraba y clavándose su daga menor en el vientre los soldados que por allí cerca estaban se mofaban de ella, mas ella se levanto con el vientre dañado y de repente cargó contra todos aquellos que tenia por delante, y desencadenando una serie de ataques que eran casi invisibles al ver esto, Gascoine, sonrió y fue a ayudarla. 

Acabada la batalla en el patio con victoria de la iglesia de la sanación de sangre y sus valerosos cazadores. La hora había llegado debían de meterse en la boca del lobo de lleno y acabar con la reina que por esos reinos regentaba. se abrieron las puertas se abrieron sin que nadie las empujara y que ningún mecanismo las accionara. Y a vote pronto Henryck dijo: Eso lo he abierto yo con la mente, me debéis una copa cada uno-dijo en tono burlesco, mientras acto seguido todos reían.

todos entraron con ganas quizás por la euforia de la cazería o por la broma de Henryck, cuando de repente todas las luces se apagaron y aparecieron los fantasmas, eran mujeres, ecos de los seres que fueron que yahacían encadenados espiritualmente a ese castillo. Fue pero el susto que acabar con ellos pero eran una mera distracción en los planes de la reina, unos alquimistas comenzaron a marcar con unos dardos encantados a los cazadores haciendo que los fantasmas se precipitaran con mas furia hacia ellos, pero lo dicho no tardaron mucho.

En los pisos más altos se encontraba la reina, y desde el extremo de la terraza en la que se encontraban ella dijo: ¡Oh! cazadores que grata sorpresa, me ha veis traído un regalo. Todos quedaron estupefactos pensando lo que acababa de decir cuando el único que se percató fue Gascoine, el cual dijo: No te la entregaremos, ahora es una cazadora, no es uno de los tuyos. Ella se enfureció y le dijo: ¡Me priváis de mi hija!. En ese momento fue cuando todos entendieron lo que pasaba. La reina continuó: Si es mi hija, yo la concebí y la mandé a aquel poblado hasta la madurez de edad, yo sola la concebí.

Viejos cazadoresOnde histórias criam vida. Descubra agora