Capítulo 2

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-Amor esta es Lauren. -Me voltee para por fin conocer a la tal Lauren, su mejor amiga. Cuando sus ojos se encuentran conmigo hacen que me paralicé, mi corazón se agita como un caballo desbocado y el aire abandona mi cuerpo. No lo puedo creer es… Es ella. Me sonríe levemente sin apartar la vista de mí.

-Encantada de conocerte Camila, Arian me ha hablado maravillas de ti. Muchas gracias por permitirme quedar en tu casa. -Ella actúa normal como si no me conociera me sonríe y yo me siento perdida. Bueno es lo mejor para ambas actuar normal, no quiero perder mi matrimonio por una tontería de una noche.

-Espero que te sientas cómoda en nuestro hogar… -Le dije lo más sincera que pude, con el hilo de voz que me quedaba y ella asintió aun sonriendo.

-Sí, no te preocupes. -En ese momento sonó el celular de Arian.

-Disculpen… -Dijo retirándose un poco.

-Estoy preparando algo de comer, no sabía lo que te gustaba así que prepare algo no muy sofisticado. –Mi voz tiembla puedo sentirlo al igual que todo mi cuerpo.

-Tranquila, no tenías que hacerlo.

-Amor debo salir a resolver un asunto en el trabajo, ya vuelvo. -Lo fulminé con la mirada. ¡Como me vas a dejar sola con ella! Gritaba en mi interior, él solo sonrió apenado. -Lauren estás en tu casa. -Se despidió de ella y me dio un pequeño beso en la mejilla, ya que cuando se acercó a mis labios le volteé el rostro. Me sentía un poco incomoda, no es como si fuera cualquier persona, es ella. Es la chica en la que pienso cada vez que hago el amor con Arian, ella jamás se ha marchado de mi mente en este mes. ¿Cómo es posible que este aquí en mi casa? Me quedé observándola pensando en todo esto y solo me volteé para terminar de servir la comida para ella y para mí.

-No tienes que disimular mucho, sé que no te caigo bien y también sé que no quieres que este aquí pero solo serán dos semanas lo prometo, buscare donde mudarme muy pronto.

-No pienses eso Lauren yo…

-Tranquila se que te acabas de casar y que necesitas tu privacidad. Pero yo estaré lo mas ausente posible. -¿Ella no recuerda nuestra noche? Y yo sin olvidarla, o waoo que ingenua fui. Para ella solo fui una aventura una tonta chica en una despedida de soltera. Ok, entonces la trataría como tal.

-Tú eres amiga de Arian y no te niego que me incomodo un poco esto, pero no solo por el hecho de que vinieras a quedarte sino porque él no me lo consultó. Pero de todas formas quédate el tiempo que creas necesario, tranquila. -Dije un poco molesta y ella sonrió. Comenzamos a cenar y ella no apartaba la vista de mí, me siento observada en cada gesto y me incomoda eso. -¿Sucede algo? -Pregunto ya incomoda por su mirada.

-No, nada. -Ella sonríe y yo me vuelvo a derretir. Pero que tonterías si yo amo a Arian. Solo suspiro y veo que no he comido mucho y se ha hecho de noche mientras estamos en silencio. -¿Por qué no comes? Está realmente delicioso. Él es afortunado de tenerte. -Yo la miró sin siquiera respirar recordando las mismas palabras de aquel día. Ella lleva su mano por encima de la mesa y cuidadosamente acaricia la mía. Por un segundo observo su mano acariciarme y la remuevo rápidamente parándome con mi plato.

-Ya terminé, voy a lavar los platos. -Voy a la cocina y cuando estoy enjuagando el plato siento su presencia muy cerca de mí, en mi espalda para ser precisa.

-Déjame hacerlo, ya tú hiciste la comida. -Susurra en mi oído y coloca su mano sobre la mía suavemente para tomar la esponja. Yo cierro los ojos y trato de respirar. De pensar. -¿Estás bien?

-Perfectamente. -Saco mi mano de la de ella de mala forma. Y me volteó para limpiar la mesa. Siento que ella me está observando pero la ignoro.

-Camila. -Ella está a mi lado pero no la miro, no quiero mirarla. Ella toma mi brazo y yo me alejo.

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