-Dios...Javier...  así no ayudas mucho.


Dije al ver como mi hermana corría totalmente destrozada tras ver lo que le había hecho el chico. Como siempre, miré mi reloj y tuve que rebobinar el tiempo de nuevo, antes de que llegásemos a donde estaba el chico. Fui donde él unos 5 minutos antes de que llegara mi ''yo''y Laura del pasado, y los vi allí.


-¡Javier! No hagas nada.


Me miró algo confuso, y la chica también.


-Nathan, no sé por qué dices eso pero, no he hecho nada.


-Te veo las intenciones de besarla, y, no puedes hacerlo, vas a hacerle mucho daño a Laura.


-Uff... lo siento mucho por tu hermanita, pero, ya no me sirve para nada después de ver cómo nos interrumpes siempre, así que, haré lo queme dé la gana.



No me sorprendí. Había visto cosas parecidas cientos de veces. Todas las veces que por su culpa perdí oportunidades de mantener a Laura a salvo, y todas las veces que él metía la pata. Suspiré, y, sin poder hacer nada para que eso no sucediera, intenté al menos que Laura no lo viese. Obligué a Javier y a la chica que se fueran de allí a algún sitio donde Laura no los viese cuando volviéramos. Me quedaban 2 minutos. Rápidamente me escondí tras el muro que había allí y permanecí allí hasta que llegásemos y nos fuésemos de nuevo. Dios, estaba deseando decirle que era su hermano y darle unfuerte abrazo. Aunque, no creería todo lo que he hecho para ponerla a salvo, para evitar que le hagan daño, todas las veces que he visto lo mismo, como cae, y cómo tengo que levantarla, sin recibir nada a cambio. Solo... recibiría su odio, porque pensaría que la estaría engañando, y, aún pudiendo controlar el tiempo, me sería imposible superar todo ese dolor. Un suspiro me sacó de mis pensamientos, ya habíamos llegado. Empecé a escribir lo que había sucedido en mi diario personal, y, después me fui sin que se dieran cuenta.


-Laura-


-Aquí tampoco está.


Suspiré y miré a Nathan, él bajó un poco la cabeza y después de decirme que seguramente el chico no tardaría en volver, fuimos a su piso. Me invitó a quedarme a dormir, y yo acepté, tenía una habitación libre y de todas formas quería estar atenta por si sonaba algún teléfono de la casa del chico, o mi propio móvil, para decirle al chico si había recibido alguna llamada de Javier. Aún no era tan tarde como para irse a la cama, pero yo estaba tan cansada después de todo lo sucedido que me tumbé en la cama y me eché una larga siesta.


-Nathan-


Cuando la chica se durmió suspiré sentado en el sofá, tenía que hacer muchas cosas. Tuve que pensar en una forma de explicarle a Laura lo de Javier que fuese creíble y que no le ocurriese nada malo a él en la historia, porque tenía miedo de que se deprimiese o algo así.Después de meditarlo un rato decidí decirle que el chico me había llamado y me había dicho que se tenía que volver a España de imprevisto porque su madre había caído muy enferma, y que no nos había contestado a las llamadas y mensajes porque estaba en el avión. Si... eso sonaría creíble. Me tumbé en el sofá y comencé a leer mi diario. Allí tenía escrito todas las veces que había rebobinado, por qué, y en qué fecha. Tenía que tenerlo todo controlado. Efectivamente, también copias de las páginas de los diarios de Laura, tanto del pasado como del futuro, así, si se me pasaba algo podría verlo ahí.


Por eso tenía tanto cuidado en que Laura no leyese las cosas de mi diario que se caían, se podría mezclar todo y, era peligroso. Tomé el trozo que le había quitado ayer, el que no terminó de leer, y menos mal... Cada vez que lo leo, me duele. La leí entera de nuevo.



''Nathan está siendo muy pesado, casi no puedo ni respirar, Dios, esto debe de ser una broma pesada, me siento fatal y después de lo que ocurrió con Javier... No creo que pueda seguir mucho más tiempo con Nathan. Lo odio, lo odio demasiado... es como si quisiera destrozarme la vida. Solo tengo ganas de morirme... pero no puedo... algo me lo impide... Javier... quizás aún tenía una esperanza de que siguiese vivo, y la manera en la que Nathan me dijo que no me preocupase, que podía seguir viva sin él... claro, como él nunca había sentido amor por nadie, no lo entenderá. Menudo estúpido... Ojalá fuera él el que estuviese muerto.''



Me quedé mirándolo unos segundos y después me tapé la cara,intentando no llorar. Era difícil saber que eso lo ha escrito tu propia hermana. Duele, duele mucho. Demasiado. Entonces, oí como la chica salía del cuarto bostezando.


-Nathan, ¿puedo tomarme un vaso de leche?


Aún seguía pensando en la nota, pero, hice un esfuerzo y le sonreí para después levantarme.


-Por supuesto.


Me dirigí a la cocina y le puse el vaso de leche, me estaba sintiendo de verdad como un hermano. Se lo dí mientras le daba palmaditas en la cabeza.


-La niña con resaca tiene que tomar su vaso de leche para dormir bien.


Dije con tono de burla y reí, ella me sacó la lengua y bebió un poco. Sonreí mirándola, en esos momentos me sentí bastante bien.


-¿Qué pasa? ¿Te hace gracia mi cara?



Dijo riendo, y yo asentí, diciéndole que estaba muy fea. Rió y se convirtió en una ''pelea'' de tontos insultos. Acabamos riendo a carcajadas, y cuando la chica volvió a la cama, yo me dejé tirar sobre el sofá con una sonrisa, recordando que todo lo que hago, al final vale la pena, y estos momentos me lo demostraban.



A la vera del caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora