Celos, enojos, sonrisas, misterios...

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Maratón 2/4

Narra Erza 

—¿Lucy?  —pregunte al ver a la antes nombrada bajarse de un auto 

Ella se giro a verme con una sonrisa 

—hola Erza  —me saludo 

—creí que era la única que salía con la tormenta  —dije 

—eso mismo pensaba yo  —respondió —hace un rato vi a Levy en la cafetería Monkee  —confesó 

—oh..  —me quede pensando —tengo una idea  —dije y saque mi móvil 

Le escribí un mensaje a Gajeel diciendo que fuera a la cafetería y lo envié

—bueno debo irme  —dijo pero le hable evitando que lo hiciera 

—espera...  —me miro —¿quien estaba en el auto del que te bajaste?  —pregunte y note que se tenso 

—era una amiga...  —dijo con un tono nervioso 

—de acuerdo...  —decidí ya no preguntar mas 

—bueno... adiós  —levanto su mano y se dio la vuelta 

Me le quede observando como se alejaba, era extraño ¿Lucy mintiendo? nunca me lo había hecho a mi.

Seguí caminando, iría a ver a mi padre, quería saber quien era la persona que lo cuidaba. 

Después de haber pasado unas calles distinguí el hospital a lo lejos, acelero el paso hasta llegar a la puerta del edificio. La abro y entro, las pocas personas que hay se me quedan viendo; fui hasta el mostrador y pregunte por mi padre

—oh si, alguien se encuentra dentro con el  —dijo la chica que atendía 

—¿puedo entrar?  —pregunte y ella asintió 

No dude ni un segundo y camine hasta la puerta de la habitación en la cual estaba mi padre. Una vez frente de ella, gire la manecilla y la abrí 

—¿quien eres tu?  —pregunte a la chica quien se encontraba hablando animadamente con mi padre 

La chica volteo y me miro con ciertos nervios 

—Minerva  —fue lo que pudo contestar 

Parecía como si no pudiera hablarme, como si estuviera nerviosa de hablar conmigo. Me acerque lentamente a ella pero ella retrocedió 

—soy...  —me interrumpió 

—Erza, lose...  —dijo y se relajo un poco 

—hija... ella es Minerva, no la conoces pero yo si, me vino a visitar hoy... hace unos momentos que llego  —mi padre también parecía nervioso 

—¿porque actúan así?  —pregunte pero no respondieron —bien... regreso después  —dije un poco molesta y me di la vuelta 

—espera  —Minerva me tomo del brazo 

En ese instante una imagen de mi madre vino a mi mente... seguida del recuerdo de hace 7 años, un avión cayendo por los aires 

—¿quien rayos eres tu?  —dije viéndola confundida 

—nadie  —me soltó el brazo —la que debe irse soy yo, no tu... después de todo eres su hija  —note que miro a mi padre y sus ojos se cristalizaron 

—no es necesario... créeme, el desea hablar contigo  —lo mire, yo lo conocía y notaba en sus ojos que quería hablar más con ella —no conmigo  —dije, me di la vuelta y salí de la habitación 

Un Hermoso AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora