Parte 2

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-Te apetece ir a comer conmigo?- me preguntó; sonaba muy segura, sí, tenía razón Paula, había cambiado, antes era una niña tímida que le daba vergüenza cogerme de la mano o besarme por primera vez, ahora no sé si quedaba algo de eso pero indudablemente estaba distinta.
Me gustaba verla así, decidida, confiada en sí misma, esa era una de las cosas que intenté lograr cuando estábamos juntas, que confiase en ella misma...
-Emm...si claro, ¿por qué no?, pero debo ir a avisar a...-
-Si por supuesto, ve tranquila, yo aquí te espero- me interrumpió con una gran sonrisa.
Me giré, y solté todo el aire que mantenía en mi desde que me acerqué a Ella, me ponía nerviosa, no sabía como lo hacía pero siempre lo conseguía y me hacía tener unas ganas inmensas de besarla en cualquier parte...en ese momento me vinieron a la mente las imágines de aquella vez aue salimos con mis amigos, era la primera vez que salíamos juntas con ellos, y de vuelta a casa, yendo a recoger el coche a las 7 de la mañana, derepente tiré de su mano, acercàndola a mi y la besé alli mismo, en medio de la calle. Sí, no me importaba quien estuviese o preocuparnos por si nos veían, tan solo estábamos ella y yo.
Aún conseguía volverme locs y hacerme recordar con solo tenerla cerca, y yo que creía que ya no me afectaría verla...
Mientras divagaba en mis pensamientos, seguía mi camino hacia Yria, que me miraba con cara de pocos amigos y que sabía que empeoraría al saber que me iba a comer con Ella.
-¿Que quería?- me preguntó seria.
-Bueni no sé exactamente que es a lo que ha venido hasta aquí porque no me lo ha dicho. Me invitó a comer y bueno...me gustaría ir con Ella y hablar un poco, ya sé que había quedado para comer contigo y las niñas y que la odias...yo...lo siento mucho, espero que no te moleste...- dije con una vocecilla intentsnfo wue lo que acababa de decir repercutiese lo más mínimo.
-Ya bueno....da igual, ve con Ella, no importa. Pero si necesitas algo o te quieres ir de allí, llámame...- me dijo con una ínfima sonrisa fingida, y me besó.
Si, tengo que admitir que no es que me disgustasen sus besos ni mucho menos ñero siempre que me besaba inevitablemente me venía Ella a la cabeza, su manera de besarme con sus labios rojos y carnosos, sus poses tsn sexus para conseguir estar más cercs de mí y poder besarme. Esos besos apasionados que comenzaban con un simple beso pero que iban aunentando de intensidad. Siempre iban acompañados de una sensación en el estómago que solo me hacía querer más y màs de Ella.
Los besos de Yria no se comparaba con los de Ella.
Y que me lo diese sabiendo que Ella me estaba mirando viendo al otro lado de la calle me puso todavía más nerviosa y tan pronto clmo se tí sus labios sobre los míos me separé.
Me despedí de Yria con un rápido hasta luego, y me fui lo más rápido posible en dirección a Ella.
La miré detenidamente mientras se recolocaba, como siempre hacía cuando creía que algo estaba fuera de su sitio, tan coqueta y sexy...
Se subió los pantalonew, se colocó bien la chaquets y su característico movimiento acomodando su pelo al lado derecho, se puso las gafas de sol encima de su cabeza y me miró.
Sonrió.
Yo también.
Comenzó a caminar dela te de mí.
Como siempre acomodaba sus pequeños pasos a los míos, siempre me ha parecido adorable cuando hacía eso. Eran cortos pero rápidos, amoldados a mis largos pasos.
Antes, normalmente era Ella que me agarraba la mano, está vez no lo hizo, y una parte de mi estaba deseando que lo hiciese y hacerlo yo, tener el corage y la valentía sin sentir vergüenza después de todo lo ocurrido...coger su suave y pequeña mano, entrelazando sus dedos con los míos.
-¿A dónde te apetece ir a comer?.- me preguntó sacándome de mis pensamientos.
-Pues la verdad me da un poco igual, tengo hambre asique ahora mismo me comería cualquier cosa.- contesté un poco nerviosa todavía por lo que esaba pensando antes, perol momento vi su sonrisa pícara y me dí cuents de lo que acababa de decir, se rió y yo con Ella.
-Está bien, entonces te llevaré a un restaurante que me gusta mucho porque tiene un encanto especial.-
-¿Un encanto especial?- pregunté sin entender nada.
-Si, ya lo descubrirás, sé que a ti también te gustará-
Con esta pequeña charla ya habíamos llegado a su coche, como siempre, yo me dirigí al lugar del copiloto y Ella al del conductor. Se quitó la chaqueta y eso llevó mi vist havia sus brazos, se notsba qje había estado haciendo ejercicio desde la última vez aue la bía visto, los músculos de sus brazos estaban perfectamente definidos.
Sí, tengo que admitirlo, queriendo o sin querer me fijé en sus atributos femeninos, digamoslo claro, el pecho, pero era algo imposible de no hacer, tan grande y bonito...
Mientras conducía hacia el restaurante fuí observàndola todo el rato, era tan guapa...cuando veía que notaba mi mirada la apartaba un milisegundo pero luego volvía a colocarla sobre Ella.
No sabía que podía echar de menos hasta su manera de conducir. No sabía que al verla, podría echarla tanto de menos...

Ella + yo = nosotras (Parada)Where stories live. Discover now